El placer puede llegar rodando

La práctica del ciclismo está asociado a un sentimiento de libertad, a una mejora de la salud y a una incomparable sensación de desconexión de los problemas diarios. Pero hay unas cuantas consideraciones importantes para empezar con seguridad.

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De carretera, de montaña, urbana, de aventura, de pista, de triatlón, de contrarreloj... Antes de comprar una bicicleta hay que tener claro qué uso le vamos a dar, dado el sinfín de variedades que hay en el mercado. Si es para montaña o carretera –las opciones más frecuentes– es aconsejable considerar la opción de una bicicleta polivalente. Porque las bicicletas de profesionales como Alejandro Valverde o Chris Froome son espectaculares y están pensadas para obtener el máximo rendimiento, pero la flexibilidad de un ciclista estándar dista mucho de la de un profesional. De la misma forma que no contemplamos desplazarnos en un fórmula 1, una bicicleta de competición tampoco es la mejor opción para la gran mayoría de cicloturistas. Es por ello que lo que debe primar es la comodidad para disfrutar durante largas horas sobre el sillín.

Ahondando en la versatilidad, sobre todo si se tiene en mente llevar bolsas para excursiones, se deberían contemplar modelos que incluyan soportes para portabultos y guardabarros. También es recomendable que las ruedas sean compatibles para montar neumáticos sin cámara. De este modo los fastidiosos pinchazos serán historia.

También es esencial diferenciar entre bicicletas de hombre y mujer. Las destinadas al público femenino presentan unos puños más finos, tienen las levas de los frenos más próximas, sillines específicos para su morfología y, en el caso de contar con suspensión, un ajuste específico. Aunque parezca una obviedad, acertar con la talla también es fundamental para aprovechar todo su potencial. Como los de ropa, los fabricantes de bicicletas suelen indicar el rango de tallas de sus modelos. Por ejemplo, para una marca como BMC, una talla M puede comprender a ciclistas de 1,70 m y 1,82 m.

En el caso de las bicicletas de montaña también aparece otra categorización al existir distintos tamaños de rueda: 29” o 27,5”. Aunque no hay una regla matemática en este sentido, para los usuarios de hasta 1,60 m, las ruedas de 27,5” suelen ofrecer un mejor equilibrio. Para el resto, la opción está abierta, aunque las ruedas de 29”, de mayor diámetro, permiten un rodar más rápido y superan los obstáculos con mayor facilidad y control. Son la opción mayoritaria.

Asimismo, es muy aconsejable someterse a un estudio biomecánico. Un experto en anatomía ciclista podrá determinar la posición y la altura adecuada del sillín, el avance o retroceso del mismo o la posición idónea de las calas. Y todo ello, para corregir ajustes incorrectos y evitar posibles lesiones.

Lo imprescindible

No es necesario ataviarse como un profesional para una salida cicloturista o hacer una ruta por la montaña, pero sí hay elementos importantes para la seguridad y comodidad que el ciclista aficionado debe tener en cuenta.

Pedales. Una importante decisión es la de elegir entre los tradicionales pedales planos o automáticos. Estos requieren del uso de unas zapatillas específicas a las que se le deben montar calas, unos enganches mecánicos al pedal que ofrecen un mejor aprovechamiento de la fuerza en cada pedalada.

Luces diurnas. Son un importante factor de seguridad pasiva, ya que permiten ser vistos en carretera y ciudad. Apenas añaden peso y son económicas.

Culote. Existen con o sin tirantes, largos y cortos. Llevar culotte tiene dos ventajas importantes: poder montar sin ropa interior y contar con una badana, un acolchado que suaviza el traqueteo del camino.

Guantes. Recomendables siempre. Los largos ofrecen mayor protección.

Gafas. El ojo humano no está concebido para circular a más de 25 km/h.

Bidón. Nunca hay que olvidar la importancia de la hidratación.

Maillot. A diferencia de la tradicional camiseta de algodón, suele ser de tejido transpirable y de secado rápido y cuenta con bolsillos traseros donde poder guardar enseres como el móvil, comida y un chaleco.

Pulsómetro. Conocer al instante la frecuencia cardíaca es la mejor forma de dosificar el esfuerzo. Llevarlo puede ser la diferencia entre pasarlo bien rodando o padecer problemas de corazón. Los hay de pulsera o para instalar en la bici.

Casco. Sencillamente imprescindible. Los más seguros son los nuevos Bontrager con tecnología WaveCel, desde 149,99 euros, y los que cuentan con la tecnología MIPS, que evita la rotación del cerebro en caso de impacto oblicuo.

¿DÓNDE COMPRAR LA BICICLETA?

Aunque existen marcas que venden por internet, siempre es aconsejable poder probar primero la bicicleta elegida. Es por ello que muchos fabricantes y algunas tiendas realizan jornadas de test que suelen ser gratuitos y sirven para que el usuario se pueda familiarizar con la bici en unas rutas programadas. También es muy buena idea acudir a eventos como el Sea Otter Europe, la feria ciclista más importante de España, que se celebra hasta este domingo en Girona, donde se dan cita las principales marcas y donde se pueden probar todo tipo de bicicletas. De este modo el usuario puede hacerse una idea de si esa bici es la ideal para el uso que quiere dedicarle.

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