Como te dé la gana

Esta entrevista es especial porque se la hace una amiga a un amigo. Están los dos de acuerdo en casi todo, menos en algo esencial: el feminismo y la lucha de las mujeres, y el modo en que esta se lleva a cabo, por la igualdad. Son dos personas inteligentes, decididas, acostumbradas a opinar contracorriente. Demócratas, por supuesto, y liberales. La mujer es joven, y el hombre le dobla en edad. Se podría pensar que la mujer adopta las posiciones feministas y que el hombre las cuestiona o pone en entredicho. Pues no. El hombre, Mario Vargas Llosa, se muestra desde el primer momento decidido defensor de las luchas feministas, al tiempo que la entrevistadora, Cayetana Álvarez de Toledo, hace de antagonista como sucede en los diálogos de Platón. Teniendo en cuenta que Álvarez de Toledo firmó un manifiesto contra el manifiesto que convocó la huelga de mujeres del pasado 8 de marzo, la pregunta con la que inician su conversación (búsquenla en internet: una lección por ambas partes) no podía ser otra que esta: “¿Por qué apoyó la huelga del 8-M?” “Porque es verdad que hay un machismo terrible, una grave discriminación de la mujer, sobre todo en el mundo nuestro”.

Desde ese momento el escritor va desgranando su credo liberal, y su entrevistadora y amiga va poniéndole objeciones, muy razonables por lo demás, que, a mi modo de ver, Vargas Llosa resuelve satisfactoriamente y de modo ejemplar. No tiene desperdicio.

rosa díez expresa su hartazgo de que le digan cómo tiene que ser el feminismo

Por los mismos días, otra mujer, demócrata desde luego, y socialdemócrata, escribió un largo artículo que tituló: “Sé feminista como te dé la gana”, harta de que los hombres y los medios de comunicación dizque progresistas le digan cómo tiene que ser el feminismo de las mujeres. Sale en él en ­defensa de las mujeres que, como Álvarez de Toledo y en cierto modo ella misma, no se sienten representadas por un manifiesto que trataba de dividir más que de unir. Búsquenlo también. Su ­autora hace un repaso en él de todos los tics machistas y paternalistas en las filas de los partidos políticos de izquierda. Causa bochorno sólo repasarlos. “Las cosas no se cambian poniendo una ‘a’ detrás de una palabra”, recuerda. Su nombre, Rosa Díez. Su lucha valerosa por la igualdad entre españoles (y entre españoles y españolas) le llevó al ostracismo político, y en él ­sigue.

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