El del medio

Soy tan soso que, por no celebrar, no celebro ni cumpleaños ni onomástica. Ni los míos ni los de la gente que conozco, familiares incluidos. Cada día es uno, el siguiente será otro, y punto pelota. Quizá por eso siempre me ha fascinado la tendencia a inventar “días de”: el día de la Música, el día del Libro, el día de la Madre, el día del Padre, el día de la Infancia... Entiendo que algunos fueron creados como recordatorio de causas que se quieren reivindicar para que no se olviden. Pero otros son tan claramente concebidos desde un departamento de marketing que provocan risa, sobre todo los que, inmediatamente, los adoptan con fervor mientras enarbolan la tarjeta de crédito, dispuestos a comprar lo que sea que les vendan.

Este domingo es 12 de agosto, el día del Hijo del Medio. No es broma: ¡el día del Hijo del Medio! Como muchos de esos inventos que luego se propagan por el mundo, nació en Estados Unidos, el mayor productor de “días de” del planeta Tierra. Se le ocurrió a una señora llamada Elizabeth Walker y lo bautizó como Middle Child Day. Su intención era honrar a los hijos que, en la escala de hermanos que va del mayor al menor, ocupan el lugar del medio. Creía que no se les prestaba suficiente atención. Según el blablablá habitual, el hermano mayor es el líder y al menor, el benjamín, siempre se lo considera un niño. Han detectado incluso un “síndrome del hijo del medio”, porque no disfrutan de los beneficios de los mayores ni tampoco de los de los menores. Los que viven del rollo psicológico dicen que son emocionalmente fuertes porque, desde chicos, deben competir para que sus padres les presten atención. Ya entrenados, luego, a lo largo de la vida luchan para conseguir lo que quieren. Pues vale.

Celebren este domingo el día del hijo del medio, ahora que todavía pueden

Para ser un hijo del medio hay que tener como mínimo dos hermanos: uno mayor y otro menor. O cuatro o seis u ocho. ¿Qué pasa con los que tienen sólo uno? Pues que se joden. Son sólo dos y por lo tanto no hay uno mayor y otro menor. ¿Quien es el del medio? Ninguno de los dos. ¿Y los hijos únicos, que son a la vez el mayor, el menor y el del medio?

Pero el curso de la historia es inexorable: en las sociedades occidentales, la gente cada vez tiene menos hijos, y las últimas generaciones –la de los millennials y la Z– van por el mismo camino. En los medios norteamericanos ya dan por finiquitado el día del Hijo del Medio. Pues mira tú qué bien: una chorrada que nos habremos ahorrado a este lado del Atlántico.

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