1. ¿Cuál será la tasa de paro estructural que tendrá España?
Debería ser del 5% o por debajo. En términos históricos, España ha tenido tasas altas de paro estructural: por razones educativas (baja formación, falta de especialización, numerosos colectivos de difícil empleabilidad), sociológicas (escasa movilidad) y de desigualdad de género. Estos factores se han ido corrigiendo. Cuando tengamos una robusta recuperación, la tasa estructural debería ser similar a la de las economías más avanzadas.
2. ¿Reventarán las máquinas el mercado de trabajo?
Afectarán al mercado de trabajo, pero transformándolo. Algunos teóricos, como Krugman, vienen alertando de ese riesgo y de cómo afecta ya a la economía norteamericana, incluido el sector manufacturero. Pero lo que provocará será una mayor especialización del mercado, como ya sucede, y una asignación de recursos. Porque la robótica también incorpora alto valor añadido y mano de obra en su diseño y ejecución.
3. ¿Morirá la figura del asalariado?
No creo que muera. Obviamente, sufrirá transformaciones. La tendencia apunta a favorecer el emprendimiento y el trabajo por cuenta propia. Pero en España será un proceso lento: en términos agregados, la estructura del mercado laboral se ha mantenido estable en los últimos 25 años, en particular en cuanto a la relación asalariados/no asalariados.
4. ¿Qué recomendaría a un joven de 18 años?
Obtener la mejor formación, que es lo que más aumenta las posibilidades de empleo. Esto implica responsabilidad individual y esfuerzos colectivos.
5. ¿Cuántas horas trabajaremos en el futuro?
Temo que igual que ahora, más o menos. Entre otras cosas porque superar los efectos de esta crisis financiera nos va a llevar 20 años.
► La receta contra el paro
• Educación y formación, educación y formación… En ello radica todo.
• Cambiar la estructura productiva, demasiado basada en sectores de baja productividad (turismo) y propensos a las burbujas (construcción). Impulsar sectores de más valor añadido (renovables, I+D+i. rehabilitación, máquina-herramienta, aeroespacial, industrias sociales…) ayudaría a encontrar nuevos nichos de empleo.
• Entre esos nichos, probablemente el más intensivo en mano de obra sea el de servicios sociales, atención a dependientes; con una tasa similar a otras economías, habría medio millón de empleos más en el sector.
• Fomentar la movilidad. La crisis ha traído desgracias sin número, pero ha favorecido esa movilidad con una salida masiva de jóvenes al exterior: sin duda, un reservorio excelente de mano de obra especializada cuando la economía española se recupere.
• Favorecer la transferencia de conocimientos desde la universidad a la economía real y las empresas.