Cítricos en el jardín

Son unas de las frutas más consumidas por su diversidad y contraste de sabores, por sus propiedades nutritivas y por la facilidad de cultivo. Se adaptan a casi todo tipo de terreno, por lo que también son muy utilizados en jardinería como árbol ornamental. Su tamaño mediano, con hojas perennes y el intenso perfume de sus flores, como la de azahar, los convierte en excelentes árboles para tener en el jardín o terraza, plantados en tierra o macetas. Su cultivo se remonta a tiempos inmemoriales, especialmente en Asia, de donde son nativos. Con el cruce natural y artificial de especies, las variedades se han multiplicado.

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Los naranjos que más se utilizan en jardinería son los que dan la naranja agria o naranja amarga y la naranja dulce, aunque esta se utiliza más en agricultura para la producción de fruta.

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El kumquat, también llamado naranjo enano o chino, se cultiva como frutal en regiones cálidas. Es muy decorativo tanto para el jardín como en el interior por su reducido tamaño.

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El limonero es quizás el más conocido y cultivado en jardinería, debido a los múltiples usos de su fruta y por la existencia de variedades como la cuatro estaciones, que florece y da fruto todo el año.

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Los mandarineros tienen un porte muy parecido al naranjo, pero de tamaño más reducido tanto sus hojas como sus frutos. Hay una notable diversidad de variedades, casi todas comestibles.

El cultivo

Es sencillo. Sólo requieren sol, riego medio y temperaturas cálidas (son poco resistentes a las heladas). El único punto que tener en cuenta es su facilidad para coger enfermedades y parásitos, principalmente las cochinillas o cotonet, que es el más conocido. Pero con unos tratamientos preventivos son fáciles de controlar.

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