Es espontáneo y económico, no requiere habilidades artísticas especiales y tiene un punto irreverente que hace que cualquiera pueda afrontarlo sin miedo. Tal vez por eso el collage está en pleno auge y mucha gente, no necesariamente artistas, se reúne para hacer papiers collés, es decir, papeles encolados.
Deshacerse de una o varias imágenes para componer una nueva es la clave de un campo de creación que tuvo su auge en las vanguardias y el surrealismo, luego recuperado por el pop y redescubierto por los ilustradores: “Hacer un collage es mucho más rápido que una ilustración cuando tienes grandes volúmenes de trabajo”, explica Álvaro Sobrino, uno de los fundadores de la Sociedad de Collage de Madrid, a la que han seguido la Societat Barcelonina de Collage y grupos novísimos en Valencia, Valladolid y Granada. Están auspiciadas por artistas e ilustradores pero abren cursos al público en general.
El truco es evitar sobrecargar con elementos. Como máximo, usar tres imágenes
La Sociedad madrileña, que sigue el lema “tijera, pegamento y fraternidad”, organiza maratones y el Mundial de Collage, y Sobrino ha creado la web Los Días Contados: cientos de personas de todo el mundo cuelgan diariamente en ella collages hechos a partir de un calendario con una ilustración por página, que compran a principios de año. “Llega un momento que te cansas de las reglas y necesitas hacer volar la creatividad, tal vez por eso a los talleres se apunta gente que viene del patchwork o del scrapbooking, lo ven como una evolución, porque es totalmente libre”, explica Sobrino. Y como, objetivamente, no hay ningún collage que esté mal hecho, lanzarse es muy estimulante. “Nos gusta cortar y pegar fuera del ordenador, con tijeras y pegamento, y nos gusta juntarnos para hacerlo. Estamos hartos y hartas de la dura soledad del artista ante la obra. El collage, que va de ‘mezclar cosas y a ver qué sale’, nos da una excusa para mezclarnos entre nosotros y a ver qué sale”, anuncia en su manifiesto la Societat Barcelonina de Collage. El artista visual y arteterapeuta Santi González, uno de sus artífices, explica que “aprendes muy rápido a resituar imágenes, a componer, es muy gratificante”.
Los fans del collage defienden la creación manual, pero los hay también digitales y los collages mixtos, que se completan con recursos virtuales que aportan texturas casi imposibles de lograr con papel o barniz. Y como muestra del gusto renacido por las viejas maneras de hacer, el proyecto Collage es Mafia: intercambio de obras por correo postal, sin ánimo de lucro, con igualdad entre amateurs y profesionales. Por amor al arte.
QUÉ SE NECESITA
• Revistas, libros, periódicos, postales, fotografías… que se pueden comprar a peso en los rastros y librerías de viejo (también por internet)
• Pegamento escolar en barra o específico para artista, con pH neutro.
• Papel, cartón o cartulina que sirva de soporte (mejor no escatimar en su calidad)
• Barnices si se trabaja con objetos tridimensionales (botellas de vino, libros…)
• Tijeras de costura
DÓNDE
• Sociedad de Collage de Madrid. Organiza el Campeonato Mundial de Collage, maratones y talleres. Su web recoge todo lo que tiene que ver con este mundo.
sociedaddecollagedemadrid.wordpress.com
• Societat Barcelonina de Collage. Monta talleres abiertos en la escuela de diseño Idep de Barcelona
www.facebook.com/SocietatBarceloninadeCollage
• Sociedad Secreta de Collage LVC (Valencia), en Facebook
• Sociedad Cuasi Secreta del Collage Granada, en Facebook
• Algunos museos montan talleres, como el Macba, donde los imparte el artista Máximo Tuja (Max-o-matic). En septiembre y octubre
• Para conseguir ilustraciones antiguas libres de derechos:
www.oldbookillustrations.com www.wellcomeimages.org
• Iberlibro.com es una especie de Amazon de libros de viejo.
• Kolaj Magazine, una revista canadiense para inspirarse
kolajmagazine.com/content