Bodegas casi en cualquier sitio

Gourmet

Mantener una bodega doméstica no tiene mucho sentido y puede ser un engorro, pero quien se empeñe en intentarlo hallará aquí algunos consejos para hacerlo incluso sin presupuesto.

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Los aficionados al vino se dividen entre los que no soportan ver una botella cerrada y no necesitan seguir leyendo (es broma, por favor, sigan) y quienes gozan atesorando una bodega casera. Pero ¿vale la pena guardar vinos en casa? Ocupan espacio y exigen unas condiciones mínimas de conservacion, y sólo tiene lógica si se halla un chollo o se envejecen para mejorarlos. Otra razón, ilógico pero general, es el puro placer de poseerlos.

En España, es aún más injustificado, ya que el sistema de clasificación de los vinos representa que las bodegas los sacan al mercado afinados con un cierto punto de envejecimiento –jóvenes, crianzas, reservas y grandes reservas–, algo que no obliga a guardarlos, aunque obviamente tampoco a consumirlos al momento. Todo vino tiene un recorrido siempre que reciba el trato adecuado: entre la exclusiva bodega subterránea y la letal alacena de la cocina hay sistemas accesibles y basados en la técnica y lo razonable.

Sentido común y delicadeza

Si aún sigue con la idea de hacerse una bodega doméstica, para empezar, evalúe sus medios y no abarque más de lo que pueda. Perder un buen vino por no haber podido cuidarlo es amargo para un buen aficionado.

La regla de oro es tocarlos el mínimo posible. El vino sufre todas las alteraciones que se producen en su entorno: temperatura, luz, vibraciones, ruidos, olores... Así que para moverlos el mínimo necesario hay que situar a mano los que van a tener más rotación y, progresivamente, poner más a resguardo las joyas. Por el mismo principio, estarán al frente los blancos sin crianza, los rosados y los tintos jóvenes, que generalmente tienen una vida corta.

Economías privilegiadas

Para quien tenga grandes medios, una bodega subterránea es la mejor solución: el subsuelo hace todo el trabajo, y sólo hay que cuidar de no excederse con la iluminación artificial.

Una economía más modesta pero con espacio permitirá por ejemplo construir un almacén ventilado bajo una escalera o comprar un armario climatizado. Las prestaciones de estos se pagan, así que al escoger, evalúe lo que va guardar: a veces un modelo más barato con temperatura fija es suficiente, mientras que otras es imprescindible uno con varias zonas térmicas. En todo caso, si las puertas son de vidrio, dejan pasar la luz, así que hay que proteger las botellas que deban envejecer, por ejemplo, envolviéndolas con papel de aluminio y luego film de cocina para evitar que el primero se desprenda. Aunque, si la estética del armario no es una exigencia, lo ideal es tapar la entrada de luz completamente: con papel aluminio, cartón...

Arreglarse con lo justo

El estadio siguiente, o sea sin recursos y sin sitio, que es el más común, exige ingenio. Puede que haya que renunciar a los estrictos 16ºC y el control de humedad, pero evite lugares que sufran alteraciones ambientales bruscas: cerca de ventanas o fuentes de calor o frío como radiadores, aires acondicionados o tiros de chimenea. Busque la habitación más fresca y tranquila de la casa, asegúrese de que la luz no impacte en las botellas directamente. Un armario de ­madera y las típicas cajas de vino de cartón con ­separadores gruesos aíslan bien. Evite esas bonitas cajas de regalo con colas, barnices y pigmentos olorosos: recuerde que el corcho de la botella permite una lenta microoxigenación y, por tanto, la entrada de moléculas aromáticas en la bebida. Y ­ponga las botellas cuanto más abajo, mejor, ya que el frío baja.

A la desesperada, y aunque ­quede cutre decirlo, sus vinos sufrirán menos en la oscuridad del fondo del ropero (sin naftalinas ni ambientadores, ojo) que en la ­alacena de la cocina. De la ­cocina olvídese: es territorio comanche.

CLAVES PARA LA CONSERVACIÓN

• Oscuridad

• Entre 9°C y 16°C

• 70% de humedad

• Posición horizontal

• Ausencia de vibraciones

• Ausencia de olores fuertes

• Ligera ventilación

• En cualquier caso, evitar la luz y los cambios bruscos de temperatura

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