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Es un alimento con un contenido notable de proteínas, con una calidad similar a la de la carne y proporción también parecida (entre 15% y 23%).
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Tiene más grasa poliinsaturada que saturada, y en el pescado azul, gran cantidad de ácidos omega-3 que protegen el sistema cardiovascular.
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El pescado es la fuente más importante de yodo (mineral imprescindible para el tiroides) en nuestra dieta.
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También es rico en otros minerales. Las espinas del pez llevan altas dosis de calcio. Los bivalvos, como las almejas, mucho hierro; las ostras, zinc...
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En cuanto a vitaminas, el pescado azul y en especial su hígado es una magnífica fuente de vitaminas A, D y del grupo B. De la E, las dosis son discretas.
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El valor energético es variable, pero el pescado blanco es más ligero que cualquier tipo de carne. Oscila entre 80 y 200 kcal/100 g.
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Prima la gran variedad. El término pescado incluye peces de mar y agua dulce, crustáceos y mariscos. Es recomendable utilizar esta variedad.
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Es asequible. El valor nutritivo no depende del precio. Un mejillón tiene un valor nutricional muy parecido al de la ostra, y la maira, al del rape, por ejemplo.
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Las posibilidades gastronómicas se multiplican exponencialmente, por lo que es interesante desde el punto de vista tanto nutricional como culinario.
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Y es más digestivo. El pescado en general tiene una menor cantidad de tejido conectivo que la carne, y esto hace que sea más fácil de digerir.