Nuestro sistema nervioso escoge ahorrar energía al máximo, de forma que, cuando caminamos, calcula la longitud del paso y la velocidad con la que va a desgastarse menos. Según un estudio publicado recientemente por el Journal of NeuroEngineering and Rehabilitation, de forma inconsciente buscamos las posturas para estar el menor tiempo posible de pie o trabajando nuestra musculatura.
Así que si hacemos al revés, y tomamos conciencia de un acto tan habitual como es andar, podemos convertirlo en el deporte más completo. El caso es que andar con vigor, lo que ahora llaman power walking, al menos cuarenta minutos tres días por semana, es mejor que correr. La revista Arteriosclerosis, Thrombosis and Vascular Biology confirma con otro estudio que ha hecho al respecto que correr reduce el riesgo de enfermedades cardiacas en un 4,5%, y caminar, en un 9,3%. O que el riesgo de hipertensión baja en un 4,2% entre las personas que corren y en un 7,2% en las que caminan. Y que también es más indicado andar que correr para combatir el colesterol alto (baja en un 4,3% con la carrera y en un 7% a paso ligero). “La respiración debe acompañar cada zancada para oxigenar mejor el organismo, los hombros y los brazos también deben balancearse al ritmo del paso (el codo se dobla en 90 grados), la pelvis debe retraerse y la barbilla debe estar paralela al suelo para conseguir una postura erguida”, explica el traumatólogo José María Cabanillas Walker.
Los beneficios
Metabolismo: disminuye los triglicéridos y el colesterol total. Activa las encimas musculares favoreciendo el metabolismo muscular y la actividad músculo-esquelética, aumenta las defensas del organismo puesto que potencia el sistema inmunitario y produce una mejoría en la tolerancia de la glucosa y la pérdida de grasas sobrantes.
Huesos y articulaciones: la movilidad articular favorece el metabolismo óseo aumentando el calcio y frena la atrofia muscular. Previene la osteoporosis.
Cardiacos: el aumento del volumen sistólico cardiaco disminuye la frecuencia cardiaca, mejora el retorno venoso, disminuye la resistencia vascular periférica y la tensión arterial.
Mentales: aumenta la sensación de bienestar, disminuye el estrés y la apatía. Se debe a la liberación del organismo de endorfinas, sustancias endógenas fabricadas por el sistema nervioso central.
Consejos
Muchas veces los dolores de espalda pueden ser consecuencia de una forma incorrecta de pisar. Es importante consultar a un especialista.
Andar entre media hora y una hora es lo más correcto. Pasar de cuatro horas comportaría un desgaste excesivo de las articulaciones.
En las caminatas más largas hay que ir provisto de agua. Un buen calzado es otro de los aspectos imprescindibles.
La postura
La única posición sana Vista de perfil, la posición ideal del cuerpo es la que permite dibujar una línea recta que comienza por la oreja, pasa por el hombro, el centro de la cadera y sigue la línea recta de la pierna hasta el maléolo tibial (parte interna del tobillo).
Alineación incorrecta muy habitual Curvar la parte superior de la columna, rotar la cadera hacia delante y adelantar la cabeza en exceso es un error postural habitual que a veces es estructural
Una postura típica de las modelos La cadera rotada hacia detrás, la espalda muy arqueada en la zona lumbar y la barbilla algo levantada es otra de las posturas incorrectas más habituales
