Las ciudades vividas por los arquitectos

El Oporto de Souto de Moura
Galardonado en 2011 con el premio Pritzker, Souto de Moura destaca por su trabajo ligado al de los también portugueses Álvaro Siza y Fernando Távora. Precisamente por ello, considera indispensable visitar las Piscinas das Marés de Siza, en Laça da Palmeira, frente al hostil Atlántico que salpica las rocas donde se ubica la Casa de Chá, con enormes ventanales que permiten divisar el horizonte mientras se disfruta de un buen plato de pescado. Cuando Siza construyó las piscinas, Matosinhos no disponía de plano topográfico de la zona, por lo que el arquitecto tuvo que llevar a cabo un trabajo topográfico midiendo y anotando cada entrante y cada protuberancia. Souto de Moura también recomienda la Fernando Santos Art Gallery, en el distrito artístico Quarteirão das Artes, donde hicieron su debut en Portugal los pintores Julian Schnabel y Georg Baselitz.

El Tokio de Toyo Ito
Este arquitecto (japonés aunque nacido en Seúl hace 78 años) fue galardonado con el premio Pritzker en 2013. Diseñador del Aeropuerto de Taiwán y de las llamadas Torres Fira en Barcelona, ha sido apodado en muchas ocasiones como el nuevo Antoni Gaudí por su trabajo ligado a las líneas orgánicas del maestro del modernismo. Siempre que puede, Ito acude a las inauguraciones en la Toto Gallery MA, especializada en diseño y que desde 1985 ha organizado exhibiciones individuales de arquitectos de todo el mundo. Como un guiño también recomienda a los amantes del origami la tienda Ito-Ya, que en sus siete pisos ofrece los papeles japoneses whasi y un montón de atrezzo para el escritorio. Ubicada en Shibuya, es el paraíso para los japoneses que compran aquí tarjetas con ilustraciones exquisitas y papel de origami con patrones sutiles.

El Berlín de Jürgen Mayer
Nacido en Stuttgart y afincado en la capital alemana, Jürgen Mayer se distingue por el uso de la tecnología a la hora de proyectar, creando edificaciones que adoptan formas visuales parecidas a los seres vivos, como el Estadio Nacional de Pekín de los Juegos Olímpicos de 2008, conocido popularmente como ‘el Nido de Pájaro’. A día de hoy, el cielo no ha caído sobre Berlín, por lo que la noche se sigue viviendo con mucha energía. El complejo de ocio construido por Erich Mendelsohn, que fue el primer cine modernista en el mundo y ahora alberga uno de los mejores teatros de Alemania, “ofrece una cartelera que casi nunca defrauda. Además, a su alrededor hay pequeños bares y restaurantes donde disfrutar de una deliciosa velada”, recomienda Mayer, quien también es un asiduo del “restaurante Grill Royal, en el barrio de Mitte, donde sirven el mejor bistec de Berlín”.

El París de Jean Nouvel y los hermanos Bouroullec
El autor de la Filarmónica de París, la Serpentine Gallery en Londres y la ampliación del Reina Sofía en Madrid recomienda la atmósfera relajante de los jardines del Museo Rodin para leer o incluso hacer un picnic. El premio Pritzker de 2008 revela uno de sus restaurantes preferidos: “Para cenar, nada como el restaurante Chez Georges, en el 17e arrondissement, cuya decoración rinde homenaje al Art Nouveau. Es un auténtico bistrot y su cocina à l’ancienne es exquisita”, explica el famoso arquitecto. Por su parte, los diseñadores de producto Ronan & Erwan Bourellec, cuyos trabajos naturalistas han conquistado a firmas como Vitra, Alessi o Kartell, recomiendan visitar la boutique Merci, en el boulevard Beaumarchais, repleta de las últimas creaciones en cerámica, joyería, mobiliario y costura. “La misma tienda es arte en sí misma, con su mezcla de estilos según la estancia, las paredes cubiertas de libros y su encantadora cantina”, cuenta Erwan, quien es también un asiduo del “restaurante Chez Hipolene, acogedor y familiar. Pero es imprescindible reservar”, advierte.

El Milán de Monica Armani
Monica Armani ha trabajado para las grandes firmas internacionales, como B&B, Cassina y Galloti e Radice. Nacida en Trento, vive entre esta localidad en el valle del Adigio y Milán, centro de su actividad. De la capital lombarda destaca el barrio de Isola y el llamado Bosco Verticale, dos torres con jardines en cascada. En las callejuelas de este quartiere se encuentran desde boutiques de moda a cafeterías con jardín propio y varias acogedoras trattorias familiares. Armani también subraya como una visita indispensable de la ciudad la Fondazione Prada, con su bar Luce, diseñado por el cineasta Wes Anderson. Dedicada al arte contemporáneo, alberga siempre grandes exposiciones de artistas de la talla de Anish Kapoor, Louise Bourgeois y John Baldessari, entre otros.

El Toronto de Frank Gehry
El arquitecto del Guggenheim de Bilbao entre muchos otros edificios y ganador del Premio Pritzker en 1989 indica dónde encontrar el viejo Toronto en el que creció. “La calle residencial de dirección este-oeste Bloor, así como Queen’s Park, con su jardín típico inglés, son el auténtico corazón de esta ciudad”, señalaba recientemente en una publicación local.

La Barcelona de RCR i b720
Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramón Vilalta (RCR) se alzaron con el premio Pritzker hace dos años por “su arquitectura emocional y experimental”. Aunque se trate de un enclave conocido, consideran imprescindible visitar la Fundació Miró, uno de los proyectos más destacados del arquitecto y urbanista Josep Lluís Sert, emplazado en la montaña de Montjuic. El edificio funciona alrededor de un patio central cuyas salas contiguas ofrecen vistas únicas sobre Barcelona. La fundación sigue el mismo patrón que el Taller Sert en Mallorca y varias casas unifamiliares ubicadas en Sevilla, Barcelona e incluso Boston y Nueva York. Con despachos en Barcelona y en Madrid, b720, liderado por Fermín Vázquez y Ana Bassat, ganó en el 2014 el premio al Mejor Rascacielos del Mundo de hasta 100 metros a la torre Forma Itaim en São Paulo, otorgado por el Council on Tall Buildings and Urban Habitat (CTBUH). Junto a David Chipperfield también ganaron en 2010 el prestigioso galardón WAF por la planificación de la Ciutat de la Justícia de Barcelona. Fermín Vázquez, establecido en la capital catalana desde hace muchos años, siempre recomienda visitar el Umbráculo de la Ciutadella. “Acababa casualmente de leer el Elogio de la sombra de Tanizaki cuando entré por primera vez, una feliz coincidencia –para seguir detallando–. Me encanta su sencilla estructura de nave de bóvedas entre dos testeros y el maravilloso contraste entre la solidez de estos con su decoración ecléctica y la elegante abstracción geométrica de las cascadas de lamas. Intriga desde fuera, desde dentro inspira”.