''El sueño es la mejor forma de entrar y salir de la vida''

Guillermo del Toro

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Está de año sabático, pero sólo como director. Lo que quiere decir que está produciendo dos películas, tres series de televisión y escribiendo una novela. Nunca ha hecho ni un día de vacaciones porque, para él, su trabajo es como estar de vacaciones. Acaba de dirigir La forma del agua, una fábula que ganó la Mostra de Venecia, el Globo de Oro al mejor director y es la que más nominaciones tiene para los Oscars. Guillermo del Toro (Guadalajara, México, 1964) intenta vivir de la misma manera que cuando tenía siete años, que es amando lo que hace. Y lo que hace, lo hace muy bien. Cercano en la distancia, atiende desde Los Ángeles por teléfono a El último día de mi vida, que él ha creído vivir en dos ocasiones.

–He tenido cercanía con la muerte en accidentes de tráfico. En una o dos ocasiones acabé en las salas de urgencias de los hospitales y sentí muy claramente que se vive para los tres últimos minutos de la vida, porque cuando sientes que te vas, desaparecen todas las ilusiones de quien eres y te das cuenta exactamente tanto de quien eres como de lo que eres. Es un momento que te provoca gran angustia o gran paz. Como he tenido un par de experiencias he sentido ambas cosas. Te digo que hay un momento en que te das cuenta de que lo más significativo es tu insignificancia.

No tiene miedo a la muerte ni al dolor en su propia carne, pero sí al dolor de los demás, cree que a nivel científico hay algo más allá de la muerte (o de la vida) “porque nada que se crea se destruye, sólo se transforma”. A nivel de conciencia es otra cosa; “dudo muchísimo de que haya algo”. Rápido en sus respuestas, hablar con él es como abrir un libro de filosofía, leer un manual de autoayuda o, simplemente, vivir la vida desde el sentido común, el menos común de los sentidos.

–¿Mi mundo ideal? Yo creo que sería permitirnos todos la imperfección y la ­falibilidad. Creo que estamos oprimidos por una ideología de perfección que es profundamente destructiva –explica.

Y sentencia:

–No nos permitimos ser humanos. El mundo ideal sería amarnos conociendo nuestras fallas, porque una falla es una virtud mal mirada.

La vida es, para Guillermo del Toro, el saber estar aquí y ahora, “porque si estás adelante o atrás, si te arrepientes de tu pasado o te preocupas de tu futuro, estás anulando absolutamente la existencia”.

– ¿Qué lección para la vida nos da La forma del agua?

– Que no existen los otros, sólo existimos nosotros.

Seamos humanos.

1.- Si supiera que mañana es el último día de su vida, ¿qué haría? ¿Cómo lo pasaría?

Probablemente leyendo un librillo bueno, escogiendo una película final y al lado de quizás no más de cuatro personas o cinco, que son las más cercanas en mi vida. Y poniéndole mucha atención al amanecer y mucha atención al atardecer.

2.- ¿Qué le hubiera gustado hacer y ya no podrá porque no tendrá tiempo?

Estoy seguro de que me quedarían varios restaurantes pendientes.

3.- ¿Qué aconsejaría a los que se quedan?

Que vivir la vida a medias es una desgracia profunda. Y pasamos la mitad de la vida viviéndola a medias.

4.- ¿Cómo diría que fue su vida?

Pues mira, yo creo que de los 45 en adelante trabajas para el epitafio, y antes de esa edad trabajas para la biografía. Y realmente lo más increíble que puedes dejar en una vida es un buen epitafio.

5.- ¿De qué está más orgulloso?

Yo creo que de las veces que he podido decir no a cosas que parecían buenas y sí a cosas que parecían malas.

6.- ¿Se arrepiente de algo?

No, de nada. Realmente, no.

7.- ¿El mejor recuerdo de su vida?

Es difícil escoger, pero… Hay una tarde en mi adolescencia muy hermosa en que recuerdo haber visto a mi padre reírse y tuve la plena conciencia de nuestra mutua humanidad y de su escala humana no mitificada, de su estatura como persona. Fue un momento muy breve pero muy mágico, en el que el universo entero se alineó por un momento y entendí la escala de todo y la escala de nuestro amor de padre e hijo. Y lo recuerdo con gran emoción. Yo tendría 13 o 14 años cuando sucedió.

8.- ¿Cuál sería el menú de su última cena?

Mira, me pondría en manos de algún chef del País Vasco y le diría, tú diseña el menú. No sé de quien, porque sería difícil escoger a uno.

9.- ¿Se iría a dormir?

Sí, porque el sueño es la mejor manera de entrar en la vida y el sueño es la mejor manera de salir de ella.

10.- ¿Cuál sería su epitafio?

Yo creo que dos fechas y una palabra: Vivió.

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