De 1/2 palmo a 40 m

Este agosto, en la frontera entre Francia y España, la policía gala detuvo a un marroquí que viajaba en un autocar y no tiene permiso de estancia en Francia. Ahora lo han juzgado en un tribunal de Perpiñán. La estrategia de su abogado, Christopher Poloni, se basó en demostrar que la detención se produjo diez centímetros dentro del territorio español y que, por lo tanto, no tenía derecho a interceptarlo hasta haber entrado en territorio francés. Lo demostró a base de planos y aportó datos históricos que convencieron a la justicia francesa.

¿importan diez centímetros más o diez centímetros menos? pues sí

Tras su éxito, el abogado explica a France-Presse: “El artículo 42 del tratado de los Pirineos, firmado por el cardenal Mazarino y don Luis Méndez de Haro en 1659, determina la frontera entre Francia y España pero no la materializa en el terreno. Varios tratados, de 1764, de 1856, de 1862 y de 1866, la determinan con 602 señales implantadas en el terreno”. Me quito el sombrero ante la astucia del abogado, que por diez miserables centímetros –¡medio palmo!–, ha conseguido que su defendido se encuentre ahora en libertad.

Las marcas de las fronteras son fascinantes. En algunas ciudades entre Bélgica y los Países Bajos están marcadas en las calles, con unas simples baldosas que forman una línea de cruces e indican B (por Bélgica) y NE (por los Países Bajos). A la gente le encanta fotografiarse con el pie derecho a un lado y el izquierdo al otro. Pero lo más habitual es que haya hitos, unos mojones de cemento o una piedra muy grande. De pequeño imaginaba que los habitantes de un costado se dedicaban a mover las que están situadas en cimas de montañas y casi nadie ve. Un poco cada tanto tiempo, para ir ganando terreno sin que se note. Imaginaba a un par de buenos albañiles que, una vez llevada a cabo la fechoría, disimulaban el lugar con tierra y hierbas. A la que pasen unos meses, de la situación exacta en la que estaba antes el hito ya no se acuerda nadie y has ganado metros para tu país. ¡Patriota!

Justo lo contrario que se plantean ahora en Noruega. Para celebrar el centenario de la independencia de Finlandia, proponen modificar la línea entre ambos países y regalarles la cima de la montaña Halti, que para ellos no significa mucho (tienen cimas mucho más altas) pero que para Finlandia sería un regalazo que se convertiría en su pico más alto. Sólo tendrían que retroceder la frontera 40 metros. Unos, quisquillosos por diez centímetros, y otros, generosos por 40 metros.

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