Hijo del novio de mamá

–Doctora, ¿puedo preguntarle una cosa personal?

–...Mmm.

–Estoy aquí con mi madre, ingresada. Verá, creo que la he reconocido por el apellido y que sé quien es usted.

–Ahá. ¿Y quién soy?

–Usted debería ser yo. O yo, usted.

–Disculpe, no le entiendo. ¿Nos conocemos de algo...?

–Le explico. Usted es catalana, como su padre... Lo sé por el apellido y, además, sé otras cosas.

–Soy catalana, y le adelanto que orgullosa de serlo.

–No, si no hay problema. Ya sabe como están las cosas ahora, pero yo no tengo nada en contra. Al contrario, les tengo simpatía. Lo que le quiero contar es que mi madre, que está en esa habitación, tuvo una hemorragia cerebral, fue novia de su padre.

–Qué me está diciendo.

–Verá, ¿su padre no era viajante de comercio?

–Es cierto. Y cierto que viajaba por toda España y venía por aquí...

–Pues la familia de mi madre tenía una tienda aquí, y cuando venía su padre, él estaba soltero, vio a mi madre tras el mostrador y le gustó. Y él a mi madre también. Pero a mis abuelos no les gustaba el viajante, el padre de usted. Que un hombre que andaba de aquí para allí no era de fiar.

–Dirían misa, pero mi padre es muy de fiar. Aún vive.

–Según mi madre, claro que sí, incluso los géneros que vendía eran de calidad, y los tratos eran muy serios, pero era hija única, y mis abuelos no lo entendieron. Dejaron de comprarle el género.

–Ya, un boicot.

–Y cuando se enteraron de que se había visto en un café con su padre le prohibieron volver a verlo. Así eran aquellos tiempos. Luego se casó con mi padre.

–También mi padre se casó con mi madre y creo que fueron felices. Aunque, ahora que me cuenta usted eso, cuando le dije que me iba a casar con un chico de aquí se rió. Le pregunté por qué y no me contestó.

–Pues mi padre era bueno, pero yo creo que mi madre no fue feliz de todo, él era tristón, y creo que se aburrió mucho. Cuando enviudó me habló de su padre, creo que cuando supo, no me pregunte cómo, que una hija de aquel hombre trabajaba en la ciudad. Ahora perdió la memoria, no conoce.

–Así que usted y yo no somos parientes, pero es como si…

–Como si yo hubiera podido ser usted, y usted, yo.

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