Antes de poner el punto final a este reportaje, su autor cogió un tren de la línea R1 de Cercanías de Renfe para llegar a la redacción. Llevaba una novela bajo el brazo, Después de muchos inviernos (Lumen), de Marian Izaguirre. El reportaje trata sobre esas buenas nuevas que se tragó el maremoto de las grandes malas noticias del año. ¿Saben una cosa? Hay más buenas noticias que malas, aunque parezca lo contrario por una cuestión de decibelios.
De decibelios y de prácticas periodísticas. “If it bleeds, it leads”, dicen los anglosajones. “Si sangra, manda”. O “si sangra, hay portada” (Walter Mathau, en Primera Plana).
Los gritos de las malas noticias resuenan en todo el mundo, mientras que las buenas se susurran. Un desplazamiento en tren o un buen libro pueden ser murmullos atronadores. Hay que aguzar el oído. He aquí una selección de pequeñas grandes noticias que no todos supimos o quisimos apreciar.
El amor triunfa
La etiqueta más popular en Instagram volvió a ser este año #Love. En quinto y sexto lugar estuvieron #Beautiful y #Happy. El ansia de felicidad, de belleza y amor nos definen. “Melibeo soy y a Melibea adoro, y en Melibea creo y a Melibea amo”, dice Calisto en La Celestina, una tragicomedia rabiosamente moderna. Y es del siglo XV.
Las redes, también
El acceso a internet ha crecido un 9% con respecto al 2018. El 56,1% de la población mundial está conectada. Cada minuto se registran 4.500 millones de búsquedas en Google, se envían 200 millones de mensajes y correos electrónicos, y se descargan 390.000 aplicaciones. No estamos en una era de cambios, sino en un cambio de era. ¿Le dan miedo los cambios? Al filósofo Fernando Savater, no: “Se puede estar a favor de la globalización y en contra de su rumbo actual. Y también a favor de la electricidad y en contra de la silla eléctrica”.
Crisis en el ‘Hotel California’
Las tecnologías no son intrínsecamente malas. Todo depende del uso. Pero hay que conocerlas para saber hacia dónde vamos. Un ejemplo: la música se abrevia. La razón es que Spotify paga por canciones, y dos de tres minutos son más rentables para sus creadores que una de seis. Los Eagles acortarían hoy su Hotel California, de seis minutos y medio (y sin duda Led Zeppelin su Stairway to heaven, de ocho).
Matemáticas contra zombis
Aunque en su día tuvo menos eco mediático del que merecía, pocas conferencias hubo más optimistas que la del mes pasado en Bilbao de Anabel Forte, de la Universitat de València. La estadística, dijo esta doctora en Matemáticas, puede ayudar a comprobar la eficacia de un fármaco o predecir el mejor escondite en caso de un apocalipsis zombi. “Por fortuna, los muertos vivientes no son un riesgo real; pero los virus y las bacterias, sí”.
Dinosaurios y meteoritos
El big data no es la panacea, añade el profesor David Christian en La gran historia de todo (Crítica), una de las grandes sorpresas de la temporada. Ni todos los macrodatos de los mejores modelos informáticos pueden prevenir “una pandemia por la minúscula mutación de un virus o calcular las repercusiones de la explosión de una supernova”. Pero si fuéramos dinosaurios nos encantaría saber qué es esa luz que se acerca en el cielo. Y eso sí lo pueden hacer ya nuestros científicos. Tranquilos: al contrario que Abraracúrcix, el jefe de la aldea de Astérix y Obélix, no hemos de temer que el cielo se nos desplome.
Hermanos animales
El etólogo y escritor Konrad Lorenz dijo que cualquiera que haya vivido con un perro y no esté convencido de que estos animales tienen sentimientos es alguien “trastornado, y hasta potencialmente peligroso”. La lucha contra el maltrato animal ha recibido muchos espaldarazos; el último, la decisión de California de prohibir los circos con ejemplares de fauna salvaje, la venta de pieles y las granjas destinadas a la industria peletera.
Amores perros
Nicola Coyle ha creado la oenegé más pequeña del mundo en la ciudad inglesa de Mansfield. Ella es la única integrante del hospicio Hocico Gris que cuida perros en estado terminal y les da los mimos que nunca tuvieron. No puede adoptar más de dos animales a la vez porque los lleva a su casa. El que más, vivió un año. El que menos, tres días. Pero “para mi corazón basta tu pecho, / para tu libertad bastan mis alas” (Pablo Neruda).
El cáncer no existe
Existen los cánceres. Pero ya no son “ni una condena ni una palabra maldita”, como subraya el oncólogo Siddhartha Mukherjee en El emperador de todos los males (Debate), que sigue copando la lista de títulos de divulgación más vendidos. La medicina progresa y, aunque la solución tampoco llegará en el 2020, avances que hace poco parecían ciencia ficción son ya una realidad: inhibidores biológicos, inmunoterapias personalizadas, nanoprocesadores médicos, robots cirujanos…
Y se hizo la luz
El mes de abril pasará a la historia porque por primera vez se fotografió un agujero negro. Fue en la galaxia Messier 87, a 53 millones de años luz de distancia. Es como si desde la Tierra hubiéramos sido capaces de ver un dado en la Luna. La hazaña se logró con ayuda española gracias al Instituto de Radioastronomía Milimétrica, que tiene en Sierra Nevada un potente telescopio, uno de los que participa en este ambicioso proyecto para investigar el objeto más denso de cuantos se conocen en el universo, a cuya fuerza de gravedad nada puede sustraerse, ni siquiera la luz.
La guerra contra el sida
Siguen los avances en el desarrollo de una vacuna contra el sida (que se administraría a personas infectadas con el virus). Son sólo ensayos clínicos, aunque ya se han obtenido respuestas positivas. Es pronto para lanzar las campanas al vuelo, pero la comunidad médica –tradicionalmente circunspecta– se muestra esperanzada.
Levántate y anda
Como varios estudios han avanzado este año, los exoesqueletos, las neuroprótesis y las interfaces o conexiones entre cerebro y máquina permitirán en un futuro no muy lejano recuperar la movilidad a personas con miembros paralizados.
El año de las mujeres
Casi todas las protagonistas de estas microhistorias son mujeres. Este ha vuelto a ser su año. La huelga feminista mundial del 8-M. La respuesta global a las agresiones sexuales. La cobardía de un político de Vox, incapaz de sostenerle la mirada a una víctima de la violencia machista... El 2019 ha demostrado que el feminismo no es sólo una lucha de género, sino de justicia.
El pesimismo perjudica la salud
Un reciente estudio de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. concluye que los optimistas viven más y mejor que los pesimistas. Luis Rojas-Márquez opina lo mismo y elogia el poder terapéutico de las palabras en su última obra, cuyo título es una declaración de intenciones: Somos lo que hablamos (Grijalbo). Este psiquiatra opina que “el optimismo es un músculo que hay que entrenar a diario”.
Y, ahora sí, el punto final
Adam Zagajewski dice en un poema precioso: “Los astronautas soviéticos afirmaban no haber hallado / a Dios en el espacio, pero ¿lo habían buscado?”. ¿Pasará eso con la alegría? Mientras viajaba en tren, el reportero pensaba en dos mujeres admirables: la escritora Marian Izaguirre y la universitaria Ángela Hitos Murillo. Marian popularizó la frase “Un día sin leer es un día perdido”, convertida hoy en lema editorial. Tras superar un problema de salud, ha regresado felizmente y de nuevo por la puerta grande con la novela Después de muchos inviernos; hay que leerla porque somos lo que hablamos... y lo que leemos. Ángela (@oyirum en Instagram) es una sonrisa invencible sobre una silla de ruedas. Un día, como una moderna Rosa Parks, esta estudiante de Biomedicina protestó en una estación para reclamar más trenes adaptados. Cada vez que escuche por megafonía que el próximo convoy está adaptado, piense en ella. “Antes –bromea– era una ciudadana de tercera, pero ¡ya soy de segunda! De segunda porque ¡queda tanto por hacer, tanto por reclamar!”.