Bicicletas infantiles

A pesar de la enorme competencia de la industria electrónica, las bicicletas siguen siendo ese regalo tan deseado en Navidad y un clásico de los Reyes Magos. Además, el recuerdo de la primera bicicleta es muy especial, imborrable. Repasamos las distintas tipologías de bicis infantiles para que los más pequeños puedan iniciarse en el ciclismo de la mejor manera posible.

Montar en bicicleta es una experiencia que emana libertad. Es una actividad que produce satisfacción, pero requiere de una técnica de aprendizaje. Básicamente se trata de conseguir equilibrio sobre dos ruedas. Y, posteriormente, de dominar la conducción. Para lo primero, la industria del ciclismo dispone de una amplia oferta de bicicletas infantiles, segmentadas en modelos con ruedas de distinto diámetro en función de la estatura de los infantes. Así pues, a mayor estatura se recomienda una bicicleta con ruedas más grandes para que el binomio niño-bici esté mejor compensado. Estas son las distintas opciones mayoritarias disponibles actualmente.

ELEMENTOS COMUNES
Aunque las bicis se dividen en categorías en función del tamaño de sus ruedas, todas comparten ciertos elementos específicos para el uso infantil, como puños más estrechos, bielas más cortas, levas de los frenos más próximas al manillar o un cuadro que facilita bajarse sin dificultad. Todo ello tiene como fin último aportar confianza en los pequeños ciclistas para que salir a montar se convierta en una experiencia especial y divertida. Las versiones para niño y niña suelen ser más cosméticas que técnicas. Sí es importante el peso. Al igual que en las de adultos, a menor peso, mayor es el precio a desembolsar. Eso sí, siempre se consigue un mayor disfrute pedaleando con una bici lo más ligera posible.

Recomendaciones básicas
El uso del casco es un requisito imprescindible y, como ocurre con las bicis, debe ser de la talla adecuada. Además, se debe colocar en su posición correcta, nunca desplazado hacia atrás ni con las correas sueltas. Porque para que el casco aporte la protección deseada, previamente hay que asegurar un óptimo ajuste. Asimismo, por una mera cuestión de física, puesto que en caso de caída instintivamente nos protegemos con las manos, el uso de guantes es más que recomendable. Y en todas las estaciones del año.