Leopardo, el felino total

Panteras

Medio millón de leopardos viven todavía en el este y sur de África. En el resto del continente, Oriente Medio y Asia, donde también hay hábitats en los que se puede encontrar, varias subespecies están en gran peligro de extinción, con sólo centenares de ejemplares. Y eso, pese a que es el felino que sobrevive alimentándose con más variedad de presas.

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Una de las singularidades de este felino es que le gusta descansar en lo alto de los árboles, desde donde incluso caza, y lleva allí a sus presas

Se escuchan los sonidos de la selva en un arroyo del trópico africano. Todavía no ha salido el sol y la luz es escasa, con un toque azulado. De repente, los babuinos de Anubis comienzan a alborotarse. Hay una mezcla de gritos de pánico y vocalizaciones que parecen rugidos. Unos corren por el suelo mientras otros se suben a los árboles y comienzan a saltar de rama en rama. Algo ocurre en la sabana.

Estos babuinos de Anubis, también llamados papiones oliva, tienen motivos de sobra para estar preocupados. Un fantasma moteado ha aparecido de entre las sombras. Es un leopardo africano (Panthera pardus) que vuelve de beber agua del arroyo. Afortunadamente para los babuinos, esta vez no tienen nada que temer. El leopardo acaba de subir al árbol donde tiene un impala que ha cazado durante la noche.

Una de las singularidades de este felino es que le gusta descansar en lo alto de los árboles, desde donde incluso caza, y lleva allí a sus presas

Todos los grandes felinos cazan prácticamente cualquier animal que se les pone al alcance, pero el leopardo es el que tiene mayor diversidad de presas de todas las especies del género Panthera. Los pequeños y medianos ungulados, como impalas o gacelas, son las presas favoritas de los leopardos africanos seguidas de diferentes especies de primates. De hecho, en algunas zonas del centro de África, hay leopardos que son auténticos especialistas en primates y cazan chimpancés, bonobos adultos y gorilas hembra o ejemplares jóvenes de gorila, aparte de varias especies de monos.

La dieta del leopardo está relacionada con la disponibilidad de presas y la presencia de competidores más grandes. Dependiendo de la zona y de los ejemplares, hay leopardos que se especializan en una presa (monos, cabras, gacelas, impalas…), pero también comen diferentes especies de reptiles, pequeños mamíferos, aves y hasta insectos de gran tamaño. En zonas con mucha presencia humana, se convierten en presas habituales suyas los animales domésticos como ovejas, cabras y crías de vacuno. Cerca de entornos urbanos, se han documentado leopardos convertidos en auténticos expertos en la caza de perros y gatos. También acechan a distintos tipos de aves.

En la sabana africana

El Serengeti es la gran sabana. Una extensión casi infinita de hierba situada en el norte de Tanzania, que se fusiona con la llanura de Masái Mara, en la vecina Kenia. Es un paraíso para la fauna. Grandes extensiones planas salpicadas por acacias, esparcidas como caídas del cielo. Esas acacias aisladas y los árboles de los barrancos y zonas boscosas que hay donde se concentra el agua son en el Serengeti un buen refugio para el leopardo.

De hecho, una de las singularidades de los leopardos es su preferencia por las alturas y los árboles. Les encanta descansar entre las ramas (muchas veces incluso cazan desde allí) y las convierten en un lugar seguro para alimentarse de sus presas. Esto último ocurre en gran parte del territorio donde conviven con leones, hienas y tigres. Es la manera más segura de pasar desapercibidos y mantener a salvo a sus presas de estos otros depredadores.

Ni tigres ni leones se atreven a subir hasta donde llegan los leopardos. Aunque puedan trepar a algunos árboles, son mucho más pesados y torpes para alcanzar les ramas finas donde los leopardos, haciendo uso de una gran habilidad, colocan sus presas muertas. Aun así, a veces, los leopardos optan por esconder su comida entre la vegetación para, aparte de evitar tigres o leones, también despistar a carroñeros como los buitres, los marabúes y otras rapaces, muy numerosas en algunas zonas donde habitan.

El leopardo es un animal esquivo, siendo uno de los grandes felinos más difíciles de observar en su medio, además del leopardo de las nieves. No es predecible y tiene un comportamiento que lo hacer pasar desapercibido. Aun así, es el gran felino con un territorio más extenso. Los leopardos viven en prácticamente todos los hábitats posibles. Tan sólo necesitan un mínimo refugio y presas susceptibles de ser cazadas. Pueden vivir en sabanas, montañas, selvas tropicales, bosques secos, desiertos y zonas alpinas, de pradera y estepa. También pueden encontrarse en entornos urbanos.

La especie se encuentra en África, Oriente Medio y Asia. Cuenta con ocho diferentes subespecies reconocidas por los expertos. Es en el este y sur de África donde hay mayor número de leopardos africanos (Panthera pardus pardus): alrededor de medio millón de ejemplares. En África del Norte, las poblaciones están bajo mínimos. En Marruecos, Argelia y Egipto tan sólo quedan unas decenas de ejemplares. El número también ha bajado muchísimo en África occidental y central. El factor principal es la disminución de presas.

En gran parte del Sudeste Asiático, este animal está en riesgo de extinción por las mismas razones que otros felinos: reducción de sus hábitats naturales y caza furtiva

En Asia sobreviven siete subespecies y la situación es mucho peor. Se distribuyen desde el desierto de Arabia, donde su hábitat se ha reducido en un 99%, hasta el este de Rusia, donde quedan menos de cien leopardos de Amur. En la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el leopardo de Amur (Panthera p. Orientalis) se clasifica como “en peligro crítico”. De hecho, menos de un centenar de ejemplares sobreviven en Rusia, cerca de la frontera con China y Corea del Norte. También está en peligro inminente de extinción el leopardo de Java (Panthera p. Melas) y el leopardo indochino (Panthera p. Delacouri), del norte de China, subespecie endémica de ese país. De ambos subtipos se calcula que quedan menos de 500 ejemplares. Ocurre algo parecido con los leopardos persas (Panthera p. Saxicolor), de los cuales hay poco más de medio millar.

Tanto las poblaciones de África como las de Asia se han reducido y la tendencia continúa. En gran parte del sudeste asiático, este animal está tan en riesgo de extinción como el tigre. Los motivos son muy parecidos a las que provocan el declive de todos los grandes felinos: el aumento de las zonas agrícolas y ganaderas, el aumento de las poblaciones humanas, la caza legal de trofeo, la caza furtiva y el tráfico ilegal. Aparte de las codiciadas pieles de leopardo, este tráfico ilegal comercia con sus huesos, garras y dientes, que se usan con fines medicinales o para rituales de magia

La deforestación en el sudeste asiático no cesa. La extracción de madera noble de bosques primarios, junto a las plantaciones de aceite de palma y caucho son los principales culpables. Grandes extensiones del hábitat del leopardo se están convirtiendo en tierras de cultivo y hace que desaparezca su refugio y, sobre todo, sus presas, de las cuales el ganado ocupa el espacio. Cuando eso ocurre, a los leopardos no les queda otro remedio que cazar a cabras, ovejas o terneros. En consecuencia, los ganaderos y agricultores matan a los felinos. El pelaje de fondo de los leopardos varía mucho de unos ejemplares a otros, aunque suele ser de un amarillo más o menos intenso. Las motas oscuras que pintan su cuerpo también son distintas en cuanto a la forma, el tamaño y el número, y se diferencian de las del jaguar porque no tienen mancha en el interior de las rosetas que las forman. Los machos adultos llegan a pesar entre 40 y 80 kilos, algunos incluso se acercan a los 100. Las hembras suelen ser hasta un 30% más pequeñas.

Los leopardos pueden estar activos durante todo el día, pero cazan con más frecuencia por la noche, al amanecer y al anochecer. Durante las horas diurnas, suelen descansar en los árboles, metidos entre los arbustos o escondidos en las rocas o cuevas. Son animales solitarios y solo confraternizan durante la época de celo, cuando las parejas están juntas por unos días. La hembra suele tener entre dos y cuatro cachorros y está con ellos hasta el segundo año de vida. El leopardo ruge, al igual que el león, el tigre y el jaguar. Estos felinos, todos ellos del género Panthera, son los únicos capaces de rugir.

En las selvas de Sri Lanka

A miles de kilómetros de distancia del Serengeti, en Asia, hay un lugar que es un paraíso para los leopardos. Se trata de la isla de Sri Lanka. Allí, hay selvas tropicales, secas y húmedas. Es un lugar de altísima biodiversidad con zonas protegidas como los parques nacionales de Yala y de Wilpattu, donde abundan todo tipo de presas. Pero el motivo principal para que estas áreas naturales sean el reino del leopardo es que no hay tigres ni leones. En Sri Lanka el leopardo es el mayor depredador. Está en lo más alto de la cadena trófica, sin competencia. Por ello, la densidad de estos animales es más alta que en otros lugares (la más grande que existe, de hecho) y se alimentan de presas de mayor tamaño.

En la antigua Ceilán, los leopardos campan a sus anchas; son el mayor depredador, sin competencia, porque no hay tigres ni leones

El leopardo de Sri Lanka (Panthera p. kotiya) o leopardo de Ceilán es una de las subespecies de leopardo reconocidas. Habita solo en esta isla, cerca de la costa sureste de India, donde viven menos de mil ejemplares. En unos de los rincones menos transitados al sur de Yala, los leopardos pasan desapercibidos. Es una zona alejada del tránsito habitual de turistas y donde no hay poblaciones locales. Allí, cerca de la costa apenas hay visitantes.

El verde omnipresente cubre el paisaje. Langures, chitales, ciervos sámbar, águilas, buitres, marabúes y pavos reales están por todas partes. También hay búfalos y elefantes indios salvajes. Aquí estos felinos son más visibles y menos esquivos que en otras zonas. Además, en los parques nacionales se encuentran a salvo de su principal enemigo, el hombre. Por eso, los leopardos se pasean por las pistas y senderos de Yala como auténticos reyes de la jungla.

Hábitat

Viven en África y Asia. Se calcula que hay más de medio millón de leopardos en África. En Asia hay siete subespecies, todas ellas muy amenazadas.

Amenazas

Destrucción del hábitat, caza furtiva, comercio ilegal y conflicto con los humanos por el ganado.

En la Lista Roja de la UICN en peligro crítico de extinción se encuentran los leopardos de Amur, de Java, el indochino y el persa (menos de 500 ejemplares).

CAZADORES

De todas las especies del género Panthera, es la que tiene mayor diversidad de presas. Es incluso cazador de primates: en algunas zonas del centro de África, hay leopardos que son auténticos especialistas en primates e incluso cazan chimpancés, bonobos adultos y gorilas hembra o ejemplares jóvenes, aparte de varias especies de monos.

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Un leopardo africano bebe agua en el desierto del Kalahari (Botsuana).

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Un leopardo de Sri Lanka camina en la selva de Yala

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Unos babuinos de Anubis jugando en la sabana africana

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Los leopardos pueden cazar hasta grandes primates

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Acacias en la sabana del Serengeti, uno de los hábitats de los leopardos

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Impalas y babuinos son dos de las presas más habituales de los leopardos africanos

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Una hembra camina con un facocero en la boca para llevarlo a sus cachorros en Masái Mara (Kenia)

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