El faro de Londres

Con sus 310 metros de altura y 95 pisos, The Shard es el faro de Londres, visible desde decenas de kilómetros de distancia. Aunque no es un faro cualquiera sino uno de diseño, con la firma de Renzo Piano y propiedad del Estado de Qatar, y símbolo de la modernidad y el espíritu cosmopolita de la capital británica. No avisa a los barcos que avanzan por el Támesis de la existencia de acantilados rocosos o rápidos de gran peligro, pero, en cambio, alberga hoteles de superlujo y varios restaurantes de comida de fusión. Y su observatorio se ha convertido en una de las grandes atracciones turísticas de la capital británica.

El Shard nació en medio de una considerable polémica por ser una estructura de cristal y acero tan imponente –parece sacada de El señor de los anillos– que deja casi en ridículo a la vecina Torre de Londres, justo del otro lado del río, que durante siglos dominó el paisaje de esa parte de la gran metrópoli. Pero en pocos años se ha ganado no sólo el respeto sino el cariño de los londinenses, al igual que ocurrió en su día con la noria del Big Eye, que en teoría tenía fecha de caducidad pero no tardó en ser adoptada permanentemente.

Actualmente es el rascacielos más alto de la Unión Europea (UE), aunque estos títulos no suelen durar mucho: el Shard sobrepasó a la Torre Commerzbank de Frankfurt como el edificio más alto de Europa, pero este último honor lo perdió enseguida tras la inauguración del rascacielos Mercury City de Moscú, que le saca 30 metros.

Su construcción comenzó en marzo del 2009 y concluyó justo tres años después. Tiene 72 pisos habitables, la mayoría de ellos, de oficinas, muchos todavía vacíos por los elevados alquileres y la crisis económica, otros sede de bufetes de abogados, asesorías financieras y compañías como la casa de encuestas Gallup o la cadena de televisión Al Yazira. Ni que decir tiene que los alquileres son monumentales, lo mismo que las vistas.

El hotel Shangri-La, uno de los más exclusivos de Londres y seguramente el que ofrece mejores vistas, ocupa las plantas 34 a 52 del edificio. Tres restaurantes –Hutong, Aqua Shard y Oblix– constituyen una magnífica representación de la nueva cocina británica y la fusión Oriente-Occidente.

Londres es, junto con París, la ciudad europea con más rascacielos (18 edificios de más de 150 metros). Además del Shard, su horizonte aparece puntuado por edificios bautizados a menudo con nombre populares: el pepinillo, el rayador de queso, la Torre 42, el walkie-talkie, la Torre Heron y el complejo del Canary Wharf. Hasta ahora las grandes alturas habían estado circunscritas a los distritos financieros de la capital inglesa, pero el Shard es tan sólo el primero de una veintena de edificios de altos vuelos cuya construcción está prevista para los próximos años en todos los barrios de Londres, incluidas algunas zonas residenciales alejadas. Como la urbe no puede crecer a lo largo, la única alternativa que queda parece que es ir hacia arriba. Pero no todo el mundo cree que se trate de una buena idea…

Más información: www.visitbritain.es