Con 1 par Trufa negra, el diamante más buscado

Vuelve la temporada del manjar más sibarita y deseado

Es un sinónimo de aroma y sabor, el producto delicatessen más buscado y deseado: es la trufa negra, de invierno o la Tuber melanosporum, como se denomina científicamente a la variedad que crece oculta –a unos 20 centímetros bajo tierra– en robledos, castañares o encinares gracias a las bajas temperaturas del ­invierno. Hay quienes la apodan cariñosamente “el diamante negro de la gastronomía” por su color, negro como el carbón, y ahora, después de casi un año esperándola, por fin vuelve a nuestras mesas alcanzando, entre finales del mes de enero y principios de febrero, el mejor momento de su temporada.

Con carnes de caza, junto a otras setas o para dar aroma a una crema de raíces, siempre le da un toque delicioso como colofón de cualquier plato

Si bien es cierto que durante estas fechas su precio se pone por las nubes, una pequeña cantidad de esta trufa cualquiera se la puede permitir. Hace tiempo que dejó de ser un producto de ricos, porque, a diferencia de la trufa blanca, ya no sólo se encuentra silvestre sino también de cultivo, y eso la hace más accesible a nivel económico. 

Aun así, nosotros seguimos prefiriendo la primera, mucho más agrietada, irregular y aromática, y a la hora de buscarla siempre recurrimos a las manos expertas de Trufas Salinas, que con sus perros truferos cada año nos sirven los mejores ejemplares que encuentran en los alrededores de Salinas del Manzano, una pequeña localidad de la provincia de Cuenca. Con carnes de caza, junto a otras setas, para dar aroma a una crema de raíces… siempre es un buen momento para rallar o laminar un poquito de trufa negra como colofón de cualquier plato.