El futuro de la gran pantalla

Cine

Nuevas técnicas digitales que den mayor espectacularidad a las películas, filmes muy personales, experiencias para el espectador que superen el concepto de la pantalla... El cine busca nuevos caminos, espoleado por la competencia televisiva. Spielberg, Allen, DiCaprio... Pesos pesados de la industria reflexionan sobre el cine del futuro

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J.J. Abrams, director de la nueva entrega de La guerra de las galaxias, con Tom Cruise, a quien dirigió en Misión: imposible III

La escena tiene lugar en el gimnasio de una escuela en un lugar sin identificar de Estados Unidos. Un centenar de niños, sentados alrededor de la cancha de baloncesto, esperan el momento en que comenzará una demostración. Nadie les ha explicado qué es lo que van a ver. De pronto, el suelo del gimnasio se convierte en el mar, y de allí salta una enorme ballena, permanece en el aire menos de un segundo, y cae con todo su peso sobre el agua, creando la sensación de que todos los que están allí saldrán empapados. Sin embargo, todo es una ilusión óptica, que pronto desaparece, pero deja a los niños perplejos.

La breve filmación, que dura en total menos de 10 segundos, aparece en cuanto uno escribe magicleap.com en internet. Después queda la página institucional de la misteriosa compañía Magic Leap que, de acuerdo con un reciente informe de Forbes, ya ha reunido 827 millones de dólares, aportados entre otros gigantes por Google, Qualcomm y la empresa china de internet Alibaba.

Steven Spielberg“El cine se va a ir ajustando a las necesidades del consumidor. Creo que va a haber algo para todo el mundo”

El objetivo de sus ejecutivos, entre los que se cuenta el nuevo presidente de Google, Sundar Pichai, es reunir un total de 1.400 millones (unos 1.280 millones de euros). Aunque no han dado explicaciones sobre si el vídeo de la ballena es real o si ha sido creado por ordenador usando efectos especiales, los encargados de personal de la firma están muy ocupados contratando a centenares de nuevos empleados para las cinco sedes que han establecido en Estados Unidos y Nueva Zelanda.

No faltan quienes sostienen que todo en el vídeo de la ballena es falso, incluyendo a los niños que presencian la escena, pero también es cierto que han logrado captar la atención de Hollywood. A diferencia del Hololens de Microsoft, unas gafas que permiten ver y trabajar con hologramas, el sistema de Magic Leap no requiere teoricamente de gafas de ninguna clase para los espectadores, lo cual promete enormes posiblidades en el mundo del entretenimiento.

Fue Steven Spielberg el que, un par de años atrás, en una conversación pública con su amigo y exsocio George Lucas sobre el futuro del cine, señaló: “Tenemos que eliminar el proscenio. Nunca vamos a tener una experiencia cinematográfica completamente inmersiva mientras estemos mirando a un rectángulo, ya sea una pantalla de cine o una de ordenador. Tenemos que poner al espectador en el centro de la experiencia, donde no importa dónde mires estés rodeado por ella”. Sin dudas, el universo de la realidad virtual se inscribe en la misma idea, cuyos primeros aparatos portátiles ya están disponibles, aunque por ahora parece estar orientado al mundo de los videojuegos.

J.J. Abrams“Estar en una sala de cine con cientos de personas, riéndose con ellas, aplaudiendo juntos y, en algunos casos, abucheando juntos, no tiene igual”

No sólo en Estados Unidos sino en todo el mundo, decenas de flamantes compañías están gastando miles de millones de dólares de inversores ansiosos, fascinados con la posibilidad de descubrir el formato que revolucione el mundo del entretenimiento. Dolby tiene unos 100 laboratorios funcionando en estos momentos en su sede de San Francisco, en los que experimenta con rayos láser, diferentes tipos de sonido y sistemas de proyección. Barco, una compañía belga, ya ha instalado sus pantallas triples, llamadas Escape, en numerosas salas alrededor del mundo, aún cuando todavía no se filmen películas que aprovechen las dos pantallas adicionales. Y son muchos los cines que han instalado butacas D-Box, que agregan efectos de movimiento a las grandes superproducciones de Hollywood, en un sistema que se conoce como 4D, y por el que los exhibidores suelen cobrar unos 25 dólares por sesión.

No faltan las salas que permiten disfrutar de una buena cena mientas se mira la película y hoy en día ya es moneda corriente ir a ver ciertas superproducciones en formatos que intensifican la espectacularidad de la acción, como el 3D, el IMAX y el IMAX 3D.

En la encrucijada

A pesar de que los analistas aseguran que en el 2016 la taquilla sufrirá una recaída, eso se debe a que este año ha sido particularmente beneficioso para los exhibidores, habiendo superado en un 8% el récord establecido en el 2013.

Al cierre de esta edición Jurassic World todavía ostentaba el primer lugar entre las películas más taquilleras de la historia. Sin embargo, la sensación imperante en la industria es que nadie puede quedarse con los brazos cruzados ante la cada vez más fuerte competencia de la televisión, los videojuegos y la incierta amenaza de la realidad virtual. Tal como señaló Francis Ford Coppola en una reciente conferencia, “ya no existe la división entre cine y televisión: todo es cine; puede durar menos de un minuto o más de 100 horas”.

Lo cierto es que los dueños de los cines tienen que convencer a los potenciales espectadores para que dejen por un rato de ver sus series favoritas en casa, algo a lo que no ayuda que, con el mismo entusiasmo con el que se invierten millones en tratar de revolucionar la experiencia cinematográfica, otras compañías exploran nuevos sistemas de transmisión televisiva y pantallas domésticas que cada vez hacen más difícil distinguir entre ver una película en casa o en una sala de cine.

Quentin Tarantino “Estamos en un momento de cambio. Nadie sabe qué nos espera en los próximos cinco años. Mucho menos en los próximos diez”.

Woody Allen, quien algunos años atrás vaticinó con precisión que la proyección de películas en los cines sería exclusivamente digital, está convencido de que el futuro del cine no es prometedor: “Yo creo que en el futuro inmediato la gente tendrá una gran pantalla en su hogar, la definición será perfecta y las películas van a ser hechas para ser vistas en casa. La noche de cine consistirá en invitar a un grupo de gente a la casa, compartir una cena y luego ir al cuarto de al lado para ver cosas que han sido hechas estrictamente para televisión. Si quieren ver la nueva película de Angelina Jolie, llamarán por teléfono para que se la pasen a las 20.30 h. Esa nueva etapa del cine llevará a un renacimiento aún mayor del teatro y de los espectáculos en vivo”, teoriza.

Sin embargo, J.J. Abrams, el director de Star wars: el despertar de la fuerza –cuya estrategia de marketing, que ha consistido en no revelar detalles ni proyectar la película antes de la première, promete generar un nuevo récord histórico de taquilla–, afirma que hay un elemento esencial del cine que no puede resolverse en la comodidad del hogar: “Yo no creo que haya algo mas estimulante en el entretenimiento que la experiencia comunal de ir al cine”, afirma. “Estar en una sala de cine –agrega– con cientos de personas, riéndose con ellas, estremeciéndose con ellas, aplaudiendo todos juntos, y en algunos casos, abucheando juntos, no tiene igual. Especialmente en esta época, en la que todo el mundo está aislado con su propia pantalla”.

Lo mismo opina el dueño del rostro más popular del elenco, Harrison Ford: “Para mi la virtud del cine es que estás en una sala con personas desconocidas y todos se han reunido en ese sitio que tiene un buen sistema de sonido porque quieren compartir una experiencia. Cuando se apaga la luz, este poderoso medio se apodera de gente muy diferente, y lo que todos disfrutan es una sensación de humanidad compartida. Eso es algo que no se consigue con los aparatos portátiles”, dice con su seriedad característica.

El futuro es hoy

Que el cine goza hoy en día de buena salud se refleja sin duda en la actual carrera por los premios, en donde no hay una película favorita y las posibilidades parecen ser equitativas para un buen número de potenciales candidatos al Oscar, simplemente porque el número de producciones de muy alta calidad que se han estrenado a lo largo de este año es contundente.

Y si bien muy pocas de las películas que participan han sido financiadas enteramente por los grandes estudios, y algunas han necesitado años de esfuerzo para convertirse en realidad, todas buscan convencer al espectador de que el lugar para verlas es en un cine.

Quentin Tarantino filmó The Hateful Eight en 70 mm, el formato con el que Hollywood intentó combatir a la televisión en la década de los sesenta, e hizo instalar las pantallas y proyectores necesarios en un centenar de cines de Estados Unidos para proyectarla –en España se estrenará el 15 de enero como Los odiosos ocho–.

Woody Allen“En el futuro inmediato, la gente tendrá una gran pantalla en su hogar y las películas van a ser hechas para ser vistas en casa”

Alejandro González Iñárritu rodó El renacido al aire libre, sólo con luz natural, siguiendo el orden de las escenas en el filme, en un demoledor esfuerzo físico que llevó todo un año. Leonardo DiCaprio, su protagonista, apunta: “La televisión se está volviendo tan buena que va a ser interesante ver cuál es el futuro del cine. Lo que no sé es cuántas películas pueden ser financiadas como lo hizo Arnon Milchan con El renacido, porque él es como un comisario de arte que ve una película como si fuera un cuadro. Espero que haya gente dispuesta a apoyar unas cuantas películas como esta cada año en esta escala, porque no se ven muy a menudo, y no es muy fácil conseguir que un estudio las financie”.

El propio Tarantino describe la sensación de desconcierto que se vive en la actualidad: “Yo creo que estamos en un momento de cambio, porque en realidad nadie sabe qué es lo que nos espera en los próximos cinco años. Mucho menos en los próximos diez”.

Kathleen Kennedy, la nueva presidenta de LucasFilm después de que esta firma fuera adquirida por Disney, tampoco tiene una respuesta clara a pesar de que, tal como confiesa, le presta una atención especial al tema: “La verdad es que no sé dónde estaremos en 20 años pero estoy segura de que será fantástico. Basta con las cosas que hemos podido ver en los últimos dos o tres años para poder imaginarlo, sobre todo teniendo en cuenta la velocidad con la que cambia todo y el dinero que se está invirtiendo para lograrlo. Cuál es el futuro del cine es una pregunta interesante y Bob Iger, el presidente de Disney, se la hizo a ILM y LucasFilm para que empezáramos a hablar sobre el tema. Lo interesante es que hay mucha gente que está trabajando en encontrar nuevas formas de que la experiencia cinematográfica vaya más allá de lo que tenemos en nuestra sala de estar. Ese siempre va a ser el desafío”, describe.

La búsqueda de algo nuevo ha llevado a Disney a invertir 65 millones de dólares en Jaunt, una firma que desarrolla un sistema para crear salas de cine en el que unas 200 personas puedan presenciar juntas una película, aunque cada una de ellas vea su propia versión con un casco de realidad virtual.

A la vez, Bill Gates, el dueño de Microsoft, y Nathan Myhrvold, quien ha copatentado 17 inventos con esa compañía, están desarrollando un sistema que permite convertir inmediatamente en imágenes todo lo que aparece en un texto.

Los investigadores que trabajan en nuevas ideas están muy cerca de concretar una que permitirá que espectadores elegidos al azar vean sus rostros insertados en la película que están mirando. La popularidad de los drones ha hecho que filmar una escena como la de Julie Andrews corriendo por los Alpes suizos en Sonrisas y lágrimas esté hoy al alcance de cualquier cineasta. Y, aunque por ahora es un recurso que se ha usado en ocasiones especiales, Hollywood tiene hoy la capacidad de crear actores virtuales, como se vio en la última entrega de Fast and Furious tras la trágica muerte de Paul Walker.

La clave es el contenido

Sin embargo, el futuro del cine no depende sólo de los adelantos tecnológicos, sino de las historias que se van a contar. Iñárritu cree que la clave para llevar a la gente al cine está en el contenido y no en la espectacularidad: “El peligro es que las salas de cine se llenen de películas de televisión proyectadas en una gran pantalla. Creo que el cine tiene que proponer algo que nunca hayas pensado. Debe tener un momento de revelación que provoque fuertes emociones en el espectador y no simplemente depender de una vuelta de tuerca, de un buen argumento o de una interpretación. Es una yuxtaposición de cosas”.

Spielberg está convencido de que los nuevos formatos ayudarán a refinar la experiencia cinematográfica de acuerdo con el gusto individual: “El cine se va a ir ajustando a las necesidades del consumidor”, proclama. “Creo que va a haber algo para todo el mundo –explica–. Los géneros y las historias más pequeñas que no necesariamente atraerían a un público masivo van a convocar a suficiente gente como para resultar viables financieramente. Creo que eso será posible porque hoy en día estamos consumiendo entretenimiento de muchas formas diferentes. Hoy un vídeo de cuatro segundos, como forma de expresión artística, tiene una audiencia interesada en verlo, por lo que creo que deberemos tener una mirada mas amplia sobre el entretenimiento”.

Ron Howard, el veterano director que comenzó su carrera siendo niño y que como actor tiene una mirada similar explica: “Yo creo que la experiencia cinematográfica se va a volver mucho más refinada para tratar de atraer a la audiencia para que vaya a las salas a participar de una experiencia comunal, pero a la vez se va a volver mucho más fácil ver todo tipo de contenido, ya sea de cine o televisión, en casa y según la conveniencia de cada uno. Va a haber una verdadera competencia para conquistar la atención de la gente, pero creo que la audiencia es la que va a salir ganando, porque los directores de cine se van a ver obligados a arriesgarse más. Los cines no van a desaparecer, pero la cantidad de salas va a disminuir y la exhibición será mejor. Se va a asemejar a ir al teatro, porque va a tener que convertirse en una experiencia excepcional para poder subsistir”.

Pero, sin duda, nadie puede resumirlo mejor que Jane Fonda, que lleva ya seis décadas actuando frente a las cámaras y ha vivido varios futuros: “El cine siempre va a existir, porque es parte de nuestras vidas y de nuestra cultura. Nadie sabe qué es lo que va a pasar de aquí a 20 años, porque ¿quién hubiera imaginado hace dos décadas que los estudios sólo iban a estar haciendo superproducciones, y que otro tipo de películas como El regreso o Cómo eliminar a su jefe, en las que yo participé, iban a estar condenadas a ser realizadas en forma independiente?”.

Siempre dispuesta a proponer alternativas, quien acaba de ser nominada al Globo de Oro agrega: “Aunque no sé qué es lo que nos deparará el futuro, lo que me gustaría es que las superproducciones pasen de moda y que los estudios aprendan a hacer películas con menos dinero, con historias centradas en buenos personajes, sobre todo si tratan tanto de mujeres como de hombres”.

PESOS PESADOS DEL CINE

Katleen kennedy (Lucas Film) 

"No sé dónde estaremos en 20 años, pero estoy segura de que será fantástico. Basta con ver lo de los últimos dos o tres años".

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Harrison Ford

“La virtud del cine es que estás en una sala con personas desconocidas que se han reunido para compartir una experiencia”

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Ron Howard

“Va a haber una verdadera competencia para conquistar la atención de la gente, pero la audiencia va a salir ganando”

Leonardo Di Caprio

“La televisión se está volviendo tan buena que va a ser interesante ver cuál es el futuro del cine”

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Alejandro González Iñárritu

“El cine tiene que proponer algo que nunca hayas pensado. Debe tener un momento de revelación que provoque fuertes emociones”

Francis Ford Coppola

“Ya no existe la división entre cine y televisión: todo es cine. Puede durar menos de un minuto o más de 100 horas”

Jane Fonda

“Me gustaría que pasasen de moda las superproducciones y que los estudios aprendieran a hacer películas con menos dinero”

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Quentin Tarantino durante el rodaje de Django desencadenado

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Woody Allen, con John Turturro, en una librería, localización del filme Aprendiz de gigoló, dirigido por Turturro

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