El futuro incierto de los tigres

Panteras

El más grande de los felinos es una especie amenazada que ya sólo vive en el continente asiático. Durante el siglo XX se extinguieron tres subespecies y una cuarta se puede hallar únicamente en zoos, pero en la última década ha habido un pequeño aumento del número de ejemplares en libertad en lugares como algunos parques naturales de India.

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A lo lejos se intuye una silueta rayada. Los gritos secos de los ciervos sambar avisan de que un tigre anda cerca. Ese sonido gutural ofrece muy pocas dudas. Un grupo de langures (la especie de monos más común en esta zona) toma el relevo y también se ponen a chillar con fuerza, todos al unísono. La jungla está alborotada. Unos instantes después, con los rayos cálidos de primera hora de la mañana, aparece un tigre. “Es una tigresa adulta”, comenta en voz baja Rajendra Gurjas. La sorpresa es que no viene sola. Le acompañan tres cachorros de más de un año. Los tres están en perfecto estado y se les ve muy bien alimentados.

Rajendra Gurjas es natural de la zona, del Rajastán, un estado al noroeste de India, y trabaja como guía especializado en el tigre. Sale casi cada día al parque nacional de Ranthambhore desde hace más de 25 años. Alguna noche ha observado tigres en la misma puerta de su aldea. “Los tigres que acabamos de ver –explica– ya necesitan casi la misma cantidad de carne que los tigres adultos para alimentarse”. Por eso, si puede, esa trigresa cazará un ciervo sambar, que puede superar los 300 kilos, o, si no, un chital (o ciervo axis), otro cérvido un poco más pequeño.

La familia de tigres camina despacio en dirección al río, más bien seco; beberán de un remanso en un meandro rocoso y aprovecharán para darse un baño. Los cuatro tigres entran en el agua y hacen lo que harían los gatos domésticos en secano: beben, se acicalan y se lamen los unos a los otros. Limpios y saciados de agua, descansan un rato. Cuando se ponen de nuevo en marcha, en dirección río arriba, los pavos reales que estaban a más de medio kilómetro de distancia salen volando muy inquietos.

“Buscan una sombra y un lugar fresco para descansar. Con tanto calor (la temperatura supera los 40 grados), los tigres no se moverán hasta que caiga el sol”, dice Rajendra Gurjas.

En el parque de Ranthambhore, antiguo coto de caza de los marajás de Jaipur, viven unos 70 tigres de los 4.000 que se estima que sobreviven en libertad

Ranthambhore es uno de los parques nacionales más antiguos de India. Tiene una población estable de tigres que ronda los 65-70 ejemplares. Los tigres conviven aquí con otros felinos (leopardo, caracal, gato de la jungla) y otros mamíferos como osos bezudos, chacales, hienas, puercoespines y mangostas. Ranthambhore fue el coto de caza de los marajás de Jaipur y todavía conserva algunos palacios dentro del parque, la mayoría en ruinas. Es curioso ver a los tigres paseándose por esas construcciones del pasado, lo que hace pensar en las historias de Rudyard Kipling y el malévolo Shere Khan persiguiendo a Mowgli.

Desde muchos puntos del parque destaca la silueta del fuerte de Ranthambhore, construido entre los siglos X y XII y modificado a lo largo de las centurias. Tiene varios templos dedicados a Ganesh y Shiva, entre otras deidades, y se considera una de las fortificaciones de este estilo más grandes de toda India. La vista desde arriba impresiona. Se ven los lagos y algunos de los palacios que hay en el parque, así como gran cantidad de aves acuáticas: varias especies de cigüeñas y garzas junto a marabúes, cigüeñuelas, jacanas y diversas anátidas. Con suerte y paciencia, desde este punto también puede observarse algún tigre.

El tigre (Panthera tigris) es el felino más grande y pesado. Es probablemente también el más emblemático. Tan sólo vive en el continente asiático. Durante el siglo pasado se extinguieron tres subespecies de tigre: de Bali, de Java y del Caspio. El tigre de Xiamen (o Amoy), del sur de China, se ha extinguido en libertad y únicamente se encuentra en zoos. Actualmente, tres cuartas partes de todos los tigres del mundo pertenecen a la subespecie del tigre de Bengala. Aún sobreviven otras subespecies muy escasas y amenazadas, como el tigre de Sumatra o el tigre de Amur.

La lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN en sus siglas en inglés) cataloga el tigre en peligro de extinción. No está permitida su caza ni el tráfico de ninguna parte de su cuerpo. Quedan alrededor de 4.000 ejemplares en libertad (hay muchos más en cautividad).

Los tigres se localizan principalmente en los bosques tropicales de Asia, aunque también se encuentran algunos en latitudes más frías, como en Rusia, donde vive el tigre de Amur. En India, donde varios parques nacionales tienen una población destacable de este felino, se localiza la mayor parte de los tigres salvajes.

Durante el siglo XX, la población de tigres en libertad descendió de 100.000 ejemplares a poco más de 3.000. El motivo fue la persecución por el ser humano. A veces, debido al conflicto con el ganado o a causa de los eventuales ataques a personas, pero casi siempre ha sido víctima de la caza furtiva con el objetivo de comercializar su piel o partes de su cuerpo, muy apreciadas en los ritos y la medicina popular de algunos lugares de Asia. La destrucción de su hábitat es otro de sus problemas. Sin embargo, en la última década ha habido una tímida recuperación de la especie y ha aumentado ligeramente el número de tigres.

En India se registran muy pocos ataques de tigres a personas; no así en Bangladesh, donde se contabilizan medio centenar cada año

La conservación del tigre es una de las prioridades para la oficina de la organización ecologista WWF en Ranthambhore. El edificio está a muy poca distancia de su lugar de acción. En un extremo de la ciudad de Sawai Madhopur, cerca del parque, trabaja el doctor Abhishek Bhatnagar, que tiene la misión de garantizar la conservación del tigre en su hábitat natural. Es el responsable de uno de los proyectos más importantes que desarrolla WWF: el proyecto Corredores del Tigre. “Una de las claves para la supervivencia de los tigres son los corredores naturales. Estas zonas son los pasadizos por los cuales los tigres pueden moverse de un lado a otro. Esto permite la variación genética de las distintas poblaciones de tigre y, además, hace que vaya aumentando el área de distribución”, explica ­Bhatnagar.

A simple vista, parece obvio que la superpoblación humana de India deja poco espacio para la fauna salvaje, y todavía menos para un animal potencialmente peligroso que necesita presas grandes para vivir.

Aun así, Bhatnagar está esperanzado: “Nuestro trabajo de seguimiento durante estos años demuestra que los tigres están utilizando los corredores, cada vez más. Incluso, algunos tigres han estado viviendo en esas zonas intermedias. Por ejemplo, un tigre que salió del parque nacional de Ranthambhore pasó casi dos años en la zona del corredor del río Chambal”.

El tigre sobrevivió durante ese tiempo sin que lo mataran. Cuando se visita esa zona y se ve lo habitada que está, se aprecia la capacidad del felino para moverse de noche y pasar desapercibido. Aun así, según comenta Bhatnagar, los tigres jóvenes necesitan territorio y prefieren zonas más tranquilas y con más presas naturales como, por ejemplo, el parque nacional de Keoladeo y el santuario de vida salvaje. Allí están protegidos y no entran en conflicto con la población local.

En la zona central-sur de India se producen muy pocos ataques de tigres a personas. Sin embargo, en Bangladesh, en el delta del río Ganges y otros humedales de esa zona, la cosa es diferente. Allí cada año se calcula que medio centenar de personas mueren atacadas por tigres. Las escasas presas naturales (incluso de áreas protegidas como el parque nacional de Sundarbans, en Bangladesh) hace que el hombre sea considerado eventualmente como alimento. Para muchas familias, cultivar la tierra o cuidar su ganado es un auténtico riesgo, sobre todo cuando la zona es castigada por ciclones o inundaciones.

Un tigre que está en la charca se aplasta contra el agua y echa las orejas hacia atrás. “Esa es la postura de caza” dice el guía. El felino observa a lo lejos a un grupo de ciervos

Se acerca el final de la época seca a Ranthambhore con el sonido de truenos lejanos. El paisaje es amarillo y parece más una sabana africana que una jungla asiática. Tan sólo los barrancos mantienen humedad suficiente para conservar el verde tropical. Cerca de estos barrancos hay una pequeña charca donde los animales van a beber. Está abierta a los cuatros puntos cardinales y aquí se juntan chitales, sambar, langures, cerdos salvajes y toda la fauna de la zona. Y los tigres lo saben. Se instalan junto al agua como punto privilegiado para cazar.

Esta tarde, con las nubes ocultando el sol, un tigre ha decidido darse un baño. Bebe y sumerge todo el cuerpo en el agua con excepción de la cabeza. Después de pasar más de una hora prácticamente en la misma posición, el tigre hace un movimiento, se aplasta contra el agua y echa las orejas hacia atrás. “Esa es la postura de caza. Fíjate en los músculos del cuerpo y las orejas. Todo el tigre está en tensión”, susurra el guía Rajendra Gurjas. El felino observa a lo lejos un grupo de ciervos sambar que se acercan a la charca. El tigre no mueve ni una oreja. Los ciervos se aproximan más y más. No ven al tigre y su sed parece que les lleva directamente hacia el felino. De repente, los ciervos se paran. Uno ha escuchado algo o quizás lo ha olido. “Si uno de los ciervos camina un par de metros más hacia al agua, el tigre le saltará encima”, narra Gurjas. Uno de los ciervos gira la cabeza de un lado a otro intuyendo algo extraño. No lo tienen a la vista, pero las señales que perciben son correctas: hay un tigre aguardando. Unos instantes más tarde, uno de los sambar emite su característico ronquido seco: “Coc, coc, coc” (una mezcla entre el ladrido de un corzo y el cacareo de una gallina) y todos los ciervos salen corriendo. El tigre tendrá que buscar otra oportunidad.

¿Por qué panteras?

El término pantera procede del griego pánther y se traduce como gato salvaje. Las panteras negras son jaguares o leopardos con pelaje muy oscuro por el melanismo. La pantera de las nieves vive en las montañas de Asia; la de Florida es una subespecie de puma declarada extinta este 2018. Panteras es el último proyecto del fotógrafo Andoni Canela. Trata sobre los grandes felinos y su lucha por la supervivencia. E incluye a los felinos del género Panthera: jaguar, tigre, león, leopardo y pantera de las nieves y, además, a pumas, guepardos y linces. El proyecto, que incluye esta serie de reportajes en Magazine y cuenta con el apoyo de WWF, tendrá continuidad en un documental producido por Wanda Natura y un libro de gran formato. (Más información en

www.panteras.org)

EL TIGRE

Hábitat

Asia. Las mayores poblaciones viven en India, Malasia, Indonesia y Rusia. Puede vivir en junglas tropicales, sabanas y también en zonas de montaña.

Características

Es el felino de mayor tamaño y peso: los machos adultos pueden llegar a los 300 kilos.

Presas

Puede atacar a cualquier presa. En India, se alimenta especialmente de ciervos sambar y chitales.

Amenazas/Peligros 

La caza furtiva, el tráfico de pieles o de partes de su cuerpo como remedios locales. También, el enfrentamiento con el hombre y la destrucción de su hábitat. Está calificado en la lista roja de la UICN como “en peligro de extinción”. Se calcula que hay alrededor de 4.000 tigres en libertad. Se extinguieron tres subespecies durante el siglo XX (tigres de Bali, de Java y del Caspio).

Victorioso

Para las culturas orientales, es un animal que simboliza la victoria sobre cualquier fuerza. En el hinduismo, Brahma (el dios creador) y Shiva (el dios destructor) utilizan la piel de tigre en su indumentaria.

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