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Apadrinar la biodiversidad
Naturaleza
Por una modesta cantidad se puede colaborar en proyectos de recuperación y cuidado de animales y árboles.
Antonio Ortí
Conectar emocionalmente con un árbol o un animal en concreto ayuda a ponerse en su lugar y a experimentar lo que los expertos llaman relaciones afiliativas entre especies, para referirse a un tipo de comportamiento parecido al de la amistad. Es el caso, por ejemplo, de algunos elefantes que ayudan a antílopes a salir de sitios en los que estaban atrapados, pero también de personas que establecen vínculos con animales y árboles y les convierten simbólicamente en parte de sus familias gracias a acuerdos de apadrinamiento.
Apadrinar animales permite disponer de más recursos para conservar especies en apuros y es un excelente regalo solidario. A cambio de una modesta aportación económica, las madrinas y los padrinos reciben como recompensa poder ponerle nombre al animal, visitarlo, recibir información y, en el caso de los árboles, saborear sus frutos.
Además, apadrinar sirve para acercar a los más pequeños a la naturaleza, contribuye a conocer directamente a los productores de alimentos y ayuda, sobre todo, a ser parte de la solución y no la causa de la mayoría de los problemas que los humanos causan al resto de las especies.