Europa, nadie te quiere

–No sé que va a ser de Europa, mal la veo.

–No me digas que tú ahora te preocupas por Europa, que eras europeísta. Siempre te oí criticar a la Unión Europea.

–Porque había razones, ¿a ti te parece bonita la política económica, las medidas que nos dictan los comisarios europeos?

–Me parece injusta y me parece que está destruyendo la sociedad. Me parece tan horrible como me lo parece la política del Gobierno.

hemos olvidado las ventajas, y si dejamos de querer que exista, dejará de existir

–¿Entonces?

–Pues que es distinto, la gente cree que lo natural son los estados en los que nacieron, que lo lógico es que existan, porque fue educada en ello. Pero es como si Europa no nos importase que exista o que no.

–Cá, hoy no hay marcha atrás, sería un desastre para cada uno de los países. Y eso la gente lo sabe.

–Pues si los ingleses lo sabían no sé cómo votaron por salir de la Unión. La gente no actúa razonablemente, lo hace por pasiones.

–No, pues realmente por Europa no hay pasión. Hoy por hoy es inimaginable un nacionalismo europeo o que la gente sienta patriotismo, identificación con Europa.

–Pues algo de eso es necesario, porque sólo vemos los defectos, pero hemos olvidado las ventajas, y si realmente dejamos de querer que exista, Europa dejará de existir. Pero no dudes de que estaremos cayendo en una trampa planteada desde fuera de Europa.

–Caramba, cómo te pones. Pero en los últimos tiempos, además de la política económica tan dura para nosotros, fíjate en esa vergüenza de los refugiados.

–Ahí sí que me matas. ¿Pero quién empezó la guerra en Siria, quién armó y pagó todos esos mercenarios? Los mismitos que hicieron el desastre de Irak.

–¿Y tú querrías vivir bajo un dictador como vivían?

–No me fastidies otra vez con lo de Sadam otra vez. Antes tendrían una dictadura, pero ahora una guerra, están muriendo. Pero, claro, esos refugiados que escapan de la guerra no van a Estados Unidos, van a Europa. Y los malos somos los europeos...

–Bueno, reconocerás que se podía haber actuado de otro modo.

–No lo discuto, claro. Pero insisto en que quien decidió derribar a Asad no fueron los europeos. Son quienes están poniendo tanques y cohetes en la misma frontera con Rusia. Los que juegan con Europa y no nos enteramos.

–Pues te veo muy patriota europeo.

–Y voy y me lo creo.

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