Padres responsables

Como cada año a finales de septiembre, se han concedido los premios Ig Nobel, unos premios paródicos que se entregan en la Universidad de Harvard. Cuando empezaron –hace ya un cuarto de siglo– y escribías sobre ellos, tenías siempre que explicar su origen y el juego de palabras entre ignoble (innoble) y Nobel. Muchos creían que les tomabas el pelo. Ahora ya no es así. El uso de internet ha hecho que se hayan convertido en una cita anual que las masas esperan, como el Halloween o la llegada de los Reyes Magos (o Papá Noel donde proceda).

¿puede uno tener 888 hijos y ejercer una paternidad responsable? veámoslo

Si no vive usted aislado del mundo –como aquel pastor del anuncio de Mitsubishi que en 1997 aún no se había enterado de que Franco había muerto–, ya sabrá quienes han sido los ganadores de esta edición. Uno: un estudiante de posgrado de la Universidad Cornell que, hace tres años, consiguió que las abejas le picasen unas doscientas veces en diversas zonas del cuerpo y concluyó que donde más duele es en las fosas nasales. Dos: investigadores del Instituto Max Planck de Psicolingüística que han determinado que en todos los idiomas hay una expresión –huh?, ¿eh? o hein?–para demostrar durante una conversación que no has entendido algo: “Un sistema que soluciona malentendidos es parte crucial del lenguaje”. Se han llevado el Ig Nobel de Literatura.

De todos los premios, el que más me interesa es el de Matemáticas. Me ha traído a la memoria un par de capítulos del Cándido de Voltaire, en los que aparece el sultán Mulay Ismaíl. El personaje de la Vieja explica su historia: “Corrían ríos de sangre por Marruecos; cada uno de los cincuenta hijos del emperador Mulay Ismaíl tenía su banda, lo que producía cincuenta guerras civiles de negros contra negros, de negros contra moros, de moros contra moros, de mulatos contra mulatos. Todo el imperio era una continua carnicería...”. Voltaire reseñaba cincuenta hijos, pero la leyenda dice que tuvo más de ochocientos. Pues bien, Elisabeth Oberzaucher, doctora magistral de la Universidad de Viena, ha estudiado el caso y ha resuelto que es posible. El reinado de Mulay Ismaíl –durante el cual procreó a diestro y siniestro– duró décadas. Pudo perfectamente haber tenido 888 hijos; incluso más. El estudio concluye que sesenta y siete mujeres le hubiesen bastado. Eso sí: a base de mantener relaciones sexuales cada día. Voltaire celebraría este estudio que amplía científicamente la cifra que él daba y se prepararía otro café.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...