Elegir con medida

Un cuantificador de actividad puede ayudar a llevar una vida más sana si se escoge bien y se sabe aprovechar sus funciones.

Apple Watch Nike+ Es una edición especial del nuevo smartwatch Apple Watch Series 2. Resistente al agua, cuenta vueltas en piscina. Dos días de autonomía. Incorpora la app Nike+ Run Club, con recursos para motivar al entrenamiento y comunidad de usuarios. Desde 439 €.

"Ya no hay programa de ejercicios que no se apoye en la actividad física diaria”, afirma Pedro J. Benito Peinado, vicedecano jefe de Estudios y Estudiantes de la facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Politécnica de Madrid. Partiendo de ese nuevo enfoque, profesionales como el doctor Benito Peinado han descubierto la utilidad de los cuantificadores de actividad, esos aparatos que tanta gente lleva en el bolsillo o en la muñeca sin saber, en un porcentaje altísimo de casos, si son más que un juguete o para qué sirven exactamente.

“Hasta ahora –explica el doctor Benito–, los formadores físicos queríamos que la gente hiciera deporte, y a muchos no les gusta. Ahora, intentamos que lleven un estilo de vida más activo, que no es lo mismo”. “La actividad física –detalla– incluye movimientos involuntarios, voluntarios no programados, programados… Usar los cuantificadores puede ayudar a aprovechar esta actividad. Por ejemplo, avisan cuando el usuario lleva cierto tiempo sin moverse, y permiten establecer pautas precisas, estudiar la progresión, hacer observaciones de cómo uno se mueve, romper las franjas de sedentarismo y llevar una agenda de actividad, como una imposición. Y siempre que se pueda, con la supervisión de un profesional”.

Además, muchos de estos aparatos van asociados a redes sociales en las que los participantes se animan, se retan y comparten logros. El mero hecho de poner la atención, sin obsesionarse, sobre un aspecto tan importante para la salud, en opinión de los dos expertos consultados, ya redunda en un aumento de calidad de vida. Y puede resultar divertido.

Por qué acaban en un cajón

Como tantos aparatos tecnológicos, los cuantificadores son objetos novedosos que es fácil escoger mal. La buena noticia es que, si se juzga bien, con la amplia oferta actual, es posible encontrar un modelo que se ajuste a las necesidades de cada usuario.

Los errores más frecuentes son cuatro: olvidar que hay que llevarlos encima todo el día –lo que acarrea problemas de estética, comodidad y autonomía–, no pensar lo que se espera de ellos antes de comprarlos –sólo cuantificación de actividad y sueño, o funciones avanzadas, como mensajería, conexión al móvil, música…–, no tener en cuenta la correcta sincronización bluetooth con el aparato que va a recoger los datos que capta, normalmente un smartphone o un ordenador, o no valorar previamente la calidad de la aplicación que los interpreta.

Algunas ideas: quien no pueda prescindir de su colección de relojes debe saber que hay cuantificadores con aspecto de pulsera, de clip…; quien sólo esté interesado en mejorar entrenamientos concretos tiene gadgets específicos que no está obligado a llevar todo el día; las pantallas de tinta electrónica consumen menos y permiten más autonomía, y un smartwatch ofrece más funciones a cambio de más complejidad y menos especialización.

El papel del experto

Para establecer parámetros para un ejercicio físico más intenso, como detalla Miguel Enrique del Valle Soto, catedrático de la Universidad de Oviedo y profesor en la Escuela de Medicina del Deporte, un profesional en un centro médico empezará por hacer una prueba de esfuerzo monitorizada que determinará lo que se llama umbrales aeróbico y anaeróbico. Simplificando, el umbral aeróbico es el rango de frecuencias cardiacas en el que el organismo consume oxígeno para producir energía, y en el anaeróbico deja de consumir oxígeno y produce ácido láctico, que a través de una serie de procesos químicos acabará causando dolor muscular. Muchos cuantificadores calculan tanto la frecuencia cardiaca como los umbrales de manera aproximada, y sólo algunos están validados por estudios científicos que se recogen en bases de datos de artículos médicos como Pubmed o Medline. Sin embargo, a partir de los datos obtenidos en un examen médico, los cuantificadores ayudan a programar y optimizar un entrenamiento.

Fitbit Flex 2. Sin pantalla, su diminuto monitor se acopla a diferentes monturas: pulseras, brazaletes y colgantes tipo joya. Es sumergible y tiene cinco días de autonomía. La aplicación de Fitbit es imbatible, y su comunidad de usuarios, amplísima. Desde 99,95 €.

Vertical

Jawbone Up Move. Sin pantalla, su forma de clip lo hace discreto y fácil de camuflar. Hasta seis meses de autonomía. La aplicación de la marca es muy completa. 45 €.

Pebble Time 2 La pantalla de tinta electrónica de color no es táctil, pero le da hasta diez días de autonomía. Monitoriza el ritmo cardiaco cada diez minutos. Sumergible. 229,95 €.

Horizontal

Samsung Gear S3. Frontier Es un smartwatch que incluye funciones de cuantificador. GPS, altímetro/barómetro y velocímetro. Resistente al agua y el polvo. Hasta cuatro días de batería. Precio no disponible.

Horizontal

Beast Específico para entrenamiento con pesas. La aplicación asociada ayuda a encontrar en cada ejercicio el peso correcto para el objetivo que se busca. 249 €. Accesorios, 79 €.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...