Con la jubilación en el horizonte

economía

Los expertos recomiendan prepararse para la siguiente etapa vital aunque falten algunos años para que llegue ese momento. Si bien es cierto que los tiempos son cambiantes, el reloj corre más rápido de lo que parece con los cincuenta cumplidos. Es una buena estrategia poner los cimientos para ese futuro que se acerca, tanto a nivel jurídico como económico y vitalmente.

Vertical

Uno se puede jubilar del trabajo pero no de las emociones, las inquietudes, los amigos”, comenta Ester López, psicóloga, psicoanalista. Aun sabiéndolo, cuando llega el momento de ese cambio de etapa es bastante habitual que surja ansiedad, como recuerda la psicóloga gerontóloga Alejandra Chulián, coordinadora del informe Manual de preparación a la jubilación positiva (ed. Fundación Desarrollo y Asistencia). Y esta ansiedad puede estar centrada tanto en la pérdida de poder adquisitivo (véase las últimas manifestaciones multitudinarias reclamando unas pensiones dignas), en la sensación de utilidad o inutilidad, así como por el sentido de lo que se va a hacer en esta nueva etapa. También puede incidir el posible deterioro de la salud tanto física como cognitiva (disminución de la memoria o agilidad mental), entre otros elementos.

Para María José Díaz-Aguado, catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad Complutense de Madrid, “la preparación para la jubilación debe comenzar en etapas anteriores. Se ha observado, por ejemplo, que el deseo de jubilarse suele ser superior entre las personas de 50 a 60 años que entre las de 64 a 65 años. Es decir, que se suele anhelar el abandono del trabajo cuando se ve lejano, pero sucede lo contrario cuando es inminente”.

Hay situaciones conflictivas o desagradables que se pueden evitar en el futuro redactando un testamento vital, así como un documento de autotutela

En cualquier caso, por un motivo u otro puede ser conveniente empezar a pensar en prepararse para esa jubilación que sucederá en unos años. Los expertos lo denominan socialización anticipatoria, y puede ser un buen antídoto para que el paso de los años sea más un disfrute que un sufrimiento. Rocío Fernández-Ballesteros, catedrática emérita del departamento de Psicología Biológica y de la Salud de la Universidad Autónoma de Madrid, quiere destacar que uno de los grandes limitadores conforme pasan los años no son los cambios físicos, sino la respuesta personal que cada persona le da. Mejor prepararse en todos los aspectos pues.

Cuestiones jurídicas

Todavía no se le otorga la suficiente importancia como para empezar a planteárselo. Y en principio tampoco puede resultar agradable, pero hay algunos asuntos legales a los que es conveniente prestar atención cuanto antes, explica el abogado Manuel Cerrada Moreno. Se trata del testamento y herencias, de la posibilidad de incapacitación judicial (documento de autotutela) y de las instrucciones previas que un paciente puede dejar a los médicos para el caso de que no pudiera darlas por sí mismo (testamento vital). “Es una manera de asegurarse de que, llegado el momento, las cosas se resuelvan como uno desea, evitando además situaciones conflictivas o desagradables a los seres queridos”, comenta Cerrada.

En el caso del testamento (regulado por el derecho de sucesiones) es conveniente estar bien asesorado por un profesional, pues existen multitud de particularidades en función de las circunstancias concretas de cada persona y hay además normativas fiscales distintas según la comunidad autónoma en la que se resida.

En cuanto al documento de autotutela, se puede preparar en previsión de que llegue un momento en la vida en que por tener mermadas algunas facultades uno no pueda gestionarse los propios recursos o a sí mismo, por lo que se delega previamente a una persona de confianza (denominado legalmente tutor) llegado el caso de incapacitación. Para otorgar este documento hay que acudir a un notario.

Por último, el testamento vital, redactado en previsión de un empeoramiento de la salud, en el que el paciente manifiesta sus instrucciones sobre cuidados y el tratamiento de su estado según sus creencias o convicciones, por si no pudiera expresarlas en el momento de la toma de decisiones. En el documento también se puede designar un representante para que, llegado el caso, vele por ese cumplimiento. Todas las autonomías tienen regulado por ley este documento, que se denomina Instrucciones Previas, Voluntades Anticipadas y Manifestaciones Anticipadas de Voluntad.

Vertical

Economía

“A grandes rasgos, entre los cincuenta y los 65 años puede suponer el pago final de la hipoteca y la generación de patrimonio adicional”, explica Pedro Miguel García Fernández, economista, experto en dirección financiera. Y a partir de entonces, en la fase de jubilación, “el saldo monetario es decreciente con el paso tiempo”. De ahí la recomendación de una adecuada planificación económica para afrontar este proceso.

Hay varias maneras de prepararse. Pedro Miguel García Fernández comenta que las entidades financieras disponen de una serie de productos de ahorro privado que pueden complementar la pensión pública, desde planes de pensiones hasta los seguros de ahorro para la jubilación. Destaca la necesidad de consultar con un experto porque cada individuo requiere de un planteamiento distinto.

Para Joan Melé, promotor de la banca ética y asesor de la Cámara de Emprendedores y Empresarios de Catalunya, los planes de pensiones no son la panacea. Esto no significa que no tenga que planificarse. Para ello es importante el control del gasto, “lo suficiente como para poder ahorrar, hacer un pequeño cojín ante cualquier imprevisto”. Para una buena planificación hay que tener en cuenta no sólo los gastos actuales, sino también los futuros, teniendo presente de que, en la medida de lo posible, es preferible no arrastrar deuda alguna.

En estos gastos futuros, Pedro Miguel García esboza cuáles son los más comunes de un jubilado divididos en vivienda, alimentación, ocio, transporte y salud, La casa puede sobrepasar el 40%. Ahí se incluye la calefacción, electrodomésticos, teléfonos, reformas de adaptación del hogar… El apartado de la alimentación no llega al 20%, mientras que el ocio supone el 10%. Transporte y mantenimiento del coche se llevan casi otro 10%. Y la salud no llega al 5%. El resto se mezcla entre ahorrar un poquito o algún que otro capricho o imprevisto.

Evidentemente, los porcentajes varían según el individuo, porque en el caso de la salud no hay que descartar el aumento de posibilidades de sufrir enfermedades o discapacidades que conlleven gastos o incluso la necesidad de tener un cuidador externo. Tampoco es una mala opción plantearse alquilar la vivienda actual, generalmente más grande que lo que se requiere una vez jubilado, para trasladarse a una de menores dimensiones. Habrá menos gasto de mantenimiento y un pequeño ingreso adicional cada mes por la diferencia de alquiler.

En esta ecuación también juega dónde se decide vivir: entorno urbano o rural. Hay quienes se trasladan de territorio, incluso de país. Según el índice global de retiro de International Living, que cruza datos económicos del Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud, España se encuentra entre los diez primeros países ideales para pensionistas basándose en las condiciones de vida y el coste de la misma, que en el caso de España suma el buen tiempo y la seguridad, en comparación con otros países.

Salud

Pasados los cincuenta es imprescindible integrar la rutina de pasar por los controles de salud, resalta Maite Angulo, médica traumatóloga del Hospital de Cerdanya. Aunque todos son importantes, no está de más resaltar los relacionados con la prevención del cáncer de próstata en el caso de los hombres, y el de mama en el de las mujeres, recuerda Angulo. Como señala Carmela Mañas, presidenta de la sociedad madrileña de geriatría y gerentología, con la edad aumenta la vulnerabilidad del organismo, por lo que uno de los retos es planificarse para que la calidad de vida no merme. Hay dos elementos claves para Mañas. Destaca la alimentación y el ejercicio.

Alimentación

En este sentido nunca se insistirá suficientemente sobre la importancia de una dieta saludable que incorpore alimentos de todos los grupos de forma equilibrada, antes de cruzar el umbral de situaciones irreversibles. Carmela Mañas recuerda la conveniencia de adquirir el hábito de tomar “seis comidas al día, repartidas como desayuno, media mañana, comida, merienda, cena y recena. Como mínimo habrá cuatro: desayuno, comida, merienda y cena. Desayuno, comida y cena deberán ser poco cuantiosos para facilitar su digestión; y a media mañana, merienda y por la noche, recena como un tentempié”.

Cuanto antes se incorporen hábitos nutricionales saludables más fácil será mantenerlos cuando llegue el momento de la jubilación. Mañas quiere recordar a grandes rasgos algunos de ellos: las necesidades de energía en general están en torno a las 30 cal/kg de peso/día; la ingestión de proteínas (presentes en carnes, pescados, huevos, legumbres…) debe ser de 1,5 g/kg/día para mejorar la masa, la fuerza y la función muscular; combinar los ácidos grasos monoinsaturados (presentes en el aceite de oliva virgen) con ácidos grasos poliinsaturados ricos en omega-3 (pescados azules), pues reducen procesos inflamatorios y previenen las trombosis y arritmias; aumentar el consumo de fibra (hasta 20-25 g/día) tomando frutas y verduras y cereales integrales (pan, arroz, legumbres, cereales para el desayuno….). Y no abusar de la sal (no más de una cucharita de café, que son 4,5 – 6 g), aunque tampoco hacer dietas totalmente exentas de sal.

Por último, Maite Angulo también insiste en el consumo de calcio, vital para los huesos, y la vitamina D (sobre todo proporcionada por el sol), sin la cual no se absorbe ese calcio, disminuyendo el riesgo de fracturas. Además, “la hipovitaminosis D se relaciona con deterioro cognitivo y cáncer” recalca Mañas.

Ejercicio

“El ejercicio no es sólo el deporte. También vale bailar o caminar, por ejemplo”, señala Maite Angulo. En cualquier caso, hacer algún tipo de actividad física regular es imprescindible. Contribuye a la prevención de la obesidad, reduce el colesterol malo, ayuda a la prevención de enfermedades cardiacas, así como a mantener una buena masa muscular. También estabiliza la densidad mineral ósea, previniendo la aparición y desarrollo de osteoporosis. Además mejora el estado anímico aumentando la autoestima, disminuye la ansiedad y la depresión, asegura Alejandra Chulián.

Y aunque no haya contraindicaciones para practicar ejercicio, hay que tener cuidado con los intensos, que son los que pueden suponer riesgos (muerte súbita, hipoglucemias, golpe de calor...), advierte Carmela Mañas. En cualquier caso, si se quiere hacer deporte es primordial una evaluación médica para valorar cuál es el más recomendable y la intensidad del mismo, aconseja Mañas.

Sexo

La disminución de la respuesta sexual es más evidente a partir de los cincuenta años, al menos es lo que afirma Saturnino Napal, urólogo del Hospital de Navarra. “Pasados los cincuenta años, los varones presentan una disminución progresiva de la producción de testosterona, la hormona sexual masculina por antonomasia”.

us manifestaciones clínicas suelen ser aceptadas por la mayoría de los hombres como cosas de la edad, sin plantearse alternativas para su solución. Pero para Ignacio Moncada, jefe del servicio de urología del Hospital Universitario Sanitas la Zarzuela y secretario general de la Asociación Española de Andrología, “es importante consultar con su médico”. Explica que es mejor descartar si hay disfunción eréctil, porque puede ir asociado a enfermedades como las de índole cardiovascular.

En cuanto a las mujeres, la cincuentena suele coincidir con la etapa de la menopausia, en la que también se produce un menor flujo de estrógenos, lo que puede provocar dolor vaginal durante las relaciones sexuales y sequedad. Pero no se trata de ninguna enfermedad y no significa que no puedan disfrutar de las relaciones sexuales, afirma Ester López. Incluso hay mujeres que al no menstruar se sienten liberadas en cuanto a la posibilidad de tener un embarazo no deseado, y eso puede ayudar a aumentar su líbido, explica esta experta. Aconseja experimentar la nueva etapa sin exigencias ni a uno mismo ni al otro. Todavía quedan años por delante, y disfrute.

El deseo de jubilarse suele ser superior entre las personas de 50 a 60 años que entre las de 64 a 65 años, cuando la pérdida de trabajo parece inminente y no se han ido cultivado otras inquietudes

Ocio y voluntariado

Para Alejandra Chulián es una etapa magnífica para explorar qué actividades se adecúan a las inquietudes que uno tiene en el área que sea y de la forma que sea. Las opciones son múltiples y es bueno preparar el terreno para cuando el trabajo no sea un impedimento en ese sentido. Chulián resalta la importancia de la sociabilidad. “Somos seres hechos para vivir en sociedad y relacionarnos, dando y recibiendo ayuda de los demás, compartiendo nuestros conocimientos y aportando alternativas y soluciones a lo que ocurre en el día a día, y evitando el aislamiento social”. Joan Melé asegura que el ser humano es feliz cuando se siente útil para los otros: “Por eso considero importante que esa planificación a años vista uno se plantee cómo quiere ser útil a los demás en su siguiente etapa de vida”.

Ángel Moreno Díaz, psicólogo, experto en gestión y dirección de centros geriátricos y de la tercera edad, implicado en la difusión de programas de promoción de envejecimiento activo, aporta algunas ideas de lo que se puede hacer: desde aprender nuevos conocimientos (como idiomas) o profundizar en los que ya se tiene en los ámbitos que sea tanto en el arte como en la cultura, asistiendo a debates y exposiciones; o manualidades o actividades en contacto con la naturaleza; también juegos de mesa o coleccionismo; o sencillamente quedar con amigos…

Sin olvidar el voluntariado, señala Ángel Moreno. “Los mayores de 60 años se han convertido en un segmento de edad cada día más implicado con el voluntariado y para estas personas las organizaciones de voluntariado se convierten en recursos para seguir aportando valor a la sociedad y asumiendo responsabilidades. Por esta razón, es muy importante que, antes de nada, se conozcan los distintos tipos de voluntariado que hay en el sector de las organizaciones no gubernamentales y las tareas que se pueden realizar en cada una, pensando qué opción se ajusta más al propio carácter, ideas, preferencias, disponibilidad de tiempo y formación”. Con todo ello la calidad de vida aumenta, coinciden los expertos. Acercarse a la vejez y hablar de ello va dejando de ser un tabú. Prepararse para ella también.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...