La esencia de Gabrielle

Belleza

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Una mujer poco convencional, independiente, sin miedo a sacudir las costumbres y con ideas revolucionarias que, puntada a puntada, cambiaron el curso de la moda. Coco Chanel aparcó su nombre, Gabrielle, para volver del revés el armario de una mujer que quería ser libre y olvidarse de las ataduras del corsé. Lo llenó de pantalones, de prendas de punto, vestidos negros que servían (y sirven) para casi todo y abrió las puertas al movimiento y a la vida al aire libre. A su manera, era una rebelde que logró romper muros y triunfar con audacia, voluntad, intuición y genio. Hoy se reconocería quizás en algunas facetas de Kristen Stewart (en la foto), actriz acostumbrada a salir de su zona de confort, que desmiente su aparente fragilidad y el recuerdo de ser una adolescente crepuscular un tanto lánguida a cada paso que da en su carrera.

Hace tiempo que Stewart es fija en los desfiles de la casa e imagen de sus colecciones de maquillaje. Ahora, después de colgarse al hombro el futuro bolso icónico de la marca y de poner cara al sonado lanzamiento de un nuevo perfume de Chanel, los dos llamados Gabrielle, transmite fuerza, juventud y esa libertad para encontrar su sitio en el mundo que Coco se trabajó concienzudamente: “Elegí lo que quería ser y lo soy”, decía ella. “Quiero hacer cosas que sean honestas, que tengan una razón y un propósito”, declara Kristen Stewart.

Con la joven actriz decidida también a vivir a su aire sin acomodarse a lo que esperan de ella los demás, Gabrielle busca enamorar a las millennials, un grupo al que casi todo el lujo tiene entre ceja y ceja. Sin embargo, la ­nueva propuesta va más allá de las tendencias y los gustos golosos de este segmento para convertirse en un clásico femenino dispuesto a gustar a todas. Floral y abstracto, poliédrico y rico en matices, como la personalidad de Chanel.

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Flores blancas a medida 

El lanzamiento de un nuevo perfume de Chanel, más allá de las reinterpretaciones puntuales de sus best sellers, es un acontecimiento. Hacía 15 años, desde Chance, que se esperaba. El reto que propusieron al perfumista de la marca, Oliver Polge, es “hacer un gran perfume femenino”. Y él construyó su ramillete ideal de flores blancas con ylang ylang, jazmín, nardo y flor de azahar, deconstruidas y potenciadas con moléculas sintéticas. El jazmín es más intenso, el nardo más untoso, el azahar más fresco aderezado con cáscara de mandarina, un toque de pomelo y una pizca de grosella negra. El frasco tiene unas paredes tan finas que han supuesto un desafío técnico.

Gabrielle Chanel, eau de parfum 100 ml, 137 €

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