Recorrido musical por la ruta 61

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La histórica carretera que atravesaba Estados Unidos de Norte a Sur, siguiendo la senda del río Misisipi, vio nacer a Bob Dylan, a Prince y a los grandes del blues, el rock and roll y el jazz. Recorrerla es repasar parte de la historia de la música contemporánea

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LA CALLE BEALE de Memphis estaba, desde 1900, llena de locales donde tocaban grandes músicos. En los años ochenta se recuperó con nuevos locales que ofrecen música en vivo. En la foto, el juke joint The Blues Hall, durante una actuación, la de Jim’s Band

El Misisipi nace en el lago Itasca, a 400 kilómetros de Minneapolis. El río viene del noroeste y se convierte en el más largo de Estados Unidos. La ruta 61 brota en la misma frontera norte, en el lago Superior. Permanece pegada a él hasta Duluth y, desde 1990, ahí desaparece, engullida por la interestatal 35, para recuperar su identidad en Wyoming, 65 kilómetros al norte de Minneapolis (Minnesota). La 61 es conocida como la Blues Highway, la autopista del blues, pero también ha visto nacer al rock´n roll y a Bob Dylan (en Duluth), ha conocido al príncipe del funk, a los más grandes del country y ha sentido como del choque de la cultura afroa-mericana y la europea surgía el jazz.

Recorrer esta carretera, junto al río Misisipi, desde los bosques de Misuri hasta los campos del estado de Misisipi y los pantanos de Luisiana hasta Nueva Orleans, es repasar la historia de los más importantes géneros musicales del siglo XX. Llanuras empapadas de una música que creció a la par que las plantaciones de algodón, donde los esclavos inventaban canciones para comunicarse sin que sus guardianes les entendieran. Fue a principios del siglo XX cuando, ya liberados de hecho de sus cadenas, surgió el blues de la mezcla de esas canciones con himnos religiosos. Su lamento remontó el Misisipi para ser la base de nuevos géneros musicales.

Cada temporada de lluvias, con la crecida, el río entraba en las vidas de los músicos para despojarles de sus nombres y tras la vuelta a su cauce, aparecían convertidos en futuras estrellas con una nueva identidad. Así los Robert Allen Zimmerman, Anna Mae Bullock, Lizzie Douglas, McKinley Morganfield se convirtieron en Bob Dylan, Tina Turner, Memphis Minie y Muddy Waters.

BAJO LA LLUVIA PÚRPURA La 61 ha visto muchos encuentros y rupturas. Muchos bluesmen le habían cantado antes a la carretera, pero en el verano de 1965 Bob Dylan hizo una muesca en la 61 al publicar Highway 61 Revisited. “Highway 61, la vía principal del blues del país, comienza donde yo comencé…” escribe en su autobiografía. El álbum fue una ruptura total con su trabajo anterior, metió en una coctelera su poesía, el viejo blues, el pop y el rock de las guitarras eléctricas que añadió desde entonces a su repertorio. Fue el álbum que abrió la puerta a un sonido nuevo. Todos los problemas que Dylan plantea en la canción que da título al álbum se resuelven en la 61.

Dylan logró que la leyenda de la carretera dejara de ser exclusividad de los viejos bluesmen y la alargó hasta Minnesota. En Minneapolis se enfrentó por primera vez al público en un local llamado Ten O’Clock Scholar en el bohemio barrio de Dinkytown donde vivía.

Dylan alargó la leyenda de la ruta 61 hasta Minnesota y Prince, el príncipe de Minneapolis, la prolonga a nuevos géneros musicales, como el pop

En la época en que Dylan llegó a la ciudad nació el futuro príncipe de la música y el gran embajador de Minneapolis, Prince Rogers Nelson, que experimentó con el soul, blues, jazz, pop, rock, funk, house, techno, electro... Prince, fallecido en 2016, tiene ligado su nombre al de una ciudad cuyas calles y locales están impregnados por su figura y su Purple Rain de 1984, uno de los discos más vendidos de la historia. Paisley Park, la mansión donde vivía, es hoy uno de los lugares más visitados de Minneapolis.

El Misisipi y la 61 fluyen hacia el sur y se adentran en Iowa. En Davenport nació una de las primeras figuras del jazz, Leon Bismark Beiderbecke (1903-1931). Bix Beiderbecke fue un trompetista innovador, pálido como el fondo de sus partituras, que recogió el jazz del sonido que salía de los instrumentos de los músicos negros que tocaban en los barcos que remontaban el Misisipi desde Nueva Orleans. Su alcoholismo le privó de hacer sombra a Louis Armstrong. Ambos se admiraban y llegaron a tocar juntos, pero nunca en público, la segregación racial lo impedía.

Antes de llegar a Saint Louis (Misuri), la 61 cruza por lugares pintorescos como Hannibal, la ciudad donde creció Mark Twain y donde situó a los personajes de sus dos célebres novelas sobre las aventuras de Tom Sawyer y Huckleberry Finn. Twain fue durante un tiempo piloto de uno de los barcos que navegaban por el Misisipi.

EL TIPO QUE ANDABA COMO UN PATO A finales del siglo XIX, W.C. Handy (1873-1958), compositor considerado “el padre del blues”, escuchó una melodía en la calle y con ella compuso Saint Louis Blues, una obra de arte. Pocos años después, el pequeño Charles Edward Anderson Berry aprendió a tocar la guitarra gracias a la ayuda de sus vecinos. Lejos de casa y con 24 años, Chuck Berry (1926-2017) siguió el consejo de su ídolo Muddy Waters (1913-1983) y regresó a Saint Louis a preparar su primer disco que le convertiría en el padre del rock and roll y uno de los músicos más influyentes. En 1956, en un concierto en Nueva York, hizo el “paso del pato” para ocultar las arrugas de su traje. Recibió una ovación tan grande que ese baile lo acompañó toda su carrera.

EL PROGRAMA DE RADIO DONDE CRECIÓ EL COUNTRY Nashville (Tennessee), a dos horas y media de distancia de la 61 y del Misisipi, es indispensable para hablar de la música del siglo XX. El sueño de todo músico es grabar en uno de los estudios del área conocida como Music Row, entre ellos el Studio B de RCA, donde Elvis Presley grabó la mayoría de sus éxitos. Nashville es la capital del country (antes hillbilly), estilo que también surgió de las mezclas culturales y pasa por ser el género más característico de EE.UU. Aquí se encuentra el Country Music Hall of Fame Museum, que ofrece un recorrido por la historia del género, el museo de Johnny Cash o el de Patsy Cline, la malograda estrella que murió a los 30 años en un accidente de aviación y cuya vida encarnó Jessica Lange en el filme Sweet Dreams.

El gran altavoz y escaparate del country es el Gran Ole Opry, el más longevo programa de radio del país, que se retransmite desde un teatro semanalmente desde 1925.

LA LEYENDA QUE EMPEZÓ EN UNA FERRETERÍA Merece la pena alejarse de nuevo de la 61 desde Memphis para visitar el lugar del big bang: un día de 1946, una mujer entró en una tienda, la Tupelo Hardware Company, con un niño de 11 años decidido a comprarse un rifle. Gladys Presley convenció a su hijo para que se comprara una guitarra y así empezó uno de los grandes capítulos de la historia de la música. Entre tanto, Sam Phillips, un locutor de radio cansado de la música que emitía, fundó Sun Records en Memphis. En 1954, aquel joven de Tupelo y que se había mudado a la ciudad insistía en tener una prueba en la discográfica. La prueba estaba siendo un desastre hasta que el nervioso Elvis Presley prescindió de su aburrido repertorio y tocó una versión acelerada del blues That’s All Right, Mama de Arthur Crudup. La secretaria de Phillips, Marion Keisker, le convenció del potencial de aquel blanco que cantaba como un negro. Habían encontrado la llave para acercar el rock a la comunidad blanca.

En Memphis grabó sus primeros discos Elvis, pero también Carl Perkins o Jerry Lee Lewis y en su calle Beale tocaron Armstrong, Muddy Waters o BB King

En el Delta, entre los negros que trabajaban en los campos de algodón, nació el blues; hoy en la mayoría de locales predominan los músicos blancosElvis solo grabó cinco singles con Phillips pues firmó con el mítico sello RCA Studio B de Nashville. Pero Sun Records fue la discográfica de Rufus Thomas, Carl Perkins, Johnny Cash y Jerry Lee Lewis. Su edificio fue declarado de interés histórico y sus salas nunca han dejado de estar repletas de mitómanos que visitan el lugar donde nació el rock and roll, designado así tras grabarse aquí la primera canción del género, en 1951, Rocket 88.

Desde 1900 la calle Beale de Memphis estaba plagada de locales donde tocaron Louis Armstrong, Muddy Waters, Albert King, Memphis Minnie, BB King, Rufus Thomas… Un desastroso desarrollo urbanístico la dejó al margen de la ciudad y los locales fueron cerrando. Una iniciativa local en los años 80 le devolvió su esplendor, renovando todos los locales para convertirla de nuevo en una de las calles más musicales del país. Declarada monumento histórico nacional, Beale Street está cerca del hotel Lorraine, donde en 1968 fue asesinado Martin Luther King, hoy en día Museo Nacional de los Derechos Civiles. Dentro del museo hay un espacio dedicado a la influencia de la música en el movimiento que desencadenó la igualdad de derechos entre blancos y negros.

EL HOTEL DEL DELTA Y EL PACTO CON EL DIABLO Al salir de Memphis por la 61 sur surge el Delta del Misisipi. El paisaje se viste del blanco de los infinitos campos de algodón. En ellos nació el blues. Abandonar la 61 para perderse por los caminos del Delta es entrar en un territorio plagado de hermosas y trágicas historias en torno a la música e inhóspitos cementerios donde yacen las leyendas del blues.

Esta es una zona históricamente deprimida, habitada sobre todo por granjeros y trabajadores de las plantaciones. Cuando estas se mecanizaron comenzó una crisis que provocó una migración a las grandes ciudades. Muchos de los bluesmen abandonaron el Delta en dirección a Chicago y Nueva York, produciéndose el segundo gran éxodo en la historia de la música en EE.UU.

Visitar el Gateway to the blues en Tunica es la perfecta introducción a la historia musical del Delta. Pronto se alcanza Clarksdale (Misisipi) y el Crossroads, el cruce de la autopista 61 con la 49, donde Robert Johnson (1911-1938) contaba que vendió su alma al diablo para hacerse un virtuoso de la guitarra. Su carrera fue efímera pero se convirtió en la leyenda más grande del blues. Tan sólo dejó grabadas 29 canciones antes de morir envenenado cerca de Greenwood, se dice que por una amante despechada. Su estilo ha marcado a varias generaciones de músicos. Casi todos los bluesman vivieron, y también murieron, con escasos recursos.

Otro lugar de culto es el hotel Riverside, que antes fue el GT Thomas Afro-American Hospital, donde se atendía a los negros. El 26 de septiembre de 1937, la cantante Bessie Smith (1894-1937) la “emperatriz del blues” murió en una de sus habitaciones tras sufrir un accidente en la 61. El hospital se convirtió en un hotel en 1943, el único de la ciudad que admitía a negros y muchos de los personajes históricos del blues se alojaron en él. Robert Nighthawk abandonó su maleta en la habitación que ocupaba antes de morir en 1967 y allí continúa. Ike Turner (1931-2007) vivía en el hotel cuando vio pasar a una preciosa chica en un gran coche y escribió Rocket 88.

En Clarksdale está el juke joint Ground Zero, local abierto en el 2001 donde hay música en directo todos los días. Uno de los dueños Bill Lucket, cuenta que él aprendió lo que era el blues siendo adolescente y se dio cuenta de que el origen de la música de muchos artistas como los Stones estaba allí. Otro de los tres propietarios es el actor Morgan Freeman, originario del Delta. Decidieron que no se podía perder la tradición de la música en directo en la cuna del blues. Viejos juke joint cierran tras morir sus dueños y abren de nuevos al amparo del interés turístico por el blues.

Tras dejar la ciudad por el Crossroads, se llega por la 49 a Tutwiler. En el apeadero de este pequeño pueblo saltó la chispa que encendió el blues. W.C. Handy recorría el Delta como músico ambulante cuando tuvo que pernoctar en un banco de la estación al perder el tren. Era 1903, el sonido increíble que emitía la guitarra de un extraño vagabundo al rasgar las cuerdas con una cuchilla le despertó. El hombre repetía una y otra vez “Going where the southern cross the dog”, refiriéndose al ferrocarril del Delta del río Yazoo. Después de ese encuentro, Handy decidió investigar la música más tradicional del Delta e incorporar ese nuevo sonido adquirido y así nació el blues.

Cada pueblo y cada kilómetro de la carretera tienen su historia. Como el poblado surgido junto a una plantación en Nitta Yuma, donde el tiempo se detuvo hace décadas. En Indianola se perciben las huellas de BB King marcadas en el suelo de la esquina donde tocaba de joven, cuando acudía a la ciudad desde la cabaña en la plantación donde vivían sus padres. Se puede visitar su tumba junto al museo que lleva su nombre y, con suerte, acceder al Club Ebony, donde tantas noches había tocado King y que compró tras casarse con la hija del dueño. Está gestionado por el museo y solo abre para grupos y citas especiales.

La ruta 61 abandona el Delta y continúa acompañando al Misisipi hacia su encuentro con el mar, atravesando lugares históricos como Vicksburg, donde el ejército federado, durante la guerra de Secesión, logró hacerse con el control del Misisipi y donde este junta sus aguas a las del Yazoo.

Entre ciénagas y plantaciones se llega a Natchez, preciosa ciudad colonial, donde estuvo el segundo mayor mercado de esclavos del país.

Antes de llegar a Baton Rouge, en Zachary, emerge Teddy’s, uno de los locales más auténticos de la ruta musical, situado junto a la antigua 61 y regentado por Teddy Johnson desde que en 1979 convirtió en bar la casa donde había nacido y residía. “Es el único juke joint antiguo en la ruta 61 que sigue siendo regentado por el propietario original, he nacido aquí y voy a morir aquí”, asegura.

En el Delta, entre los negros que trabajaban en los campos de algodón, nació el blues; hoy en la mayoría de locales predominan los músicos blancos

EL BARRIO QUE DESAPARECIÓ El jazz proviene de una mezcla tan profunda que hay distintas teorías sobre su nacimiento y todas son correctas. El jazz nació donde quiso, pero se amamantó en Nueva Orleans (Luisiana). A principios del siglo XX todos los caminos del sur conducían a esta ciudad, que estaba en ebullición. El concejal Sidney Story decidió en 1897 acotar la creciente prostitución a un área concreta, que se llamó Storyville. En el barrio se abrieron cientos de locales amenizados por la música de los que más tarde se convertirían en las grandes figuras del jazz. Aquí nació la costumbre de llamar a las bandas con el nombre del local donde tocaban. En 1917 los conflictos en los que se veían envueltos los marineros en sus salidas provocaron que la Marina tomara el control y cerrara el barrio. Poco después fue demolido y la mayoría de los músicos, faltos de trabajo, emigraron hacia Chicago y Nueva York y así se extendió el jazz.

Pese al éxodo, el jazz no ha dejado de fluir por las calles de Nueva Orleans. En ninguna otra ciudad se respira tanta música. “Este es el lugar de las oportunidades y todos deberían pasar por aquí para crecer como músicos”, asevera Danny Rubio, que toca el piano y la tuba con The Catahoula Music Company. Los barrios de Treme y Frenchmen Quarter ofrecen música a todas horas y sus calles están repletas de músicos callejeros.

El jazz, el blues, el rock and roll fueron creados por negros. Estilos musicales degenerados para la puritana moral blanca de la época, con un lenguaje impropio, indecoroso, proveniente de barrios marginales. Tardaron en llegar al público blanco pero fueron admitidos y heredados. En el presente, en los juke joint del Delta, en las mejores bandas de jazz del French Quarter, en los grupos que versionan canciones míticas en Broadway St., predominan los músicos blancos. A unos pasos de ahí, por las ventanillas de los llamativos vehículos de los jóvenes negros, salen al aire estrofas de hip hop y rap. A finales de los ochenta se comenzó a escribir la historia de la música del siglo XXI, el resto se sumará más tarde, esto no ha hecho más que empezar.

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EL CRUCE DE ROBERT JOHNSON Cuenta la leyenda del famoso bluesman que en este cruce de Clarksdale vendió su alma al diablo para convertirse en un buen guitarrista tras dejar la plantación Abbay & Leatherman

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EL ESPÍRITU DE BOB DYLAN El músico y premio Nobel de Literatura vivió unos pocos meses, entre 1959 y 1960 en el barrio de Dinkytown de Minneapolis donde actuó por primera vez en el Ten O’Clock Scholar y como Bob Dylan. El lugar fue demolido pero en el barrio se le recuerda con este mural

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NUEVA ORLEANS ‘Nola’ es la mejor ciudad para encontrar una oportunidad para los músicos de cualquier parte de Estados Unidos

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THE HOUSE BAND Este grupo de cuatro mujeres toca música sureña en las calles de Nueva Orleans, en busca del éxito

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