Holanda reinventa el molino

Arquitectura

Un impactante edificio en forma de anillo se promueve para diferentes usos y como futuro icono de la ciudad holandesa de Rotterdam.

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Lo último en diseño arquitectónico está germinando en Rotterdam (Holanda), donde un consorcio público-privado propone erigir un espectacular doble anillo de 174 metros de altura, que sería a la vez atracción turística, conjunto residencial y un innovador molino de viento.

El Windwheel, de cristal y acero y asentado en el río, junto a la orilla, tendría en su anillo exterior 40 cabinas de vistas panorámicas, al estilo de la noria de Londres. El anillo interior alojaría 60 apartamentos y un hotel de 400 habitaciones. El anillo quiere ser un “icono de la sostenibilidad”, los tradicionales molinos de Holanda llevados a la quintaesencia tecnológica, pues se propone que su ojo funcione como una pantalla para captar el viento y que mediante unas innovadoras turbinas lo convierta en energía. Además, incluiría energía solar y una planta de producción de biogás.

El proyecto, participado por varias empresas e instituciones científicas, asegura tener inversores interesados de distintos países. El arquitecto Duzan Doepel (de DoepelStrijkers) explicó que ya han recibido propuestas para llevar su original edificio a lugares como Las Vegas o Macao, aunque en principio, apuntó, está pensado para una ciudad ventosa como Rotterdam.

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De todos modos, el impactante edificio es, por ahora, poco más real que los gigantes de los sueños de Don Quijote, pues espera financiación -los promotores no quieren concretar nada- e incluso debe decidirse su ubicación en Rotterdam. Se barajan dos posibles: una cercana al centro y otra más alejada, en el área que la ciudad reformaría en caso de organizar la Expo 2025, a la que aspira. En esa fecha ponen también su horizonte los impulsores del Windwheel.

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