Bandejas en la mesa
Las grandes bandejas en el centro de la mesa son un verdadero reclamo para el estómago. No sólo eso, invitan a la ración libre y a repetir. Para las personas que tienen problemas de peso es mejor llenar el plato en la cocina, salsas incluidas, y servirlo con las raciones justas.
El pan
Es un buen alimento, pero siempre que se tome en su justa medida y no se utilice en exceso como vehículo sabroso de salsas. Para que esto no ocurra, nada mejor que servir el pan en dosis individuales. Lo mismo si se trata de palitos o tostadas.
El aceite
Es sanísimo, especialmente si se trata de aceite de oliva virgen, y muy nutritivo, pero también muy energético. Atención a las cantidades. Una cuchara puede servir para dosificar.
Los excedentes
La simple visión de la comida es un estímulo fortísimo para las personas incluso cuando no tienen apetito. Para evitar tentaciones es mejor retirar enseguida los excedentes de comida y servir el postre.
El ambiente
Las discusiones, las compañías poco gratas, la televisión, el periódico, el móvil, el ruido excesivo... pueden hacer que se coma mucho más sin apenas tener conciencia de ello. Es importante comer en un ambiente relajado, apacible.
La sobremesa
Puede convertirse en un recital de picoteos diversos. El café fuera de la mesa es una buena idea y evita un montón de problemas.
El alcohol
La copa de vino es una opción mucho más sana, quizá no más rentable, que la botella. Las bebidas alcohólicas, aunque sean de graduación baja y de calidad, conllevan energía.