'Mocktail', el cóctel sin edad

Gourmet

Los cócteles sin alcohol se han puesto de moda. Se trata de mezclar armoniosamente varias bebidas, tomando como base los zumos de frutas, para conseguir un sabor atrayente y apto para todos.

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Manzana del bosque 
De color rojizo, es el resultado de mezclar zumo de manzana, zumo de limón, frutos del bosque, azúcar líquido y clara de huevo (la artífice de su textura cremosa), más un toque de granadina.

 

Mocktail es la suma de dos palabras, mock (un término que podría traducirse por “burlarse” o “imitar”) y cocktail, por lo que vendría a ser “un cóctel de mentirijillas”, indica Pau Zabaleta, bar mánager de Elephanta, una coctelería de Barcelona que dispone de carta propia de mocktails.

A diferencia del cóctel clásico, la base de algunos mock­tails que triunfan son las frutas exóticas y, en ocasiones, bebidas como el chocolate, el café o el té. Por su parte, los mocktails con vocación de Rambo pueden llevar zumo de granada, una fruta que algunos consideran un “superalimento”. Y es que, últimamente, algunos cócteles sin alcohol se elaboran con frutas que ostentan el récord de antio­xidantes, como el açaí, la baya de una palmera que crece en Sudamérica, con la idea de prometer el mismo brote de fuerza descomunal que obtenía Popeye con sus espinacas.

Aunque al principio los mocktails tenían por destinatarios a conductores, mujeres embarazadas, personas intolerantes al alcohol y niños, ahora su éxito ha traspasado barreras demográficas y son demandados por gentes de todas las edades. He aquí las ventajas: son sanos y se pueden beber con tranquilidad, sabiendo que no abren la puerta a la temida resaca coctelera, como constataron en su día Ernest Hemingway, Scott Fitzgerald o William Faulkner, entre otros grandes escritores.

En realidad, lo mismo que se decía del cóctel sirve para el mocktail: “Es una mezcla equilibrada de tres o cuatro ingredientes que, armoniosamente dosificados, producen un sabor nuevo que permite, sin embargo, apreciar los matices”, señala Nuria Girós, mánager de Elephanta. Históricamente, si bien los primeros cócteles datan del siglo XVI, su esplendor coincidió con la ley seca que afectó a Estados Unidos entre los años 1920 y 1933, cuando proliferaron aguardientes de dudosa calidad que los bármanes mezclaban con jugos y frutas para enmascarar su sabor. En cambio, los mocktails parecen haberse puesto de moda en Europa con el renacer de la alimentación como santo grial de la salud.

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1 La pepiña virgen

Por Pepiña hay que entender la mezcla de pepino y zumo de piña. Este mocktail creado en Elephanta (como el fantasías y el manzana del bosque) lleva también almíbar casero de menta, zumo de lima y tónica. Es muy refrescante.

2 Mojito virgen

La afamada creación del corsario sir Francis Drake, el primero en preparar un mojito con aguardiente, según la leyenda, se renueva con una vocación más saludable, gracias a la cerveza de jengibre, las hojas de menta y el azúcar.

3 Shirley Temple

Pese a que lleva el nombre de la famosa actriz infantil que triunfó hacia 1930 en EE.UU., “a ella su sabor no le gustaba nada”, revela Zabaleta. Lleva ginger-ale, un toque de granadina y una cereza confitada y ha cosechado tanto éxito como la propia Temple.

4 Fantasías

El zumo de naranja fundamenta y sustenta este mocktail que también lleva puré de mango, zumo de piña y zumo de arándanos. Un combinado para soñar.

5 Piña colada virgen

La célebre bebida caribeña se presenta sin ron, pero con zumo de piña, semillas de cardamomo y batido de coco. En la coctelería, se emplea el término virgen para nombrar combinados clásicos preparados sin alcohol.

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