El nombre de la cosa

Por si aún hay quien no lo sabe, explicaremos que la palabra naming se utiliza para definir el proceso y las técnicas para bautizar a un producto que se va a lanzar al mercado. Del inglés naming: dar nombre. Antes se les ocurrían a los empresarios o a sus parientes. Los Danone llevan ese nombre porque el fundador de la empresa, Isaac Carasso, llamaba así a su primer hijo, Daniel. Las botas Chiruca –utilizadas por los excursionistas durante generaciones, hasta que las multinacionales se lo comieron todo– se llaman así porque los fundadores de la empresa supieron que uno de los hipocorísticos de Mercedes en gallego es Chiruca, y su madre se llamaba así. Les gustó, y listos.

si no da con un nombre lo suficiente raro para su hijo, contacte con una firma de 'naming'

Ahora las cosas ya no funcionan de esa forma, y toda firma que se precie destina un presupuesto para que unos expertos decidan qué nombre es el ideal para el producto, un nombre que lo diferencie de los demás. Y, si va destinado al mercado mundial, que no se produzcan errores como los del Mitsubishi Pajero, el Opel Ascona, el Mazda Laputa o el Nissan Moco. Estos dos últimos no se ­comercializaron en España, pero el Pajero tuvo que cambiar a Montero, por el cachondeo que se hubiese organizado. En Portugal, al Opel Ascona lo rebautizaron Opel 1604. ¿El motivo? En portugués, como en gallego, Ascona suena parecido a “a cona”, el coño.

Pero en la vida no sólo se bau­tizan coches, yogures o zapatos. A veces nace un niño. Antes, se recurría al santoral y santas pascuas. Ahora, ningún nombre mola si no es algo extravagante. Agotadas las reservas de Kevins y Melodies, intervienen las empresas de naming. En Madrid hay una que se llama Damenáme. (No se sabe qué pinta ahí esa tilde porque, siendo palabra llana, no debería llevarla. Debe de ser el toque original.) Pues bien, tras cinco años de experiencia en el mundo del naming, Damenáme ha dado el salto a los nombres de niños. ¿Está usted embarazada y no encuentra uno suficientemente estrambótico para su futuro retoño? Contacte con ellos y, tras un estudio concienzudo, le notificarán cual debe ser. Explican: “El nombre te acompaña toda tu vida y, ahora que tanto se habla de la marca personal, el nombre es el primer paso para construirla”. Ha nacido ya la primera niña bautizada según una sugerencia suya. Es asturiana y le han puesto Eire: Eire Álvarez Ares. ¿Por qué Eire? Por “las raíces celtas que comparte Asturias con Irlanda”. Aún gracias. Podría haber sido peor. A partir de ahí, que Dios nos coja confesados.

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