Seguro que el nombre les suena, aunque todavía no tengan muy claro de qué va, porque el bimi –un alimento híbrido surgido en Japón en 1993, resultado de la unión natural entre dos plantas crucíferas, el brócoli tradicional y una col china llamada kai-lan– comienza a estar en boca de todos.
Es una crucífera híbrida nacida de la unión natural entre el brócoli tradicional y una col china llamada kai-lan, con propiedades antioxidantes
No es nuevo en Europa. Los ingleses, por ejemplo, llevan unos dieciocho años consumiéndolo. Pero desde que la OMS lo recomendó por sus beneficiosas y saludables propiedades, como su poder antioxidante, parece que la fiebre por el bimi también ha llegado a España.
Nosotros lo descubrimos hace algunos años gracias a Javier Bernabeu, de Sakata Seeds, una empresa que comercializa semillas de verduras y hortalizas. Y nos atrevemos a describirlo como “el brócoli para los que no les gusta el brócoli”. La razón es que, en aspecto, el bimi recuerda mucho a este alimento, aunque su tallo sea similar al del espárrago. Pero más allá de las apariencias triunfa por su sabor suave y delicado.
Como sucede con el brócoli o la col, el bimi también combina con multitud de ingredientes en la cocina, aunque tiene un valor añadido con respecto al resto de crucíferas: no necesita ser escaldado. Se puede preparar sin cocer, simplemente marcándolo en la plancha o en la sartén. Con salsa romesco, en tempura, a la brasa, con bechamel gratinada, con patatas al vapor… Su sabor, que a nosotros nos recuerda al del espárrago verde, admite todo tipo de elaboraciones. Es un producto desconocido, pero vale la pena probarlo.