Aunque ya hay más de 47.000 fotos de Marte realizadas por la nave Mars Reconnaissance Orbiter desde que circunda su órbita en el 2006, las mil que envió la NASA el mes de agosto pasado (de las que se han seleccionado las que ilustran estas páginas) no son cualesquiera. La iluminación es fundamental, y en estas señaladas, es perfecta porque se realizaron durante el equinoccio de Marte, cuando el Sol mejor alumbra la superficie, cosa que sólo sucede cada 26 meses. Un hecho que coincidió el pasado mes de mayo con las condiciones inmejorables de comunicación entre Marte y la Tierra, que por su posición relativa con respecto al Sol evitó cualquier tipo de interferencia. Un lujo circunstancial. El resultado son unas imágenes excepcionales que permiten aterrizar la imaginación entre montes, dunas y cráteres, y que los científicos valoren la estabilidad de la superficie según las áreas de Marte. También ayuda la HiRISE, la cámara de 65 kilos de la nave, que permite apreciar los detalles hasta un metro de diámetro. Datos muy valiosos para las siguientes misiones espaciales, tripuladas o no, para determinar lugares donde aterrizar y establecerse. ¿Una locura? Tal vez, pero hace cuatro años se presentaron 200.000 candidatos de 140 países para colonizar Marte, de los que han superado las pruebas cien personas según el grupo fundador del controvertido proyecto Mars One. Aunque para los expertos de la NASA será prácticamente imposible enviar humano alguno antes del 2030, que al menos sirvan estas imágenes para conmemorar aquella primera foto de Marte enviada hace 41 años por la sonda Viking 1.
Las cicatrices de Marte
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