El cambio secuencial, una de las opciones de equipamiento más recomendables

Los retrovisores ofrecen una visión privilegiada, pero provocan excesivo zumbido aerodinámico

Tras haberse convertido en una marca independiente, DS se enfrenta al reto de intentar crear su propio espacio comercial en uno de los estratos más complicados del mercado, el que está reservado a los automóviles de lujo. El primer vehículo de la nueva etapa protagonizada por la elitista filial del Grupo PSA es el DS 7 Crossback, un SUV de tamaño compacto que pretende inmiscuirse en el segmento dominado por modelos como el Audi Q3, el BMW X1 y el Mercedes GLA.

El DS 7 Crossback se postula como una alternativa original y distintiva en materia de diseño

Frente a sus prestigiosos rivales, los principales argumentos favorables al modelo de la firma francesa son la habitabilidad y el equipamiento. Y es que, por unas tarifas de venta comparables, el DS 7 Crossback ofrece más espacio para los pasajeros y mayor volumen de maletero, además de contar con una dotación de serie superior. Por el contrario, al disponer de más centímetros de carrocería que sus contrincantes, pierde por escaso margen al maniobrar en ciudad.

El interior es otro de los principales puntos fuertes del vehículo, dominado por una cuidada selección de materiales y un exquisito nivel de acabado. Se trataba de crear una interpretación automovilística del apreciado lujo francés, y lo cierto es que se ha conseguido una traslación magistral sobre ruedas. Una vez en movimiento, sale a relucir de inmediato que el confort en marcha es la principal virtud de un coche ideal para los amantes de los viajes de largo recorrido.