Hay, en pleno corazón de los Pirineos, un pueblo afortunado. Se llama Benasque y, mientras en otros lugares los rigores del clima se combinan con una geografía salvaje para dejarlos sin habitantes, aquí los mismos elementos se han confabulado para que el turismo abunde tanto en verano como en invierno. Con el calor llegan familias y montañeros dispuestos a subir al Aneto, mientras que el frío atrae a los esquiadores de fondo, que se deslizan por las laderas del mismo pico hasta bien entrado el mes de mayo, ya que el valle de Benasque acoge el mayor número de cimas de 3.000 metros de la cadena que nos separa de Francia; la altura ayuda a conservar la nieve.
La población aragonesa es de núcleo compacto, inequívocamente medieval, con calles delimitadas por edificios de piedra que, en muchos casos, llevan nombres de resonancias señoriales, como el palacio de los Condes de Ribagorza, la casa Faure o la casa Juste. En sus confines, casas de tres plantas de nuevo cuño, pero con techo de pizarra, intentan ganar terreno a las laderas para acoger a un público creciente, el mismo que ahora valora que nunca se llegara a abrir el túnel que tenía que comunicar la región con Bagnères de Luchon, preservando así un paraje natural.
montañas de agua
El Hospital de Benasque, antigua hospedería de arrieros, refugio de comerciantes que en el pasado cruzaban los Pirineos por sendas de alta montaña, es hoy un establecimiento único, la última construcción que hay en el límite del parque natural de Posets Maladeta. No tiene ni cobertura de móvil. En su interior, un amplísimo spa con vistas a las montañas. Chorros de agua con distintas presiones, saunas de vapor, duchas de contrastes e incluso una zona de jacuzzi son algunos de los lujos que ofrece.
Spa del Hospital de Benasque www.llanosdelhospital.com
Camino Real de Francia, s/n. Benasque, Huesca. Tel.: 974-552-012
entre hoy y mañana
Anciles es una pedanía de Benasque que se alcanza andando en media hora, tiempo suficiente para sumergirse en un espacio de tranquilidad donde aún se habla el patués, un dialecto que mezcla el aragonés, el catalán y el gascón. Lo mismo se puede decir de los fogones del restaurante Ansils, sin duda una de las mejores referencias del valle. Instalado en un edificio de piedra, pero con toques de arquitectura contemporánea, anuncia sus intenciones antes de entrar. En la mesa, equilibrados revueltos de setas, morcilla y piquillos, perdices con un toque de chocolate… un delirio para el paladar.
Restaurante Ansils
General Ferraz, 6, 22469 Anciles, Huesca. Tel.: 974-551-150
en buena compañía
Un hotel de diseño de cuatro estrellas y trato familiar. Así es el hotel Aneto, situado en el límite exterior de la población de Benasque. Junto a él, fluye el río Ésera. Y desde hace poco se suma un nombre propio: Sommos, que también lo es de una bodega futurista que hay en Barbate, en pleno Somontano. Una de las consecuencias es la amplia oferta de vinos para degustar. Las habitaciones son espaciosas, con un curioso diseño que combina en una sola estancia el baño y un vestidor, a los que se accede enseguida que se abre la puerta.
Sommos Aneto www.sommoshoteles.com
Av. de Francia, 4, 22440 Benasque, Huesca. Tel.: 974-551-061
