Bebidas relajantes

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Hipérico

"Ante todo, mucha calma”, cantaba en los noventa Siniestro Total, pese a que las letras de esta legendaria banda gallega de punk-rock no se caracterizaran, precisamente, por inducir al sueño... Sin embargo, el espíritu de su eslogan está siendo embotellado por un número creciente de marcas que prometen alcanzar la tranquilidad a pequeños sorbos. Las hay en todos los formatos: en lata, en botella de plástico, carbonatadas, en infusión…

La aspiración de encontrar una bebida que haga frente al estrés no es nueva. Está documentado, por ejemplo, que la aristocracia romana recurría a infusiones de valeriana para serenar los ánimos y que estas tisanas también eran ofrecidas a los gladiadores que conseguían vencer sus combates tras la tensión de la batalla.

Pero nunca hasta hoy las bebidas anti-energy –como se conocen en Estados Unidos– habían estado tan de moda, posiblemente porque los cuadros de estrés se han disparado en los últimos años. La cuestión es que los supermercados se han llenado de formulaciones que incorporan en sus ingredientes plantas medicinales como la valeriana, el hipérico, la camomila e incluso el triptófano y que en su mayor parte se beben frías. También han aparecido bolsitas de infusión que mezclan varias hierbas sedantes y que se comercializan con nombres tan explícitos como Relax, Buenas noches o Tranquilidad.

Sin embargo, muy pocos estudios científicos avalan las supuestas propiedades de estas bebidas. “Si una persona cree que tomar una de estas bebidas le servirá para aflojar el ritmo, muy probablemente lo haga, ya que el placebo funciona”, señala el dietista-nutricionista Julio Basulto, autor de libros de éxito como Secretos de la gente sana o Más vegetales, menos animales. Visto así, las bebidas relajantes, más allá de su eficacia, podrían ser el detonante para que el cerebro abriera la puerta a la quietud, aunque Basulto avisa de que su consumo debería ser muy ocasional, por la posibilidad de interaccionar con medicamentos.

La propia valeriana, apunta Alma Palau, presidenta del Consejo General de Dietistas y Nutricionistas de España, “potencia el efecto sedante de barbitúricos, antihistamínicos y alcohol, aunque a corto plazo no ejerce ningún efecto sobre la estructura del sueño, pero sí en la percepción de este por parte del paciente”, explica.

Por su parte, la dietista-nutricionista Lucía Bultó, autora de libros como Los consejos de nutrinanny y Dieta para runners, es de la opinión de que gran parte de los poderes de estas bebidas guardan relación con la temperatura a la que se degustan (hay que evitar tomarlas muy frías o muy calientes), ya que la cantidad de principios activos que contienen es muy modesta.

La propia Lucía Bultó se atreve a proponer a los lectores, en vista de la proliferación de ofertas, una bebida casera que podría funcionar para el fin propuesto: “Un vaso de leche semidesnatada tibia (o, si se prefiere, una bebida de almendras) con una infusión de valeriana y miel de lavanda puede ser un excelente relajante por la combinación del triptófano de la leche y los principios activos de la infusión”, sugiere.

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