Un albariño dócil y cremoso

Vertical

Una oda a la variedad reina de la DO Rías Baixas, el albariño; toda una demostración patente de la capacidad de longevidad que posee de manera natural esta uva blanca, y más aún alimentándose del clima pontevedrés.

Este monovarietal se mima desde la cepa, se cuida hasta la bodega y en ella se le respeta y venera, dejándole nutrirse de la crianza con sus propias lías durante todo un año, e incluso se le permite redondearse en botella antes de ver la luz del mercado. Una espera que no le quita ni un ápice de juventud, pues apenas le despoja de la rabia incontenida de la adolescencia.

Desbordante de brillantez, viste la copa, y sus aromas francos y limpios estallan desde el momento del descorche: una fragancia de limones maduros, con recuerdos de chucherías de melocotón y un punzante y refrescante testigo floral se hilvanan con las notas bollería que su crianza le otorgó. Un conjunto de fruta fresca perfectamente madura, pétalos de rosas y una corona de frutos secos con las nueces como protagonistas.

Su paso por boca es equiparable a la imagen de un caballo domado danzando sobre el albero. La acidez franca del albariño se torna dócil gracias a la textura cremosa y esa sensación untuosa que invade el paladar y envuelve la lengua protegiéndola de cualquier arista.

García de Caamaño consigue respetar todo el carácter, la fuerza y la franqueza de los mejores albariños para vestirlo elegantemente, vigilarlo con suma paciencia y presentarlo entre algodones ya listo para su deleite.

Pazo de Rubianes García de Caamaño 2015

DO Rías Baixas. BLANCO, 13%

PVP Aproximado 22 €

sugerencia de maximiliano bao, sumiller

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