Cita con el viento

Reportaje

La XXXIII edición de la Copa del Rey Mapfre vuelve a convertir la bahía de Palma en el escenario de la mejor vela internacional.

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La flota de TP52 forma una espectacular imagen manteniéndose en línea en una empopada. A la derecha, el casco de un barco refleja la costa de la bahía de Palma. Fotografía de Jesús Renedo

La Copa del Rey y la bahía de Palma forman un binomio inseparable. La competición llega a su XXXIII edición asentada como uno de los grandes acontecimientos internacionales de la vela, y la capital mallorquina aporta un escenario insuperable: un enorme campo de regatas capaz de acoger más de cien embarcaciones agrupadas en distintas clases y unas condiciones climáticas que facilitan la aparición del viento con puntualidad casi cotidiana.

La principal novedad de este año es que la Copa del Rey tiene un nuevo rey. Felipe de Borbón ha heredado el trono de España tras la abdicación de don Juan Carlos, y eso plasma un relevo que se había apuntado en las dos últimas ediciones, cuando el entonces príncipe fue el encargado de efectuar la entrega de premios en nombre de su padre. Los dos monarcas forman parte por derecho propio de la historia de esta competición, más allá de darle nombre. Los dos han tomado parte como regatistas en numerosas ediciones (don Juan Carlos ganó la Copa cinco veces), y su amor a este deporte ha ayudado de manera fundamental a la promoción de la vela, de la que España es, especialmente en el ámbito de los Juegos Olímpicos y la vela ligera, una de la primeras potencias mundiales.

La cifra de barcos inscritos vuelve a estar en el máximo que establece el Real Club Náutico de Palma como organizador, con veleros procedentes de una veintena de países y más de mil regatistas participantes

La cita del 2014 de la Copa del Rey Mapfre comienza este lunes con la previsión de repetir la multitudinaria participación del 2013, cuando un total de 114 embarcaciones lucharon por el trofeo. La cifra de inscritos vuelve a estar en el límite máximo que establece el Real Club Náutico de Palma (RCNP) para garantizar una organización óptima, y la procedencia de los veleros confirma el prestigio de la competición: habrá banderas de Alemania, Argentina, Brasil, Chile, China, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Reino Unido, Islas Vírgenes Británicas, Italia, Nueva Zelanda, Rusia, Suiza, Suecia y Turquía, además de España.

La flota está distribuida en cinco clases: IRC, ORC, Swan 60, X-35 y J80 y reúne a más de mil regatistas profesionales y aficionados. Las clases IRC y ORC tienen a su vez dos subgrupos para organizar los barcos de la forma más homogénea posible, puesto que compiten con fórmulas de compensación de tiempo, ya que son de modelos y tamaños distintos.

IRC 0 acoge los veleros más espectaculares por tamaño y condiciones, los mini maxis, mientras que IRC 1 viene a ser el no va más de la vela de competición en regatas costeras. Aquí están los TP52 que en su día dieron lugar a la creación de la MedCup y que ahora mantienen el circuito 52 Super Series Barclays, relanzado este año con la suma de nuevas unidades. En la Copa del Rey no forman una clase monotipo porque también acuden otros TP52 que no han sido actualizados con las normas que rigen ahora en el circuito. Es el caso, por ejemplo del Aifos de la Armada española, que ha patroneado en los últimos años don Felipe de Borbón en algunas de las regatas. Es un TP52 antiguo, ganador de la Copa en el 2008, y que, obviamente, no mantiene el nivel de competitividad de los barcos más punteros de la clase actual, como Quantum Racing, Azzurra o Ran.

ORC, con sus categorías 1 y 2, es la clase que reúne a los barcos normales, por así decirlo, los cruceros que pueden tener un uso de recreo o vacaciones pero que, bien preparados, se utilizan también para hacer regatas. En ORC1 compite el Rats on Fire, ganador de las últimas ediciones de la Copa del Rey y del Trofeo Godó y cuya trayectoria está marcando una época en la vela de crucero española. En ORC2 existe también expectación por la posibilidad de que se produzca un hecho histórico: el gallego Pedro Campos ha ganado hasta ahora seis ediciones de la Copa de Rey, lo que le iguala con José Cusí, el armador del Bribón. Si Campos vuelve a ganar con el Movistar, se convertirá en el máximo vencedor del trofeo.

Los Swan 60, que en ediciones anteriores tomaron parte en la Copa del Rey Mapfre en IRC1, han reunido este año el número suficiente de unidades como para formar una clase propia. Se trata de veleros lujosos y al mismo tiempo muy deportivos, que han atraído el interés de armadores de diversos países para crear competiciones entre ellos. Los Soto 40, por el contrario, no cuentan esta vez con suficientes inscritos y deben integrarse en ORC1.

En la clase ORC2 existe expectación por la posibilidad de que Pedro Campos gane su séptima Copa del Rey y supere las seis victorias logradas por José Cusí como armador del 'Bribón' entre 1984 y 2011

Las clases X-35 y J80 son también monotipo, es decir, de barcos completamente iguales. Tanto para los espectadores como para los propios regatistas eso añade un plus de espectáculo y emoción puesto que la posición que cada barco ocupa durante la regata es real y no se produce posteriormente ninguna compensación de tiempos.

La flota de X-35, que son veleros de 11 metros de eslora, ha crecido de manera exitosa en todo el Mediterráneo, y sus regatas son todo un acontecimiento, tanto por el numero de unidades que llegan de diversos países como por el nivel de los tripulantes. J80, finalmente, reúne los barcos más pequeños de todos los participantes en la Copa del Rey Mapfre, pero eso no resta ni un ápice de interés a las regatas. Al contrario. Con ocho metros de eslora vienen a ser como barcos de vela ligera un poco grandes. Son asequibles, no demasiado caros de mantener, y las propias reglas de la clase impiden utilizar materiales de alta tecnología. En España la flota es numerosísima, y entre los regatistas se incluyen campeones olímpicos y mundiales de vela ligera. En los últimos campeonatos de Europa y del Mundo se han sucedido los nombres españoles, así que las batallas que libran son como revanchas continuas.

Desde este lunes, la bahía de Palma vuelve a ser, tras 33 años de competición ininterrumpida, el escenario de la mejor vela.

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Fotografía de María Muiña

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El Turismo do Algarve encabeza la flota de J80. Fotografía de Martínez Studio

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