Los cromados ya están prácticamente desterrados de la decoración más vanguardista. Pero siempre hay un rincón reservado al brillo. Si hace un par de años aparecieron los reflejos anaranjados del cobre, ahora le hacen compañía el oro rosa (o que lo parece) y el amarillo champán.
El cobre y los dorados matizados combinan muy bien con tonos pasteles (blanco roto, rosa cuarzo, verde menta...) y con negro o blanco. También con maderas naturales y con mármol, que vuelve a estar muy de moda.
Y atención al barroco, que está a la vuelta de la esquina y es un inseparable de los dorados.
Mesas de café con sobre de mármol y estructura de cobre con acabado oro o metal pintado. Miniforms
La Myfair, de Diego Fortunato, reinterpreta las lámparas de biblioteca. Vivia
El grifo escultórico Supernova, en dorado champán, basa su diseño en el juego de reflejos. Dornbracht
La colección de baño Bowl está concebida como una pieza de joyería. La delicadeza se consigue con la mezcla tonos dorados, mármol y el Ceramilux blanco brillante del lavamanos. De Arik Levy para Inbani