Comprar una tele ¿misión imposible?

Tecnología

Ante la variedad de pantallas de televisión de alta resolución con distintas características y diferentes denominaciones para una misma tecnología, es fácil despistarse. Esta síntesis puede ayudar al consumidor.

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Tecnología de pantalla

Actualmente existen principalmente dos tipos de tecnología de pantalla que parecen ser las que tendrán más recorrido durante los próximos años: OLED y LED (LCD con retroiluminación led).

LED (LCD con retroiluminación LED)

La tecnología LCD se basa en un sistema de iluminación que gracias a filtros y difusores reparte la luz por la parte trasera de la pantalla. Esta luz es la que permite visualizar las imágenes sobre el panel del televisor. Donde hace unos años se utilizaba luz fluorescente, ahora se utilizan diodos led para iluminar el panel del televisor y por eso se ha extendido la denominación LED en lugar de LCD. Fabricantes como Samsung apuestan por la tecnología LED para sus televisores, desarrollando su propia variante más avanzada (QLED), para competir con las televisiones OLED.

OLED

Es una tecnología muy diferente. No precisa de una fuente de luz posterior. La pantalla es de diodos orgánicos que se encienden y se apagan y emiten luz de forma independiente con un color e intensidad de luz determinada. Lo usan LG, Sony, Panasonic o Loewe...

HDR

Amplía el rango de niveles de intensidad y ofrece mayor contraste entre las zonas oscuras y las claras de una escena dando un mayor realismo a la imagen.

Hay cuatro tipos de variantes de esta tecnología. La más habitual, usada por más fabricantes, es la HDR10. Pero de nada sirve tener un televisor con tecnología HDR si no hay contenido emitido con esta característica. Al menos, plataformas de streaming como Netflix, HBO o Amazon Prime Video ya disponen de series y películas para sacarle partido.

Resolución: ¿FUll HD o 4K?

La resolución 4K (UHDV 3840x2160) es cuatro veces mayor que la Full HD. Si se quiere pensar en el futuro, apostar por una televisión 4K es adelantarse un paso, pero es más caro. Aunque todavía es poco el contenido que se emite en 4K, ya hay plataformas como Netflix que ofrecen esta posibilidad. También hay reproductores y películas Blu-Ray 4K. Para elegir entre una resolución u otra, además de en el precio, habrá que pensar el uso que se le va a dar. Quienes sólo vean los canales de televisión en abierto no sacarán partido por el momento a un televisor 4K, pues prácticamente no hay emisiones en esa resolución.

¡Atención al tamaño!

La elección del tamaño de la pantalla dependerá de la distancia de visualización. Una de 50 pulgadas precisa de unos 2 metros desde el sofá. A más resolución, baja esa distancia mínima. Otra opción es la televisión curva, que promete una experiencia más inmersiva. Pero para que sea así necesita una pantalla de más de 55 pulgadas y que el espectador esté situado frontalmente. No es idóneo para ver por varias personas desde sofás diferentes o distintos puntos de un salón.

Pros y contras

La tecnología OLED destaca por conseguir un negro perfecto y por tanto mejor contraste. Y además la visibilidad es excelente desde cualquier ángulo de visión, lo que no sucede con los televisores LED si el espectador se sitúa muy escorado en un lateral. Sin embargo,

la tecnología OLED parte de precios altos: no hay modelos por debajo de los 1.800 euros. Y su vida útil es menor por el compuesto orgánico del panel. Otro inconveniente que se les atribuye a los televisores OLED es el de la retención de algunas imágenes que quedan sobreimpresionadas en la siguiente escena.

Y una posible limitación añadida es que actualmente no hay pantallas OLED de menos de 55” pulgadas. En cuanto a los pros de una televisión LED dominan el brillo y los blancos, a lo que en el caso de la QLED de Samsung se añade la mejora de los negros. La vida útil de las LED es más larga

–ya que el panel no es orgánico y sufre menor desgaste–. En este tipo de tecnología hay menor riesgo de marcado de pantalla. Y en cuanto a los precios, se pueden encontrar modelos Full HD de 30” por unos 400 euros. Aunque la gama más alta –la mencionada QLED en el caso de Samsung– se sitúa en el mismo rango de precios que los televisores de tecnología OLED.

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