La oferta se multiplica

Series

Empresas alejadas originariamente del mercado televisivo como Netflix y Amazon están relevando a las cadenas de cable como las grandes productoras de series de calidad.

Horizontal

NETFLIX . House of Cards. Kevin Spacy y Robin Wright son el matrimonio Underwood

El mundo de la televisión está cambiando a pasos agigantados. Las familias ya no se reúnen en la sala de estar para ver en directo sus programas favoritos delante del televisor. Ni todos los miembros miran el mismo espacio, ni se ve únicamente en el televisor ni, por supuesto, los espectadores se conforman con lo que les programan desde las cadenas televisivas. Si la forma de ver tele ya no es la misma, también han emergido cambios en la producción de las series llamadas “de televisión”, una etiqueta cada vez más carente de sentido porque ni son producidas por o para una empresa televisiva ni van a ser vistas exclusivamente en el televisor. Compañías ajenas, en su origen, a la industria televisiva como Netflix y Amazon están consolidándose en la producción de series originales con éxito de audiencia y crítica. Es el reclamo para atraer nuevos suscriptores y consolidar los ya abonados. En España, Telefónica también se ha sumado a esa tendencia porque sabe de su necesidad de competir con plataformas que ya han desembarcado aquí como Netflix y HBO España y otras que lo harán pronto como Amazon Video.

“Cuántas series puede aguantar el mercado, ya se verá, es muy difícil prever eso”, dice Domingo Corral, directivo de Movistar+

La última edad de oro de las series tuvo su origen en las cadenas de cable norteamericanas que se convirtieron en la principal cuna de ficciones de calidad y de culto desde que a finales de los noventa empezaron a producir ficción propia sin el lastre de estar obligadas a buscar la máxima audiencia, ya que su vía de financiación no era sólo la publicitaria sino la cuota de abonados. HBO dio el pistoletazo de salida con Los Soprano, considerada de forma unánime la primera serie de la nueva era. La cadena de cable impulsó más tarde ficciones de prestigio como The Wire, A dos metros bajo tierra o Treme y otras más populares como True Blood o Juego de tronos, convertida hoy en la más emblemática de la cadena. En AMC triunfaron Mad Men y Breaking Bad, y en la actualidad es el refugio de ese fenómeno planetario llamado The Walking Dead. También la cadena Showtime aportó series de prestigio como Homeland, Shameless, Masters of Sex o Dexter. Todas esas ficciones empezaron a tener una segunda vida en plataformas de vídeo bajo demanda, como era el caso de Netflix. La industria de la te­levisión y la industria de la ­tecnología convivieron pacíficamente hasta hace aproximadamente tres años, cuando las cadenas televisivas empezaron a ver en la industria de la tecnología a un competidor y no a un compañero de viaje, con lo que se empezó a no renovar los contratos de colaboración entre ambos sectores, y plataformas como Netflix apostaron por la producción original propia como vía de futuro.

Netflix parte en ese nuevo panorama con una ventaja: cuenta con grandes dosis de información, conocida como big data, que le facilitan sus propios suscriptores. Estos datos tienen gran peso a la hora de elegir sus proyectos, como el drama político House of Cards, su primera producción original, que se estrenó en febrero del 2013 (en realidad, ese mérito correspondería a Lilyhammer, coproducida con la televisión noruega, aunque se trató más bien de una prueba piloto). Joris Evers, vicepresidente y responsable de comunicación de Netflix para Europa, Oriente Próximo y África, explica que la idea de producir ficción propia surgió porque “nos dimos cuenta de que si ofrecías contenidos a los que ya habías tenido acceso o habías podido ver en otro lugar, como temporadas anteriores o películas antiguas, no íbamos a diferenciarnos lo suficiente como para obtener éxito a largo plazo”. Había que ofrecer contenido de calidad, propio y exclusivo: “Vimos una oportunidad de convertirnos en una red de televisión por internet a escala mundial. Esto tiene más sentido que el modelo fragmentado de la televisión clásica en el que los programas se emiten a una hora concreta por decisión de alguien de la cadena y que lleva a que las series sean comentadas en las redes sociales o en la prensa, pero que después no están disponibles en algunos países. Esto conduce no sólo a la frustración del consumidor, sino también a la piratería”, añade Evers.

House of Cards también supuso una novedad en cuanto al acceso a las series por parte de los espectadores. Netflix puso el mismo día a disposición de sus suscriptores los trece capítulos que componían la temporada completa. Una nueva forma de distribución que hoy parece consolidada porque facilita al suscriptor tener el control del visionado, mientras que el modelo de un capítulo semanal suele traducirse en una caída de los espectadores.

Movistar+ y Netflix tendrán pronto más competencia. HBO España, Amazon Video y Now TV podrían llegar en las próximas semanas a España

El éxito de la serie protagonizada por Francis Underwood y su esposa, Claire, no sólo ha dado lugar a más entregas (en el 2017 se estrenará ya la quinta temporada), sino que además abrió el camino para una larga lista de dramas de calidad como Orange is the New Black, Sense8, Daredevil, Narcos, Stranger Things o The Crown, y comedias como Unbreakable Kimmy ­Schmidt, Grace & Frankie o Master of None. Todas ellas siguen sumando temporadas y gozan de buena recepción por parte de los abonados, aunque la compañía se resiste a ofrecer cifras de audiencia porque asegura que ese dato no es decisivo para su continuidad. “Lo más importante para nosotros es el compromiso con nuestros suscriptores. No creamos programación para masas, por lo que no es importante que todos los abonados vean el mismo título. Lo importante es que un título sea apreciado y visto por su audiencia”, señala Evers.

Que estas series nacidas para ser consumidas en internet desde distintos dispositivos empezaran a recibir nominaciones y galardones en los mayores premios televisivos como son los Emmy no hizo más que confirmar la aceptación del nuevo modelo. Prestigiosos creadores del cine y la televisión ven como estas plataformas de pago se muestran más respetuosas y permiten trabajar con más libertad sin estar atados a las cifras de audiencia. “No sólo atraemos a estos creadores por una buena remuneración, sino que también les ofrecemos libertad creativa, tiempo y la oportunidad de contar historias de una manera diferente. Restricciones como la longitud de un episodio o la necesidad de recordar a los espectadores lo ocurrido en episodios anteriores ya no existen”, afirma Evers.

Para Netflix la competencia no son las televisiones convencionales, sino las otras plataformas on line. Aunque se come gran parte del mercado estadounidense (se calcula que el 90%), Amazon y Hulu van abriéndose camino. La serie más popular de Amazon es Transparent, la tragicomedia en la que Jeffrey Tambor da vida a un transgénero, papel por el cual se llevó un Emmy en su primera temporada. También tiene en cartera Mozart in the Jungle (Gael García Bernal ganó un Globo de Oro por esta serie), Bosch o The Man in the High Castle, y despertó gran expectación con el fichaje de Woody Allen, que se puso delante y detrás de la cámara en Crisis in Six Scenes, aunque no logró convencer tras su estreno el pasado septiembre. El tercer competidor de los nuevos productores de series en Estados Unidos es Hulu, aunque su caso es diferente porque se trata del servicio de vídeo bajo demanda creado por las empresas que hay detrás de las tres grandes cadenas norteamericanas ABC, NBC y FOX, cuyas ficiones nutren su catálogo. Para poder competir con Netflix, Hulu decidió producir contenido exclusivo para el servicio, y ahí están títulos como The Mindy Project, 22.11.63 y Chance, estrenada recientemente con Hugh Laurie (House) de protagonista.

El modelo de series emitidas con capítulo semanal se considera caduco, y se apuesta por el catálogo en que el consumidor ve lo que quiere cuando quiere

En España, Telefónica no quiere perder comba y a principios de este año presentó su estrategia de producción de series originales. Su primer proyecto anunciado fue La peste, dirigido por Alberto Rodríguez (La isla mínima), pero no es la única serie en marcha, ya que el objetivo es estrenar entre ocho y diez cada año. Otras producciones que llegarán en el 2017 son la comedia Vergüenza, sobre una pareja en crisis permanente, protagonizada por Javier Gutiérrez y Malena Alterio y dirigida por Juan Cavestany y Álvaro Fernández Armero; Gigantes, que contará con Enrique Urbizu (No habrá paz para los malvados) como director, que se centrará en el narcotráfico a través de la historia de tres hermanos; La zona, un thriller policiaco ambientado en el norte de España después de un accidente nuclear cuyos creadores son los hermanos Jorge y Alberto Sánchez-Cabezudo (Crematorio) y que tiene a Eduard Fernández como protagonista, y la adaptación de Dime quién soy, la novela de Julia Navarro que se ha convertido en uno de los mayores éxitos literarios recientes.

Domingo Corral, director de producción original de Movistar+, esgrime dos razones fundamentales para que Movistar produzca series propias. La primera es “enriquecer la oferta de series premium, hechas en España para una audiencia de aquí, a la manera de las grandes series”, y la segunda es “dar a nuestros clientes más exclusividad para fidelizar a los que ya tenemos, que son casi cuatro millones de hogares, y captar a nuevos”. Corral vaticina que los canales lineales de series “tendrán cada vez más consumos residuales y sólo servirán como plataforma de lanzamiento de una serie”. Se muestra convencido de que el modelo de capítulo semanal está caduco “sobre todo en un entorno de pago, en el vídeo bajo demanda, donde el cliente consume cuando quiere, como quiere, donde quiere y a su ritmo”. Tener un catálogo con productos originales y exclusivos es básico para los nuevos tiempos. Cada vez hay más ficciones y existe una mayor apuesta por la producción original, aunque también se abre un debate, y es, según Corral, “sobre cuántas series puede aguantar el mercado, ya se verá, es muy difícil prever eso”.

Netflix también producirá en España, medida que anunció antes de que Bruselas manifestara la intención de obligar por ley a las plataformas televisivas a que un 20% de su catálogo fuera producido en Europa. La primera serie original de esta plataforma rodada íntegramente en España será Las chicas del cable, en colaboración con Bambú Producciones (Gran Hotel, Velvet) y que versará, irónicamen­te, sobre los trabajadores de la compañía telefónica más importante del país a finales de los años veinte. O sea, sobre Telefónica, su más inmediata competidora como plataforma televisiva.

Las plataformas on line de vídeo bajo demanda atraen a creadores de cine y televisión porque les ofrecen dinero, tiempo y libertad creativa

Movistar+ y Netflix tendrán pronto más competencia. En las próximas semanas podrían aterrizar en España Amazon Video y Now TV, el servicio de vídeo bajo demanda de la cadena británica Sky. HBO, recién desembarcada en España, lleva bajo el brazo un catálogo que incluye sus series de producción propia, desde su gran éxito internacional Juego de tronos (cuyos derechos compartirá con Movistar+)hasta las más reciente Westworld, Vynil y The Night of , así como ficciones de otros canales pertenecientes al mismo grupo, Time Warner, como The CW.

Aunque en principio la diversidad de oferta siempre es positiva, la exclusividad de los catálogos puede beneficiar otro fenómeno muy arraigado en España: la piratería audiovisual. Si el aficionado quiere acceder legalmente a todas las series, deberá abonarse a varias plataformas. La exclusividad puede dar lugar a clientes que cumplan con la legalidad en una parte y en el resto se aboquen a la piratería. “Es una de las incógnitas que despierta este nuevo modelo”, asegura Corral. Por su parte, Evers precisa que “es imposible ofrecer todos los programas que existen porque sería demasiado costoso. Creemos que los consumidores elegirán suscribirse a aquel servicio cuya programación les convenza más”.

Este nuevo modelo de hacer cine y televisión también está teniendo efectos colaterales. Algunas cadenas generalistas se han percatado de que es básico disponer de un catálogo bajo demanda para que los espectadores puedan recuperar series ya emitidas o episodios de ficciones en emisión cuando quieran y donde quieran. En Estados Unidos se han dado pasos significativos en este sentido: la cadena NBC estrenó la serie Aquarius, con David Duchovny, al mismo tiempo que ponía sus trece episodios disponibles en internet, mientras que la cadena CBS dispone de su propio servicio de vídeo bajo demanda, CBS All Access, que potenciará en el 2017 con los lanzamientos en exclusiva de la nueva franquicia de Star Trek y de la secuela de The Good Wife.

También YouTube y Apple se han apuntado a la producción de contenidos propios, series incluidas. La compañía de Google ofrece programas originales en YouTube Red, su plataforma de contenido exclusivo y de pago, aún no disponible en España, que se diferencia de otras plataformas en que su catálogo original ha sido desarrollado por estrellas youtubers con gran número de seguidores. Entre estas, se hallan Lily Singh, que protagoniza A Trip to Unicorn Island, donde realiza una gira por 26 ciudades, o PewDiePie, el creador de Scare PewDiePie, una serie de aventuras que sigue al protagonista mientras juega a videojuegos inspirados en la vida real. El pasado junio anunció también la compra de los derechos de Step Up, su primera serie dramática de gran presupuesto, basada en la película de baile coreografiado protagonizada por el actor Channing Tatum. Por su parte, Apple está preparando también su primera incursión en la ficción televisiva con Vital Signs, una serie con el protagonismo y la producción del rapero Dr. Dre, que también es ejecutivo de la ­compañía.

La tendencia se muestra imparable. La irrupción de las plataformas de televisión on line ha impulsado en poco tiempo un nuevo modelo de producción y distribución de las series que ha contribuido a consolidar este formato de entretenimiento como uno de los más exitosos del siglo XXI. Con la producción de contenidos originales propios se ha dado un paso más en este revolucionario cambio que permitirá a estos enormes videoclubs on line fidelizar a sus suscriptores y convertirse en los mecenas de las series de calidad en el futuro.

La industria de la tecnología parece ganar la partida a la ­industria de la televisión tradicional.

Horizontal

NETFLIX. Orange is the New Black

Horizontal

AMAZON. Transparent. El actor Jeffrey Tambor ha ganado premios con esta producción

Horizontal

AMAZON. Mozart in the Jungle. El actor Gael García Bernal ha ganado premios con esta producción

Horizontal

HULU. The Mindy Project

Horizontal

HULU. Crisis in Six Scenes. Hulu convenció a Woody Allen para rodar su primera serie de televisión, en la que aparece Miley Cyrus

Horizontal

GOOGLE. Step Up. La serie gira en torno a unos bailarines de una escuela de artes escénicas contemporáneas

Horizontal

HBO. Westworld. Protagonizado por Anthony Hopkins y Ed Harris, este western futurista está llamado a ser el sucesor de Juego de tronos

Horizontal

MOVISTAR. Vergüenza

Horizontal

MOVISTAR. La Zona

Horizontal

MOVISTAR. Las chicas del cable

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...