Los sistemas de control de ascenso y descenso facilitan la conducción todoterreno
La numerosa lista de elementos opcionales tiene unos precios bastante elevados
Cierta minoría de automóviles parecen predestinados a convertirse en piezas de colección con el paso del tiempo. Otros, en cambio, se ganan tal derecho a base de demostrar su valía satisfaciendo a sus propietarios. Es el caso del Land Rover Discovery, cuya quinta generación tiene la misión de demostrar que es posible dar un radical salto evolutivo sin perder sustancia genética.
La flamante versión del modelo británico ha tomado como referencia las virtudes de sus antecesores, a la par que apuesta por una carrocería y un estilo de diseño que lo proyectan adecuadamente hacia el futuro. El escalón del techo, más sutil que en las entregas anteriores, le permite ganar espacio para que los ocupantes traseros tengan la misma altura libre que los delanteros, pese a que sus asientos están en un plano superior para gozar de mejor visibilidad.
La carretera es el territorio en que más ha mejorado el coche, que se muestra mucho más cómodo para afrontar viajes de largo recorrido sin acusar cansancio. Pero al compararse con sus teóricos rivales comerciales, es en la montaña donde no admite competencia. Y es que el nuevo Discovery es un digno representante de una estirpe creada para gozar lejos del asfalto.
LAND ROVER DISCOVERY
motor
Turbodiésel V6
potencia
258 CV
Emisiones de CO2
189 g/km
CONSUMO MEDIo
7,2 l
velocidad máxima
209 km/h
LARGO/ANCHO/ALTO
497/207/184 cm
MALETERO
1.137 l
precio (TD6 SE)
65.300 €