El mejor desayuno para los niños

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Los informes lo avalan: el desayuno de los niños de este país deja mucho que desear. Si bien al final lo importante es el conjunto de la dieta diaria. Que un niño tenga poco apetito por la mañana o que sólo admita una pieza de bollería no es una tragedia, pero hay que intentar mejorarlo. Algunos consejos para conseguirlo:

El tema fruta siempre es una asignatura pendiente. El clásico zumo requiere cierto tiempo. Quizá es más fácil y de pasada más nutritivo ofrecer al niño una pieza de fruta entera.

Un batido de yogur y fruta del tiempo es nutritivo y digestivo. Si añadimos al batido unos cereales con poco azúcar el desayuno estará ya completo.

Más allá del clásico vaso de leche existen las leches fermentadas o el queso fresco. Un yogur natural con un poco de miel es una perfecta forma de empezar el día.

Los cereales son prácticos pero suelen conllevar una dosis de azúcar notable. Aunque no sean tan atractivos, es aconsejable que habituemos al niño a cereales con poco azúcar. Y mejor integrales.

El pan artesano de calidad no incluye grasa ni azúcar. Hay panes de nueces, semillas, incluso con chocolate o fruta. Es preferible a una pieza de bollería o unas galletas.

Lo anterior no quita que un bizcocho casero es un alternativa puntual perfectamente apta, siempre que el bizcocho esté elaborado con dosis discretas de azúcar y aceite de oliva.

El bocadillo es ideal. Combina con casi todo, dulce o salado. Y un buen chocolate siempre será más sano que las cremas de cacao convencionales.

Una tortilla o un poco de atún en aceite de oliva son rellenos perfectos para el pan.

Una simple rebanada con aceite espolvoreada con una pizca de azúcar integral es un dulce casero más recomendable que cualquier pieza de bollería.

Unos 20-25 g de frutos secos crudos o tostados, con un lácteo y una fruta puede ser un desayuno ideal. Por su poder saciante está especialmente indicado para niños glotones.

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