Comic Sans no es una de las mejores obras de arte, pero conceptualmente es una de las mejores cosas que he hecho, probablemente es lo mejor que he hecho nunca en mi vida”. Esta frase contrasta con la siguiente hablando también de esta tipografía: “Simplemente me río. Es chocante ir a Roma y verla en un cajero de un banco. ¡Me gustaría saber por qué no han despedido a ese tío!”. Ambas están dichas por la misma persona, Vincent Connare, de 56 años, el padre de la Comic Sans, uno de los tipos de letra más populares y polémicos, diseñada en 1994 para sustituir la Times New Roman en una presentación desenfadada (tipo cómic) del perro Bob de Microsoft, que acompañaba uno de sus sistemas operativos.
“Es chocante ir a Roma y verla en un cajero de un banco. ¡Me gustaría saber por qué no han despedido a ese tío!”
Tiene sus simpatizantes, pero también sus detractores, que abogan incluso por eliminarla, como el movimiento Ban Comic Sans, creado en 1999 por Dave y Holly Crumbs, una pareja de diseñadores gráficos a la que se han unido miles de profesionales. La consideran una tipografía mal hecha, no apta para utilizarla en textos largos o serios. A pesar de las críticas, Vincent Connare no para de dar conferencias por medio mundo, además de aparecer él y su trabajo fotográfico en publicaciones como Closer Magazine o Creative Review, Esquire y Design Week, por nombrar algunas de ellas.
Formación no le falta. Criado en Milford, a poco más de 60 kilómetros de Boston, estudió en el Instituto de Tecnología de Nueva York en Bellas Artes y Fotografía y tiene un máster en Diseño Tipográfico en la Universidad de Reading. Entró a trabajar en Compugraphic para adecuar la biblioteca tipográfica para un uso digital. De ahí a Microsoft, donde se creó el revuelo con la Comic Sans, aunque también creó la Trebuchet o la Wingdings. Pero haga lo que haga, nunca podrá desprenderse de su obra. Se la encuentra hasta en la sopa de letras.