Jeep tiene una de las comunidades de clientes más numerosas y leales
Para garantizar la seguridad, el control de descenso resulta demasiado intrusivo
Uno de cada tres coches que se venden en España actualmente pertenece a la tipología SUV, una nomenclatura que abarca modelos de distintas categorías, siempre bajo el nexo común de la orientación montañera que caracteriza la silueta de su carrocería. Parece que fue ayer, pero han pasado ya 25 años desde la aparición de un automóvil que sentó las bases de esta moda en el segmento de lujo. Se trata del Jeep Grand Cherokee.
Mientras la mayoría de los fabricantes apuesta por primar las facultades asfálticas de sus SUV, Jeep se ha mantenido fiel a su esencia montañera. Por ello, no es de extrañar que la remodelada gama del Grand Cherokee se haya enriquecido con la versión Trailhawk, ideal para afrontar sendas abruptas.
Defensor apasionado de valores como la libertad y la aventura, que forman parte de la genética Jeep, el Grand Cherokee Trailhawk cuenta con un exclusivo conjunto de suspensiones neumáticas que le proporcionan una extraordinaria altura libre respecto al suelo para superar cualquier obstáculo. Pero el mejor aliado del conductor ante las dificultades es el control de velocidad, que permite avanzar a ritmo de tortuga en zonas trialeras y centrarse en el volante.
JEEP GRAND CHEROKEE
Motor
3.0 V6 turbodiésel
Potencia
250 CV
Emisiones de CO2
184 g/km
Consumo medio
7 l
Velocidad máxima
202 km/h
Largo/ancho/alto
482/194/179 cm
Maletero
780 l
Precio (Trailhawk)
73.600 €