Dejen en paz al guaca

El guacamole es una salsa cuyo principal componente es el aguacate. Se prepara a base de machacar aguacates y añadirles sal, zumo de limón, tomate y chile verde. Muchos le añaden ajo, otros cebolla, otros cilantro (y otros, las tres cosas). Los remilgados le ponen mayonesa, para suavizarlo. Como siempre sucede con las salsas picantes, la mayonesa es ideal para desvirtuarlas, como bien sabemos los que vivimos en Cataluña y nos las vemos y las deseamos para encontrar patatas bravas con una salsa que sea realmente brava y no una mezcla dulzona de salsa de tomate y mayonesa. En verano, la excusa de los ñoños es que, con el calor, el picante no apetece, cuando en realidad es un método hábil y sabroso para combatirlo. Tras comer salsas picantes, o guindillas directamente, el cuerpo nota tal sensación de bienestar y de placidez que las molestias de la canícula desaparecen.

una creativa ha decidido que el guacamole era demasiado ortodoxo

Pues bien, como era previsible, a una creativa gastronómica se le ha ocurrido que el guacamole tradicional era demasiado ortodoxo y que había que innovar. A primeros de mes, la columnista Melissa Clarke, de The New York Times, hizo pública su peculiar receta: con guisantes. Según ella, la ventaja de añadir guisantes al guacamole es que “mantiene su tonalidad brillante en la nevera durante días sin volverse marrón” y que “añaden una dulzura intensa”.

Ya estamos de nuevo con lo de la dulzura. Si quieres dulzura, Melissa, tómate un chocolate con churros, pero deja en paz al guacamole. Y, si quieres que no se vuelva marrón, pon un hueso de aguacate en medio del guacamole. La propuesta de la periodista creativa ha desatado en Twitter una batalla que aún dura, semanas después. Una batalla en la que incluso ha participado Barack Obama, quien, a la que supo de la aberración, tuiteó: “Respeto al NYT, pero no acepto lo de los guisantes en el guaca. Cebollas, ajo, pimientos picantes. Clásico”. Curiosamente, el precandidato republicano a la presidencia del país, Jeb Bush, que nunca está de acuerdo con Obama, en este caso coincidió con él: “En el guacamole no se ponen guisantes”.

La gran columnista Fran Lebowitz –que debería ser lectura obligatoria en todas las facultades de periodismo– escribió un día: “La gente lleva cocinando y comiendo desde hace miles de años, de modo que, si usted es realmente el primero en añadir zumo de lima a las patatas guisadas, trate de entender que por algo debe ser”.

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