Es posible llegar a todos y a la vez conservar una personalidad distintiva? Seguramente los muebles que nos rodean, como las personas, no tienen por qué aspirar a gustar a todo el mundo. En diseño, junto a las grandes producciones seriadas emerge con fuerza el deseo de crear y utilizar piezas únicas o de edición limitada, que establezcan una relación más particular entre el universo de los objetos y los humanos. Es una tendencia al alza que practican tanto diseñadores consagrados y colaboradores de la gran industria como talentos emergentes con una motivación experimental genuina. Son diseños donde la intuición gana la partida a la racionalidad, se ensanchan los límites expresivos y brilla el diseñador alquimista. De este giro hacia lo singular nace Collectible. Una nueva feria pionera consagrada al diseño del siglo XXI de piezas únicas o series cortas, celebrada en Bruselas.
Clélie Debehault y Liv Vaisberg, sus fundadoras, creen firmemente en la convergencia del arte, el diseño y la arquitectura, y en descompartimentar las categorías rígidas habituales. Señalan una necesidad de los diseñadores de expresar individualidad y una demanda de la gente de distanciarse del consumo de masas. “El diseño de coleccionista –apuntan– seduce porque está en la frontera con el arte y muestra mayor personalidad. También el alto nivel de acabados y la calidad artesanal se hacen eco porque la gente busca objetos con significado y autenticidad”.
Si la materialidad es la clave del diseño, señalan, muchos de los autores que han pasado por Collectible trabajan reciclando materiales de los residuos de la industria o que derivan de la naturaleza, con una aproximación holística y ecológica. Junto a ello, hay un resurgimiento de lo experimental, de retomar antiguas técnicas artesanas olvidadas y abordarlas con mente contemporánea. La piedra y el mármol figuran entre los materiales estrella. Forma parte de las entrañas de la Tierra y nos retrotraen a los inicios de la civilización. También se vive una nueva edad de los metales, con otras aproximaciones a su maleabilidad y la recuperación de formas de producción arcaicas como la fundición con moldes efímeros de arena. Y se venera lo raw, lo tosco y en bruto, la espontaneidad y la belleza de lo imperfecto. La ecuación emocional entre usabilidad, belleza inédita, tecnología y trasiego cultural es una constante en estos diseños que quieren escapar de la estandarización.