Barbas de autor

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Las barbas vuelven a estar de moda. Largas o cortas, espesas, trenzadas o con flores, todas exigen el máximo cuidado en manos de expertos. Es el momento de descubrir las barberías de culto.

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Aunque un estudio reciente certificaba que las mujeres prefieren a los hombres bien afeitados (así se expresaban 1.453 mujeres heterosexuales y 213 hombres homosexuales ante tres investigadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia, que les mostraron 36 imágenes de hombres barbudos o no), las barbas siguen poblando el mundo. Se pusieron de moda, cuanto más vistosas mejor, y quienes se han acostumbrado a ellas poco les importa que según esa encuesta reciben mayor puntuación de atractivo los afeitados y prefieren remitirse a una elaborada justo hace un año por la Universidad de Gales que planteaba precisamente todo lo contrario. Para ellos, para quienes lucen con orgullo sus barbas, han surgido espacios dedicados exclusivamente a su cuidado. Y tendencias. Son las barbas de autor y, cuidado, porque lo que ahora pega todavía más son las barbas engalanadas ¡con trenzas y hasta con flores! En las redes sociales se está imponiendo como tendencia. La etiqueta #flowerbeard de Instagram acumula ejemplos de barbas floreadas, como respuesta al experimento que el creador artístico Pierce Thiot, de Los Ángeles, hizo con su mujer bajo el título Will it Beard, donde fotografiaba su barba en todas las versiones posibles. Flores incluidas, claro.

Lo que está claro es que, decorada o no, lo que exige una barba es una atención especial. Lord Jack Knife, un barbero de los de antes con un aspecto rabiosamente actual, recuerda desde su local de culto en Valencia que “el fascinante mundo de la barba que muchos descubren ahora existe desde mucho tiempo atrás. Como cuidados básicos, sobre una longitud media, para su perfecta higiene, debemos contar con jabón para barba que contenga glicerina y panthenol, humectantes naturales de los que ya dispone nuestro metabolismo; de este modo, evitamos la aparición de células muertas en forma de escamas de piel”.

Y no basta con lavar bien y cuidar el corte. Es de obligado cumplimiento “el secado, con secador de mano, dado que el pelo de la barba no absorbe el agua, pero sí la retiene, y si no ponemos remedio, causa mal olor”. Por último, todavía se complica más esta entrega y dedicación si se añade una última rutina indispensable para los profesionales. Se trata de la utilización “de productos de acabado para dar disciplina e hidratación; el formato habitual suele ser en aceite, pero también existen ceras y mantequillas”.

De este interés por las barbas surgió LJK. “Tenía la necesidad de posicionarme como profesional, de apostar definitivamente por lo que soy dentro de mi ámbito laboral. Me considero un persona respetuosa y elegante, de ahí el Lord, pero no soy nada altivo, sino más bien cercano con un toque de humor canalla, por eso el uso de jackknife (navaja en inglés) que separado sería algo así como Jack Cuchillo. Mi verdadero nombre es Salvador”, describe este valenciano cuyo establecimiento causa furor en Valencia, pero también fuera de ella. Porque cuanto usuario de barba pasa por la ciudad intenta atar su cita con este experto. Más allá de la pura tendencia, acudir al barbero es una experiencia por sí misma.

Todo el que se dedica a este oficio asume de primera mano que un barbero nunca es sólo un barbero. “Somos los hombres de confianza de otros muchos hombres, creo que es una gran responsabilidad, pues el conocimiento, la cultura y la capacidad de escucha son las principales herramientas que debemos emplear si queremos saber ayudar al bienestar de nuestros clientes en determinados ámbitos de sus vidas”, explica Lord Jacknife.

El primer paso para poseer una buena barba es muy sencillo, pero a veces el más duro. Hay que dejarla crecer, al menos lo suficiente para poder darle forma. Entonces llega al fin el momento de decidir. “Si se busca un estilo desenfadado, se recomienda la barba de tres días, eso sí, muy cuidada”, explica el estilista Josep Pons. Si la cara es alargada, lo mejor es una barba corta en la barbilla, pero ancha en las patillas, que ayuda a realzar el rostro. Y si se va a dejar larga, no hay más opción que cuidarla y mucho. “Habrá que repasarla con una maquinilla o una cuchilla, y trabajar el grosor deseado en cada caso”, explica Pons. La dificultad de controlarla va en aumento en cuanto crece. De ahí que los hombres vuelvan a confiar en el barbero de toda la vida.

Afeitado clásico

Nada de maquinillas. Una navaja bien afilada es el secreto del afeitado perfecto, el que dura más y el que proporciona el placer del ritual. Pero también una brocha bien escogida, porque, además de preparar el jabón, ejerce una ligera acción exfoliante sobre la piel y, según los entendidos, deja el pelo listo para ser cortado prácticamente de raíz.

Barberías del mundo

Lord Jack Knife en Valencia

www.lordjackknife.com 

New York Barber Shop en Rotterdam

www.newyorkbarbershop.nl

Bolt Barbers Shop en Los Ángeles

www.boltbarbers.com 

Murdock London en Londres

www.murdocklondon.com 

La Barbière en París

www.labarbieredeparis.com

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