El sintoísmo es la segunda religión del Japón, después del budismo. Shin-to es el camino de los dioses aunque no sólo ellos son venerados. Los kami son adorados como los espíritus de la naturaleza que habitan en los árboles. Pueden ser genios o espíritus locales y también dioses como Amaterasu, la diosa del sol. Esta creencia se fundamenta en una forma de animismo naturalista con veneración a los antepasados. Los espíritus de la naturaleza y de los árboles son al fin y al cabo nuestras raíces. Al parecer las almas pueden regresar como demonios o fantasmas y hacernos daño si no presentamos ofrendas y respeto hacia ellas. Parece claro que el ser humano está perdiendo contacto con la naturaleza y la veneración hacia ella. Nos dedicamos a explotar el planeta y sus recursos naturales, modificando el paisaje a nuestra conveniencia. Cada vez es más difícil hallar bosques vírgenes y sanos. Somos responsables del cambio climático y pensamos que simplemente reciclando podemos limpiar nuestra mala conciencia. Debemos cuidar nuestros bosques como ellos nos han cuidado a nosotros. La estación seca cada vez es más larga y abunda la leña del árbol caído. Hemos de ser capaces de ofrecer algo a cambio si queremos ir en busca de las preciadas setas del bosque.
Los japoneses, como hijos de los kami, creen poseer una naturaleza divina y tratan de vivir en armonía con ellos, para así disfrutar de su protección y aprobación. De no hacerlo, los tengu o fantasmas de la divina naturaleza pueden atormentarlos. Bonitas creencias y leyendas que haríamos bien en escuchar, porque si no cuidamos el espíritu de nuestros árboles perderemos la oportunidad de sumergirnos por bosques de sabiduría.
La práctica: Shinrin Yoku
Sumérgete en el interior de un bosque y báñate en su atmósfera. Camina en meditación silenciosa, muy despacio, despertando tus sentidos. Percibe el sonido, la luz y los olores. No tengas prisa y permanece, en atención plena, dejando que los árboles sanen tus heridas y alimenten tu espíritu. Antes de regresar, da las gracias al espíritu de los árboles.