“Cuando algo te gusta, no importa el sacrificio”

Belén Cuesta

Actriz fetiche de Los Javis, popular por su serie 'Paquita Salas', de la que acaba de rodar nueva temporada, esta sevillana de 35 años logró a las órdenes de dicho duo una de sus dos candidaturas al Goya interpretando a una religiosa cantarina en 'La llamada'. La otra fue por su papel en 'Kiki, el amor se hace', dirigida por Paco León. Tiene seis películas y dos series por estrenar.

Vertical

Se considera que es heredera de las grandes cómicas del país…

Yo eso no quiero ni pensarlo. No quiero que se me vea solo como una actriz de comedia, aparte de que es mucho más difícil hacer reír que llorar.

No espero nada: ni grandes proyectos ni papelones. Que llegue lo que tenga que llegar. En esta profesión, si no relativizas los buenos y malos momentos estás perdido”

¿Cómo valora este estallido de éxito?

No espero nada: ni grandes proyectos, ni papelones. Que llegue lo que tenga que llegar. Si no relativizas los buenos y los malos momentos en esta profesión estás perdido. De todas maneras, ahora cuando viene tanto trabajo, a veces pienso: “¡Qué inconscientes son!”

¿Cómo recuerda aquellos tiempos en los que todavía no era la actriz con la que todos quieren trabajar?

Pues con cariño también. Haciendo lo que había que hacer para sobrevivir. Me pasaba horas poniendo copas y luego me iba a ensayar una función que económicamente, no me iba a aportar nada. O a hacer una gira en la que no solo no cobrabas sino que además te lo pagabas tu todo. Cuando algo te gusta – cuando es una necesidad–, no importa el sacrificio. Me da ternura, la verdad. Aunque alguna vez estuve a punto de tirar la toalla.

¿Qué hubiera ocurrido si no se le hubieran cruzado Los Javis?

Supongo que habría continuado haciendo teatro y habría seguido intentándolo pero no sé si se me hubiera llevado por delante la vida. Para mí ha sido un encuentro maravilloso y lo sigue siendo. Las fiestas de Los Javis son las tertulias de ahora.

¿Envidiaría a los que estuviesen trabajando?

Me molestaría perderme lo que está pasando y no formar parte de esta generación de actrices y actores tan maravillosa, de gente muy currante, con mucho talento y tan valiente…

Dentro de 30 años me veo haciendo teatro. Cuando veo a gente que lleva toda la vida en esto pienso que quiero ser como ellos. Espero tener la fuerza porque las ganas, seguro”

En A pesar de todo lidia con el papel de una mujer más convencional que sus hermanas…

La abandonada, pero vista desde el prisma del humor, aunque tenga un puntito dramático. Es una crítica a la “mujer florero” que solo parece sentirse segura y fuerte desde lo que conoce, que es el ámbito familiar y, claro, quiere mangonear a las hermanas pero no se dejan. Al final lo pasa fatal la pobre y no le queda más remedio que revisarse y profundizar sobre sí misma. Es más prototipo, pero Gabriela Tagliavini, la directora, le da una vuelta.

¿Tiene olfato para saber por dónde hay que hincarle el diente a un personaje?

En una primera impresión más o menos puedes vislumbrar por donde va a ir pero no sería la primera vez que luego llega el director y te lo pone todo patas arriba. Y en los ensayos se varían muchas cosas y, al final, casi nunca haces lo que tenías en la cabeza al comenzar.

Relativizando, lleva 35 años en este mundo bastante buenos. ¿Cómo se imagina dentro de otros tantos?

Haciendo teatro seguro. Ojalá sea así. Cuando veo a gente que lleva toda la vida en esto pienso que quiero ser como ellos. Espero tener la fuerza porque las ganas seguro que las voy a tener.

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